La veterinaria Sheila Siddle se encontró en 1983 con un chimpancé a la venta en una feria de la República Democrática de Congo (RDC, ex Zaire) y decidió comprarlo, pero no para cocinarlo sino para salvarlo.
El joven animal estaba desnutrido y tenía los dientes rotos por sus captores, quienes de esa forma evitaban que los mordiera. Siddle se conmovió con esta situación y decidió destinar una parte de su rancho de ganado en Zambia para crear un santuario de chimpancés.
Muy pronto comenzó a difundirse el rumor sobre la existencia del santuario y comenzaron a llegar chimpancés de otros países africanos, y también de Rusia, Alemania y los Emiratos Arabes Unidos. En la actualidad, son 68 en el terreno de 10 hectáreas destinado por Siddle para garantizarles su supervivencia.
Algunos de esos primates fueron entregados por guardias de Zambia, quienes los decomisan a traficantes que los sacan desde la RDC rumbo a diversas partes del mundo. Los que llegan del extranjero también son resultado de operaciones para impedir el comercio ilegal de esta especie.
En Zambia no existen los chimpancés en estado salvaje, pero Siddle está decidida a que este país cuente con el santuario más grande del mundo para este tipo de primates, que entonces podrán vivir en estado de semicautiverio.
El santuario estará ubicado en la remota región de Copperbelt y tendrá la forma de un parque llamado Orfanatorio de Vida Silvestre Chimfunsi. "El plan es que sea un consorcio bien establecido", dijo la veterinaria, que requiere 650.000 dólares para este proyecto.
Financistas de Sudáfrica, Estados Unidos y Europa ya aportaron los primeros 300.000 dólares, que fueron invertidos en materiales para las cercas y los sistemas electrificados que resguardarán el perímetro, y para las plataformas de observación que permitirán a los visitantes observar la vida de los chimpancés.
También está previsto ofrecer alojamiento a los turistas y desarrollar un centro de educación sobre los chimpancés y otras formas de vida silvestre que habitarán en el parque.
Si el proyecto se concreta, también servirá para reforzar la posición de Zambia en el mapa turístico de Africa. En la actualidad el turismo es la tercera fuente de ingresos de este país, después del cobre y las exportaciones agrícolas.
Los 163.000 turistas que visitaron Zambia en 1995 dejaron en este país unos 46,7 millones de dólares. En 1996, el número de visitantes aumentó a 263.986 y el año pasado se mantuvo la tendencia al registrar el ingreso de 340.896 personas.
La mayor parte de los turistas participan en caminatas safari en la selva, en recorridos a través de reservas de fauna salvaje, en la observación de pájaros, en descensos en balsa y en el canotaje en ríos habitados por hipopótamos y cocodrilos.
Todos estos visitantes se alojan en las instalaciones de 19 parques que son reservas de fauna.
El éxito de la colonia de chimpacés en el parque Chimfunsi, ubicado a 476 kilómetros al noreste de Lusaka, sería de gran importancia para Zambia, donde otros esfuerzos de este mismo tenor fracasaron.
Entretanto, será necesario poner en práctica medidas para que estos primates no terminen siendo presa de los cazadores furtivos, un problema frecuente en este país donde entre 1995 y 1996 se decomisaron 500 armas modernas y poderosas y 2.000 viejos rifles utilizados para depredar la fauna.
Durante esas operaciones también confiscaron 3.000 trampas, 1.635 colmillos de elefante y 174 pieles de animales varios. En 1996 fueron detenidos 1.213 cazadores furtivos, de los cuales 317 recibieron penas de prisión.(FIN/IPS/tra-en/ni/lm/mn/lc-ml/en/98