La corrupción de empresarios y políticos era tolerada en Asia por gobiernos y poblaciones que la consideraban consecuencia inevitable del crecimiento económico, pero esa actitud cambió con la llegada de la crisis.
En medio de los problemas económicos, la atención se concentra en la falta de ética empresarial, considerada una de las principales causas de debilidad de los sistemas financieros asiáticos.
La corrupción está en el centro del debate, y eso genera llamados a la transparencia y a una mayor regulación para impedir que reaparezca.
Economías como las de Corea del Sur, Filipinas, Indonesia, Tailandia y Vietnam, que alcanzaron altos niveles de crecimiento, son citadas en encuestas empresariales como escenario de altos niveles de corrupción.
"En tiempos de prosperidad resulta fácil cerrar los ojos frente a la corrupción", recordó un estudio difundido este año por la Consultora sobre Políticas y Riesgo Económico (PERC) de Hong Kong.
"Pero cuando la situación se pone mala, esa tolerancia desaparece. Y así fue como a medida que avanzaba el deterioro económico resultaba más fácil para los empresarios establecer un nexo entre deterioro y corrupción", agregó la consultora.
Los gobernantes de la región tratan de evitar que la recesión se atribuya solo a la corrupción, pero al mismo tiempo reconocen que llegó la hora de extirpar este mal.
A medida que la legión de desempleados crece, aumenta también la presión sobre el sector público y privado para que se emitan nuevas normas sobre ética empresarial y derechos humanos, y para que las compañías demuestren más responsabilidad social.
"La ética empresarial es ahora objeto de un debate mundial. Las corporaciones multinacionales asumieron que es necesario desarrollar estrategias de responsabilidad social a nivel nacional e internacional", dijo Wesley Cragg, presidente de la organización Transparencia Internacional.
Pero, cuando les resultó beneficioso, las multinacionales optaron por operar en países donde se descuidaba el respeto a los derechos humanos, afirmó Cragg la semana pasada en Bangkok, en un simposio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre el asunto.
Cragg destacó que frente a esta realidad era necesaria una nueva estrategia, en la cual el sector privado asumiera responsabilidad por el respeto a los derechos humanos en el lugar donde operan.
El primer ministro de Tailandia, Chuan Leekpai, destacó durante la inauguración del simposio de la ONU la necesidad de "construir una asociación entre el Estado, las empresas y la sociedad", con el fin de mejorar la administración de los países.
Esta asociación estaría basada "en los ideales de la responsabilidad compartida, el interés público y la conciencia". El primer ministro consideró que el Estado debía comprometerse a generar "un gobierno legítimo y responsable".
Chuan Leekpai reconoció la necesidad de mejorar el servicio público, pero destacó que los empresarios también deben poner de su parte y reconocer que "sus responsabilidades con la sociedad van más allá de las actividades de lucro".
"La ética y la actividad empresarial no son conceptos opuestos", dijo el ex primer ministro y próspero empresario tailandés Anand Panyarachun.
"Tarde o temprano se complementan. El mercado no puede basarse sólo en el valor económico y es necesario introducir normas éticas para evitar que las empresas se conviertan en instrumento de explotación", comentó.
Tailandia también ha sido escenario de una ola de escándalos de corrupción. Anand sugirió la adopción de un código ético para la práctica empresarial que estaría basado en normas internacionales de transparencia en los negocios.
Anand también propuso que las empresas asuman los principios de Amnistía Internacional, según los cuales el sector privado tiene la responsabilidad moral y legal "de usar su influencia para promover el respeto a los derechos humanos".
El presidente del Centro para la Responsabilidad Empresarial de Estados Unidos, Robert MacGregor, coincidió en la reunión de Bangkok en que la crisis regional ofrece una oportunidad para "reflexionar sobre lo que se hizo mal".
MacGregor comentó que "cuando el capitalismo no se practica bien, no funciona adecuadamente", y que eso es lo que sucede cuando hay corrupción y falta de transparencia. (FIN/IPS/tra- en/rc/js/lc-mj/ip hd if/98