El Senado de Uruguay ratificará este martes el tratado firmado con Argentina para la construcción del puente entre la ciudad uruguaya de Colonia y Buenos Aires, pese a la fuerte oposición de legisladores de todos los partidos políticos y de organizaciones de expertos y ambientalistas.
El convenio suscrito por los presidentes Julio María Sanguinetti, de Uruguay, y Carlos Menem, de Argentina, enfrenta una mayor dificultad en el Congreso argentino, donde la oposición no ha permitido que el proyecto avance en las comisiones de Diputados y Senadores. . Hasta que los dos parlamentos no ratifiquen el acuerdo no se puede convocar la licitación para adjudicar la obra, lo que atrasaría el comienzo de los trabajos previstos originalmente para el año próximo, con fecha de finalización en el 2003.
El puente a construir sobre el Río de la Plata, cuya vida útil será de unos 100 años, tendrá una extensión de 42 kilómetros y el costo estimado alcanza a 862 millones de dólares, según los estudios realizados por consultoras internacionales.
La construcción se financiará mediante la concesión a empresarios privados que cobrarán un peaje calculado entre 50 y 60 dólares por vehículo, lo que, a juicio de ambos gobiernos, hace que los estados no deban realizar inversión alguna.
Sin embargo, quienes se oponen a la obra en Uruguay sostienen que este país deberá realizar importantes obras de infraestructura para atender los cambios ambientales y el crecimiento poblacional que registrará la zona.
El senador del gobernante Partido Colorado, Dante Irurtia, oriundo de Colonia, que discrepa con la posición mayoritaria de su sector, aseguró que la construcción del puente no se justifica técnicamente y que los estudios de impacto ambiental son insuficientes.
La opinión de Irurtia es compartida por un grupo de organizaciones no gubernamentales, que formaron la comisión "Alerta el puente" para realizar una campaña en todo el país de cuestionamiento a la obra.
"No se trata de un puente común y puede cambiar el destino geopolítico de Uruguay dentro del Mercosur", aseveró uno de los miembros de Alerta el puente, Bernardo Quagliotti de Bellis, secretario general de la Asociación Sudamericana de Estudios Geopolíticos,
La asociación, que también cuenta con el apoyo del izquierda Frente Amplio y del candidato a presidente por el Partido Nacional Alem García, entre otros, cuestiona el trazado del puente porque generará problemas de sedimentación en el río que podrían derivar en dificultades para la navegación en el futuro.
Un estudio de las Armadas de Argentina y Uruguay afirma que el espacio para el tránsito se va a reducir a 31 por ciento y que los 100 pilotes que sostendrán la estructura vial de cuatro sendas afectarán el régimen hidrodinámico del Río de la Plata.
Los expertos del grupo se preguntan qué ocurrirá con el canal principal de navegación si la velocidad de las aguas se reduce por efecto del puente, afirmando que no se han hecho los estudios necesarios para prever estas posibles modificaciones en el río.
El arquitecto Clíver Armand Ugon, de la Sociedad Uruguaya de Arquitectos de Colonia, también advirtió sobre las consecuencias negativas de la obra y pidió que éstas sean evaluadas "antes de comprometerse con un tratado, y no después".
"Es imprescindible contar con una estructura planificada, reglamentaciones y ordenanzas estrictas y completas, un plan director y un ordenamiento territorial, para controlar, o al menos atenuar, el desarrollo explosivo que provocará el puente», dijo.
Las advertencias de los opositores a la construcción de puente fueron desestimadas por el presidente de la delegación uruguaya en la comisión binacional, José Serrato, quien señaló que existen informes en todas las áreas de los expertos más calificados del mundo que avalan la obra.
Serrato afirmó que para Uruguay el puente es esencial porque potencia al país, que pasaría a ser parte central del eje vial que unirá Sao Paulo, Buenos Aires y Santiago de Chile. (FIN/IPS/zm/dm/ip if en/98