/BOLETIN-DD HH/ AFRICA AUSTRAL: Cada vez se cierran más puertas a los refugiados

Las puertas de los países de Africa austral comenzaron a cerrarse en las narices de prófugos, desplazados y solicitantes de asilo, situación sin precedentes en la región, reconoció esta semana el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Durante una conferencia de dos días realizada el miércoles y jueves en Johannesburgo sobre las dificultades que afrontan refugiados y solicitantes de asilo en Africa austral, los participantes escucharon innumerables ejemplos de intolerancia para los que huyen de conflictos y persecuciones políticas.

"Los refugiados chocan contra un muro de intolerancia, resistencia y malos tratos que superan críticamente las normas de derecho internacional sobre derechos humanos y asilo", expresó un comunicado de la reunión.

"Muchos han sido despojados de su condición de refugiados, o en realidad, de cualquier derecho ante la ley", apuntó la asamblea.

ACNUR congregó a académicos, investigadores, economistas, funcionarios gubernamentales y politólogos de Africa Austral para analizar las nuevas tendencias y su impacto en la protección de refugiados.

La conferencia fue la tercera de una serie que organizó ACNUR en todo el mundo. Las anteriores tuvieron lugar en Asia y Europa.

La reunión trató de dar respuesta a preguntas como por qué los refugiados son vistos como un peligro para la seguridad nacional; por qué la mención de "intereses nacionales" es tan decisiva en el tema de los refugiados, y por qué se desgastó la credibilidad protectora del asilo.

En todo el mundo se están aplicando medidas administrativas y legislativas de carácter restrictivo. En algunos casos, los auténticos protectores de los refugiados, como ACNUR, ya no gozan de los privilegios necesarios para realizar su misión.

Lo que está en juego es la supervivencia de esas instituciones mundiales de asilo y protección de refugiados, mientras las naciones erigen barreras para bloquear la libre circulación de personas.

Esto provoca lógica alarma "porque es una violacion del más vulnerable de todos los derechos humanos", señaló Dennis McNamara, director general de protección de ACNUR.

El organismo denunció situaciones en que los estados se niegan a asumir sus obligaciones humanitarias y algunos crean hasta leyes especiales para mantener alejados a los solicitantes de asilo.

Esas iniciativas están impulsadas por un electorado que muestra cada vez más hostilidad hacia los extranjeros. Sólo este año más de una docena de refugiados fueron ultimados en Sudáfrica, sacudida por una violenta oleada xenófoba.

Algunos estados hasta consideran los derechos de los refugiados como amenazas a sus intereses nacionales. Los inmigrantes ilegales, categoría en la cual sitúan a los refugiados, son culpados de todo tipo de males sociales, que van desde el crimen hasta el desempleo y las enfermedades.

"Existe una curiosa contradicción entre la unidad africana, la solidaridad en Africa austral y todos aquellos temas que nos han integrado por una parte, y por la otra el peor tipo de expresiones xenófobas en esta región", observó Osenalo Ibbo Mandaza, del Instituto de Estudios Políticos en Harare.

Mandaza opinó que la ola xenófoba en Africa Austral se debe quizás al legado colonial. "No queremos compartir lo que hemos heredado de los blancos con otros africanos", dijo.

Otro factor es el desigual desarrollo económico del continente, que está empujando a la gente hacia el sur. Las naciones anfitrionas se muestran intolerantes y dan una imagen de "esclusas" que sólo se abren a determinados extranjeros.

Existen 15 millones de refugiados en todo el mundo como resultado de más de 35 conflictos. En Africa, la mayoría de los solicitantes de asilo proceden de Etiopía, Burundi, República Democrática del Congo, Ruanda, Nigeria y Somalia.

Tras el fin de la guerra fría y del apartheid (régimen de segregacion racial), "ya resulta difícil distinguir a los chicos buenos de los malos", expresó McNamara.

Los oradores de la conferencia reiteraron la necesidad de que los líderes eviten conflictos haciendo buenos gobiernos y promoviendo el desarrollo económico en sus países.

"La mayoría de los conflictos surgen cuando los líderes crean guerras para hacer negocios", dijo Horace Campbell, de la Universidad de Siracusa. "Si los gobiernos gastaran más en educación, salud y agua, no tendríamos refugiados".

"Si todos los líderes involucrados en el conflicto de Congo- Kinshasa emplearan sus energías en la lucha contra el sida y en crear más empleos, afrontaríamos muchos menos problemas de los que existen ahora", agregó Campbell. (FIN/IPS/tra-en/gm/pm/ego-ml/pr/98

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