Las agresiones cometidas en el hogar, en especial contra mujeres y niños, serán el blanco de una campaña en Brasil, iniciada esta semana con la firma de un Pacto contra la Violencia Intrafamiliar entre organismos oficiales, no gubernamentales (ONG) y de las Naciones Unidas.
El ministro de Justicia, Renán Calheiros, el secretario Nacional de Derechos Humanos, José Gregori, y la presidente del Consejo Nacional de Derechos de la Mujer, Rosiska de Oliveira, son algunos de los firmantes del pacto.
Noventa ONG firmaron el miércoles en el Día Mundial de la No Violencia contra la Mujer el pacto, por el cual los participantes se comprometen a desarrollar una agenda que contribuya a reducir la violencia intrafamiliar. Una meta es elaborar un proyecto de ley que haga más efectiva la represión a tales delitos.
Una campaña bajo la consigna "No se calle, dialogue" se hará por televisión y 4.000 emisoras de radio de todo el país, buscando promover mayor conciencia del problema en la opinión pública.
La campaña tratará de "mejorar la convivencia, haciéndola pacífica y solidaria entre personas que viven en un mismo espacio familiar", dijo Gregori.
El Ministerio de Justicia divulgó datos de un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo, según el cual la violencia en América Latina causa la pérdida de 14,2 por ciento del producto interno bruto regional y afecta a entre 35 y 50 por ciento de las mujeres.
Otra campaña específica atacará la violencia contra las mujeres. "La residencia es el lugar más peligroso para la mujer", señaló Rosiska de Oliveira.
El hogar, en general encarado como local de seguridad y afecto, es donde más actos de violencia contra mujeres y la niñez se cometen, agregó Ellen Cristina Geraldes, sobre la base de sus investigaciones para el Movimiento Nacional de Derechos Humanos (MNDH), una ONG firmante del pacto.
Ochenta por ciento de los homicidios de mujeres son cometidos por el marido, parientes o amigos, es decir en el ámbito familiar, según los datos del MNDH que sirve de base a la campaña, señaló Geraldes.
A esos mismos allegados corresponde 70 por ciento de los estupros, confirmó Débora Menezes, comisaria especial de Atención a la Mujer, en Brasilia.
Las estadísticas dejan claro que "mientras los hombres son más asesinados en las calles o fuera de la casa, las mujeres mueren en su hogar, el peligro está a su lado, en una violencia que se perpetúa", observó Geraldes.
Medidas para combatir la violencia intrafamiliar y contra la mujer fueron sugeridas a las autoridades en un seminario realizado el martes por la Comisión de Derechos Humanos de la Cmara de Diputados y varias ONG.
Lo más efectivo que puede hacer el poder público es actuar en la prevencin, opinó Diana Azevedo, asesora parlamentaria del Centro Feminista de Estudios y Asesoria (CFEMEA), ONG que promovió el seminario y participa en la campaña.
Hay que instalar Servicios de Defensoría Pública especializados en atender a las mujeres víctimas de violencia, que tienen necesidades específicas, incluso asistencia sicológica, según la abogada.
En Brasil solo hay nueve casas de abrigo (refugios de mujeres agredidas), mientras en Gran Bretaña, con una población dos veces y media menor, existen 87, destacó Azevedo.
Canadá ya implantó cerca de 200 de esos centros que acogen las mujeres para que puedan escapar a las agresiones y recibir asistencia, y prepararse para asumir una nueva vida, según Geraldes.
La falta de condiciones para dejar el marido agresor hace que la violencia se repita muchas veces y llegue a veces al asesinato.
Para poner fin a esa situación se requiere actuación del Estado, ofreciendo los refugios, capacitación profesional, guarde ras y asistencia para una vida independiente, explicó la investigadora.
La agresión intrafamiliar, además de más frecuente que en otros lugares, es fuente de más violencia, al forzar a niños y niñas a abandonar el hogar y refugiarse en las calles, donde también pasan a sufrirla y a practicarla, concluyó Geraldes. (FIN/IPS/mo/mj/hd/98