El plan de rescate financiero para Brasil obliga a ese país a adoptar medidas de austeridad que no toman en cuenta las consecuencias ambientales, denunciaron grupos ecologistas.
El acuerdo suscripto con el Fondo Monetario Internacional (FMI) el día 13 incluye la entrega de préstamos de emergencia por unos 41.500 millones de dólares.
A cambio de esa ayuda, el gobierno se comprometió a un programa de austeridad por el cual disminuirían los recursos disponibles para proyectos clave relacionados con el medio ambiente, dijo Roberto Smeraldi, de la campaña Amazonia Internacional del grupo Amigos de la Tierra.
Los grupos ecologistas denunciaron que los recortes atentan contra programas destinados a proteger la selva, hacer frente a las inundaciones y demarcar las tierras indígenas.
El plan de austeridad contempla reducir el gasto público en 24.000 millones de dólares en 1999 y en 84.000 millones en el 2001, lo cual también afectará a los programas de pensiones y seguridad social del sector público brasileño.
Amigos de la Tierra señaló que un proyecto piloto de protección para las selvas experimentará un recorte de 89 por ciento en su presupuesto.
Los ambientalistas destacaron la importancia de estos proyectos en un país donde 12,5 por ciento de la selva amazónica fue destruida entre 1978 y 1996 y sólo queda tres por ciento de la selva atlántica que se encontraron los colonizadores portugueses al llegar a este país.
El presupuesto disponible para la aplicación de leyes ambientales se reduciría entre 49 y 69 por ciento, mientras que un programa ambiental de alcance nacional cofinanciado desde el extranjero fue cancelado.
La "carta de intención" firmada por Brasil con el FMI no incluye a los proyectos ambientales en los recortes, pero tampoco los compromete a seguir financiándolos.
Steve Schwartzman, del Fondo de Defensa Ambiental en Washington, destacó que aunque no se mencionen los proyectos ambientales, en la práctica el acuerdo suscripto obligará a Brasil a recortar el presupuesto de este sector.
"Tienes que ser un tonto para creer que puedes lograr la recuperación económica de Brasil anulando los programas ambientales", dijo la analista de Amigos de la Tierra, Carol Welch.
La organización no gubernamental Accounting for Environment consideró que uno de los problemas es que los economistas, y entre ellos los del FMI, no tienen en cuenta el "factor verde" al hacer su evaluación.
Destacaron que al considerar solamente indicadores económicos como el producto interno bruto, los encargados de diseñar estrategias manejan información incorrecta, y por lo tanto es muy difícil avanzar hacia el desarrollo sustentable y la prosperidad.
Según esa óptica, la pérdida de recursos naturales ocasionada por actividades como la pesca, la tala y la extracción de agua subterránea es considerada como ingreso porque implica la inyección de capital.
Los planes de austeridad no consideran los costos de ahorrar en medio ambiente, y esta negligencia puede tener graves consecuencias para el futuro, de acuerdo con grupos ecologistas. (FIN/IPS/tra-en/aa/mk/lc-ml/if-en/98