Una propuesta del gobierno de Panamá para convertir la cultura en una industria al servicio del turismo y el esparcimiento en el marco del proceso de globalización, generó una polémica en sectores intelectuales.
La propuesta oficial surgió tras el Segundo Encuentro de Política Cultural realizado a fines de octubre bajo los auspicios del estatal Instituto Nacional de Cultura (Inac), durante el cual se reunieron unas 200 personas del mundo de la cultura.
La subdirectora del Inac, Julieta Arango, indicó que luego del encuentro un grupo de expertos convocados por la institución "está revisando la situación cultural panameña para confeccionar una ley de incentivos que permita la inversión privada en las actividades culturales".
Hasta ahora, las iniciativas del Inac en esa dirección no habían sobrepasado la constitución de patronatos para dirigir museos o el conjunto monumental de "Panamá la Vieja", construida en 1519 durante la colonización española y destruida e incendiada en 1671 por el famoso pirata británico Henry Morgan.
Pero según Arango, en el marco de la globalización la cultura "se ha convertido en el sostén de la actividad turística, la educación, el esparcimiento, la economía de servicios, de la tecnología y de la industria en general".
En ese sentido precisó que se requiere una legislación "que haga que la cultura se vea como una industria generadora de ingresos".
Renglones como la producción de libros, audiovisuales, turismo, discos, cine, teatro, producción artesanal, apertura de galerías, venta de pinturas, museos e impresión de revistas, formarían parte de esa nueva industria generadora de ingresos que el Estado de propone fomentar, dijo Arango.
Otro aspecto señalado por la funcionaria es el nuevo papel que deben jugar los medios de comunicación, los cuales a su juicio, tendrían que "servir de vehículos para la promoción cultural" del país a nivel internacional.
Sin embargo, el escritor Francisco Herrera consideró que la propuesta del gobierno constituye un objetivo de los sectores de mayores recursos de Panamá destinado "al control de los bienes culturales del país como mercancías".
Herrera aclaró que el establecimiento de patronatos privados para respaldar la administración de algunos museos, parques naturales y otros bienes colectivos no son incompatibles con la función del Estado de velar por los bienes culturales de la nación.
"Pero si ello (la privatización) puede implicar un proceso de expropiación lenta y definitiva de estos bienes en beneficio de elites y de un turismo controlado por las mismas elites, entonces corremos el riesgo de repetir procesos históricos que creíamos superados", añadió el intelectual.
En tanto, Manuel Zárate, ex subdirector del Inac, opinó que el eje de cualquier programa de promoción de la cultura en Panamá debe comernzar por resolver la gran crisis del sistema educativo.
"El hombre se forma allí, en la escuela, su socialización secundaria está en los colegios, y es allí donde recibe la base de su apreciación cultural sobre su sociedad, aspecto donde tenemos una gran crisis en estos momentos", afirmó Zárate.
A su juicio, para corregir esa deficiencia "debe haber un proyecto nacional con el consenso de todos para hacer un país culturalmente preparado hacia el próximo siglo".
El proyecto debe incluir a los medios de comunicación, "uno de los instrumentos de socialización del hombre más importante", que en muchos casos "lo que traen es lo residual de lo que se produce en las grandes metrópolis", lo que no contribuye a la promoción del país, precisó Zárate. (FIN/IPS/sh/ag/cr/98