El proceso de paz de Angola prácticamente fracasó porque la insurgente Unión Nacional por la Independencia Total de Angola (Unita) sigue resistiéndose al desarme y la misión de la ONU no puede hacer su labor, dijo hoy el secretario general del foro mundial, Kofi Annan.
En un informe enviado al Consejo de Seguridad de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) este miércoles, Annan señaló que los mecanismos conjuntos para mediar en el conflicto entre el gobierno y Unita no "funcionan y continúan los preparativos para un enfrentamiento militar".
La tensión militar prácticamente determinó la inactividad de los 550 efectivos de la misión de paz de la ONU (Monua) en el país. Diplomáticos de la organización internacional temen que, como ocurrió en 1992, se derrumbe el frágil proceso de paz y que Unita reanude a pleno su ofensiva militar.
Unita controla gran parte de la riqueza diamantífera del país y tiene 30.000 efectivos al mando de Jonas Savimbi, a pesar de los reiterados intentos de desarme y de las divisiones en el bando insurgente. La posibilidad de "reactivar el proceso de paz parece sombría", advirtió Annan.
La mayor parte de la culpa, agregó el secretario general, corresponde a Savimbi y Unita.
"Unita y sus dirigentes en (la localidad) de Bailundo son los principales responsables de la crisis actual. Sólo será posible resolver esta crisis si Unita toma medidas concretas para implementar, sin nuevas demoras, todos sus compromisos, incluso la desmilitarización de sus fuerzas", escribió Annan.
Los tres países que median en el conflicto, Estados Unidos, Portugal y Rusia, también culparon a Unita por el enfrentamiento. En respuesta, el mes pasado el grupo rebelde cesó todo contacto con los tres estados y los acusó de estar a favor del gobierno.
Luego de perder las elecciones de 1992 frente al izquierdista Movimiento Popular para la Liberación de Angola, Unita cesó su participación en el proceso de paz y desencadenó la etapa más cruenta de la guerra civil que ya lleva dos décadas en Angola.
Unos 300.000 angoleños murieron antes de que las negociaciones de paz auspiciadas por la ONU concluyeron en un nuevo cese del fuego en 1994.
Con la posibilidad de que se desate otro conflicto, diplomáticos ante la ONU ponderan cuál es la mejor forma de responder a la amenaza de Unita.
Varios estados miembros del Consejo de Seguridad consideran retirar a Monua en la creencia de que, si los soldados de la ONU se van, Unita volvería a la mesa de negociación ante el temor de que el gobierno pueda lanzar una nueva ofensiva.
Pero Annan advirtió sobre los riesgos del repliegue de la ONU y solicitó al Consejo de Seguridad que renueve el plazo de permanencia de la misión por tres meses más, para preservar la frágil paz angoleña.
"Si la situación de seguridad se torna insostenible, inmediatamente volvería al Consejo de Seguridad y le presentaría nuevas recomendaciones, incluso, de ser necesario, el repliegue de Monua", aseguró Annan. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/aq/ip/98