La literatura de Tailandia tiene una larga y rica historia de novelas, ensayos y cuentos, pero no ocurría lo mismo con la poesía, hasta que Raekham Phradoikham obtuvo uno de los premios más prestigiosos de este país gracias a sus versos.
El poeta de 44 años ganó el premio Seawrite 1998, que se otorga anualmente a un autor de los países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN). Logró la distinción con su obra "Nai Wela" (Dentro del tiempo), donde habla de lo efímero de la vida humana.
Los miembros del jurado dijeron que Nai Wela contiene "reflexiones profundas" sobre un concepto "universal, inmortal y estético".
"Sus poemas describen la forma en que todos los seres humanos son atrapados por el remolino del tiempo. Luchan mientras todo cambia a su alrededor. El humano y el tiempo son inseparables…", destacó el jurado.
Raekham, cuyo verdadero nombre es Suphan Thongkloi, buscó "expresar la relación entre la vida y el tiempo. Después de leer el texto hay quienes se sienten identificados con él, y se dan cuenta del paso del tiempo".
El poeta entrega una visión panorámica del ciclo de la vida, recurriendo a conceptos sobre lo efímero comunes en la filosofía budista. Escribe sobre las contradicciones entre jóvenes y viejos, y sobre el materialismo en oposición a la vida religiosa.
Sugiere que el humano es "esclavo del tiempo", y para ilustrar este concepto recurre a una serie de personajes: niños, una anciana, un monje, un empresario, una embarazada e incluso perros y gatos.
Este es el quinto libro de Raekham. Sus obras anteriores también fueron nominadas o ganaron premios nacionales en Tailandia.
Pero no todos están conformes con el premio. Algunos críticos consideraron que Nai Wela es una obra incoherente y carente de estructura, mientras otros evaluaron negativamente el uso de palabras difíciles, tomadas del discurso religioso budista. Uno de los comentaristas dijo que es "poesía del pasado".
Raekham responde con una amable sonrisa a esas críticas. "Deberían dedicar más tiempo a comprender el libro antes de hacer ese tipo de comentarios", sugirió.
Entre tanto, el premio sirvió para llamar la atención sobre la escasa difusión y producción de poesía en Tailandia, donde la prosa predomina en la escena literaria.
Hasta los años 30 y 40, la literatura tailandesa se basaba en la imitación de textos mitológicos o religiosos, pero eso cambió al terminar la monarquía absoluta en 1932. A partir de ese momento surgieron tendencias más modernas impulsadas por personas que habían estudiado en el extranjero.
Sin embargo, el florecimiento literario quedó trunco ante la seguidilla de dictaduras militares que censuraron las obras en las cuales se expresaban críticas políticas o sociales.
Dos de los más famosos poetas de Tailandia eran militantes del Partido Comunista. Jit Busimak murió peleando contra el ejército, mientras que Assanee Polachan pasó la mayor parte de su vida en el exilio antes de fallecer en Laos.
Los movimientos antidictatoriales de 1973 inspiraron a muchos poetas, incluso a Raekham. Cuando se graduó de la universidad fue a trabajar a las zonas rurales del norte del país, donde pudo conocer el sufrimiento de los pobres, en contraste con su vida de estudiante de la clase media.
"Las preocupaciones sociales fueron cada vez más influyentes sobre mi obra, y quise hablar de la vida de estos aldeanos que conocí en esa época", recordó.
En un reciente debate sobre poesía tailandesa en Bangkok, los asistentes se preguntaron por qué este género no se ha desarrollado. Una de las teorías es que el ansia materialista de la clase media tiende a suprimir el alma poética de la población.
Raekham reconoció que pocas personas están interesadas en la poesía, pero espera que el premio contribuya a generar interés entre las generaciones más jóvenes.
Señaló que los jóvenes deberán enfrentar la crisis económica y social de los próximos años. Y ese tipo de desafíos, añadió, son justamente el material del cual se puede nutrir una nueva poesía. (FIN/IPS/tra-en/js/mk/lc-ml/cr/98