Científicos de Australia dieron un paso contra el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) al probar en monos una vacuna que impidió la infección del VIH en los animales.
Este mes, investigadores médicos que trabajaron simultáneamente en las ciudades de Sydney, Melbourne y Canberra anunciaron el éxito de las pruebas de la llamada vacuna Co-X-Gene, que aún debe someterse a exámenes ulteriores, algunos en humanos.
Pero ya se especula que la investigación podría ayudar a desarrollar una vacuna contra el VIH (virus de inmunodeficiencia humana) que se pueda administrar masivamente, en forma similar a la inmunización contra la poliomelitis y el sarampión.
"Aunque mantenemos la cautela, este es un paso en el proceso para desarrollar una vacuna contra el VIH", aseguró el médico Stephen Kent, del Centro McFarlane Burnet de Investigación Médica, de Melbourne.
El Centro intenta desarrollar una vacuna junto con la Universidad Nacional Australiana y la Organización de Investigación Científica e Industrial de la Comunidad Británica.
Las pruebas de la Co-X-Gene en los monos hicieron desaparecer todo rastro del VIH del sistema de los animales en un lapso de una a dos semanas. El medicamento se probará en personas portadoras de VIH en este país en 1999, con la posibilidad de pruebas masivas en Africa y Asia.
"Lo que hace nuestra vacuna es inducir contra el mal a células T que son más capaces de combatir el virus. En la medida en que lo haga, tiene la posibilidad de erradicar totalmente el virus. Eso sería una cura", explicó Kent.
Las células T conforman uno de los dos "ejércitos" del sistema inmunológico humano. El otro son los anticuerpos, cuya función es neutralizar ciertos virus y bacterias, pero son las células T las que resultaron mucho más efectivas en la búsqueda y el combate contra el VIH.
Gran parte de la investigación actual en el mundo sobre el VIH se concentró en la combinación de terapias que dependen de la administración de ocho o nueve fármacos.
Las terapias "fueron muy efectivas para estabilizar la condición de las personas con VIH, pero no erradican completamente al virus, ya que si se deja de tomarlas, este reaparece", señaló el Dr. David Beams, de la compañía de biotecnología Virax que posee la licencia mundial para comercializar Co-X-Gene.
Las terapias de combinación "también son caras. Si se toman tres de estos fármacos, cuestan entre 10.000 y 15.000 dólares por año por paciente. Es algo inaccesible para personas en lugares como Vietnam o China", expresó Kent.
"Una vacuna para prevenir la enfermedad sería mucho mejor en términos de salud pública y desde una perspectiva mundial", sostuvo.
Pero los investigadores creen que la concreción de una vacuna llevará al menos tres o cinco años de trabajo. El comienzo de las pruebas para una versión terapéutica de Co-X-Gene está previsto en Melbourne y Sydney a principios de 1999 y se realizarán con un máximo de 30 portadores de VIH.
La Universidad Nacional Australiana ya construyó un laboratorio para producir la vacuna.
Las pruebas intentarán determinar el grado de seguridad de la vacuna, y de tener éxito se realizarán sobre grupos más grandes. "Será la primera prueba de esta tecnología en humanos y una de las pocas pruebas de este tipo de vacuna en el mundo", dijo Beams.
Los investigadores también buscan financiación para realizar futuras pruebas de la vacuna en humanos no portadores en Africa y el sudeste de Asia, donde el virus alcanzó proporciones de epidemia.
La Co-X-Gene es especialmente apropiada para los países tropicales ya que no requiere refrigeración y se puede administrar con facilidad.
Aunque Beams no reveló el costo probable de la vacuna, asegura que será más económica que las actuales terapias de combinación. "Además, al ser una cura, no hay que seguir tomándola", como a los fármacos actuales, precisó.
La Organización Mundial de la Salud señala que si se mantiene la tendencia actual más de 40 millones de personas serán portadoras de VIH en el año 2000, 90 por ciento residentes en Africa y Asia.
La posibilidad de una vacuna surge mientras nuevos tipos de VIH resistentes a los fármacos preocupan a los científicos.
Esta situación amenaza con quitarle efectividad a las terapias de combinación de fármacos que lograron detener el avance de la enfermedad en los portadores de VIH.
"Esa es otra razón por la que necesitamos desarrollar vacunas, porque el virus tiene gran capacidad para desarrollar resistencia a los fármacos disponibles", comentó Kent. (FIN/IPS/tra-en/an/cb/aq/he/98