Un grupo de economistas de Costa Rica se propuso determinar el valor económico de algunos de los parques nacionales más representativos del país, para crear conciencia sobre la importancia de los recursos naturales.
El director del proyecto, el economista Marcos Adamson, de la estatal Universidad de Costa Rica, indicó que se pretende determinar el valor de la flora y la fauna de cada parque, y establecer criterios técnicos para fijar el monto de la entrada a los mismos.
Los recursos naturales no suelen entrar en las cuentas nacionales de un país como activos, por eso son presa fácil de supuestos planes de desarrollo y de mejoramiento de terrenos.
Costa Rica cuenta con uno de los sistema de parques nacionales más viejos del continente, a través del cual se protege cerca del 25 por ciento del territorio nacional.
Sin embargo, el sistema está amenazado por dos problemas: aún se debe el 12 por ciento del total de tierras que conforma el Sistema de Parques Nacionales a sus anteriores dueños y los recursos son insuficientes para sostenerlo.
El primer parque estudiado fue Manuel Antonio, ubicado en el sur del país en la costa del Pacífico, con una extensión de 680 hectáreas terrestres y 55.000 marinas, que se constituyó en 1972 y es el segundo mayor receptor de turismo nacional y extranjero.
Según el estudio, Manuel Antonio tiene en biodiversidad un capital valorado en cien millones de dólares, pero la mitad de este monto corresponde a tierras que aún se adeudan a sus dueños originales.
Según avalúos hechos por el Ministerio de Hacienda, el Estado debería pagar un poco más de un millón de dolares por esas tierras, lo cual refleja su rentabilidad y la importancia de consolidarlo como parque, indicó Adamson.
Los cien millones de dólares estimados como valor de la biodiversidad del parque no tienen efectos prácticos.
"Nadie estaría dispuesto a pagar para que una zona protegida sea heredada a las futuras generaciones, o a pagar un impuesto para retribuirle a un parque nacional por su función de producir agua", dijo Adamson.
Los economistas han denominado a estos valores "externalidades".
Dos de las más importantes son la de "existencia" -el valor que le asigna la sociedad a los ecosistemas sólo por saber que una especie existe y no se va a extinguir- y la de "legado", que se le está dejando a las generaciones futuras una herencia natural.
El Parque Nacional Manuel Antonio, es una de las áreas protegidas que más recursos genera en Costa Rica. El abogado Antonio Darcia indicó que genera unos 400.000 dólares al año y su presupuesto consume menos de la cuarta parte de los ingresos.
Sin embargo, el parque no ha podido disponer de los recursos suficientes para pagar sus tierras, debido a que sus ingresos se destinan a financiar otras zonas protegidas.
Adamson considera que el Estado costarricense ha seguido una acertada política de recuperación de beneficios a través de la venta de servicios globales como la fijación de carbono, los contratos de bioprospección o el cobro de servicios ambientales a empresas, pero ha sido errática en el área de recreación.
El economista considera que la tarifa de ingreso a los parques nacionales, actualmente establecida en seis dólares para extranjeros y el equivalente a menos de un dólar para nacionales, es muy baja y ha sido fijada sin ningún criterio técnico.
Por ello, los investigadores se proponen elaborar una escala de tarifas de ingreso a los parques según los diferentes servicios que prestan los ecosistemas.
Una encuesta realizada en Manuel Antonio por el Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad de Costa Rica reveló que los extranjeros estarían dispuestos a pagar de 10 a 12 dólares por la entrada al parque y los costarricenses unos cinco dólares. (FIN/IPS/mso/ag/en-if/98