Las autoridades de Australia acaban de realizar el mayor decomiso de drogas de su historia, un cargamento de tal magnitud que confirma, según los expertos, que este país es un destino importante para heroína barata.
El decomiso de 400 kilos de heroína refinada en un barco carguero frente a la costa oriental de este país a mediados de octubre fue el desenlace de una operación conjunta de las policías de Australia y Hong Kong, que trabajaron dos meses en el caso.
Pero la policía y los especialistas advirtieron que se trata sólo de una fracción de la heroína enviada hacia Australia, donde su consumo causa 600 muertes al año y amenaza las gestiones del gobierno para enfrentar el sida.
"Ese tipo de decomisos no afectan la demanda. Mientras sea elevada, como sucede en Australia, siempre habrá con qué satisfacerla", dijo Nick Crofts, especialista del Centro de Investigaciones Médicas McFarline Burnnet de Melbourne.
"Hay millares de personas involucradas en la internación de heroína a Australia, y por lo tanto la droga puede ser reemplazada apenas se produce el decomiso", agregó.
La heroína del sudeste asiático llegó a este país a comienzos de los años 60, pero la situación se agravó a mediados de los 80, cuando los barones de la droga de Tailandia y Hong Kong apuntaron a Australia para eludir dificultades en sus mercados habituales.
Esas dificultades fueron generadas por las victorias comunistas en Vietnam, Laos y Camboya, los éxitos de la policía en Hong Kong, Filipinas y Malasia, y por la guerra declarada a los traficantes en el que hasta entonces era su principal mercado en Occidente, Estados Unidos.
Ante el peligro de cierre de sus operaciones, los traficantes se dedicaron al desarrollo de nuevos mercados en Australia y Europa del Este.
Además, hay un aumento en la oferta tras la aparición de nuevos productores que se sumaron a los del tradicional Triángulo Dorado, área formada por Laos, Tailandia, el norte de Birmania y el sur de China, que producen entre 80 y 90 por ciento del opio del mundo.
Afganistán se consolidó ahora como segundo productor de opio del mundo, mientras Rusia tiene un papel importante tanto en la producción como en el tráfico. También florecen nuevos cultivos en Colombia y México, cuyos narcotraficantes incursionan en el negocio de la heroína.
"Esto significa que el mercado está saturado, y eso obliga a Birmania y los otros países del Triángulo Dorado a buscarse otros clientes", explicó Crofts.
De acuerdo con fuentes policiales, el mercado australiano de drogas ilícitas alcanza a los 625 millones de dólares anuales. Junto con el aumento en los decomisos de heroína, crecen los de cocaína y los de drogas sintéticas como el éxtasis.
Mientras, el crimen organizado también experimentó algunos cambios. En los años 70 el tráfico de drogas estaba controlado por una red de delincuentes, en especial de Sydney, que ingresaron en el negocio tras lograr grandes ganancias con la prostitución y el juego durante la guerra de Vietnam.
Esos grupos aún tienen influencia, pero ahora comparten el negocio con las mafias de Italia y Estados Unidos, tríadas chinas y con grupos japoneses, vietnamitas y surcoreanos. La policía de Australia asegura que los grupos más peligrosos son los chinos y vietnamitas.
"Esto tiene que ver con los cambios a lo largo de la ruta del comercio de la heroína. Ahora aprovechan los avances técnicos de avanzada y están mejor organizados", comentó un portavoz policial.
Nueve de cada diez cargamentos de heroína entran por Sydney, para luego ser distribuidos a través de bandas integradas por0 chinos y vietnamitas en las principales ciudades del país.
La policía ya detectó la aparición de grupos nuevos que participan en el tráfico de drogas en Australia, como las mafias de Rusia e Indonesia. Once de las 18 personas arrestadas en el decomiso de octubre eran indonesios.
"La participación de los indonesios apenas comienza, pero con seguridad aumentará a medida que la crisis de ese país lleve a la gente a cometer delitos para obtener dinero. El consumo en ese país aumentó muchísimo, y eso evolucionará hacia mayores envíos con rumbo a Australia", añadió el portavoz de la policía.
La policía advirtió que el tráfico no está vinculado a un grupo humano en particular. "Las características étnicas no son relevantes. Estas personas son empresarios y harán negocios con quien les convenga", dijo un portavoz.
Mientras, el aumento en el tráfico de drogas tiene un impacto social grave en Australia. "Hace 10 años la heroína en Melbourne o Sydney tenía un grado de pureza de 10 por ciento, pero ahora llega a 70 por ciento y los precios bajaron", confirmó la fuente policíaca.
El centro de investigaciones sobre drogas y alcohol de la Universidad de Gales del Sur determinó que la edad para empezar a consumir heroína se redujo de 20 a 16 años. Incluso hay niños de seis años que ya la consumen.
Las muertes por sobredosis de drogas superan a las de accidentes automovilísticos provocados por el alcohol.
Por otra parte, se teme que el consumo de heroína socave la estrategia australiana contra el sida, ya que se consume habitualmente con jeringas.
Crofts dijo que "la prohibición no funciona" y consideró que "la legalización permitiría sacar las ganancias del mercado negro, lo cual le dejaría más tiempo a la policía para perseguir a los peces gordos del tráfico".
Pero hace poco tiempo políticos de Camberra vetaron un plan para suministrar heroína recetada a un grupo de 40 adictos. Y una estrategia similar quedó desactivada en Melbourne, ante la oposición de la comunidad. (FIN/IPS/tra-en/awn/js/mk/lc-mj/ip/98
