Sexólogos de América Latina exhortaron en la capital de México a alentar la libertad y los derechos de los homosexuales pues, dijeron, la tolerancia de la sociedad a la diversidad sexual generará respeto a los derechos de todos.
La necesidad de promover la tolerancia como vía para propiciar la salud sexual de cara al próximo milenio fue la consigna del IX Congreso Latinoamericano de Sexología y Educación Sexual, que sesionó en la última semana de octubre con el auspicio de la Organización de las Naciones Unidas.
Con el título "Hacia la Equidad en la Diferencia", más de 3.000 especialistas de la región se reunieron en talleres y conferencias para debatir también sobre trastornos sexuales, disfunciones eréctiles, erotismo, autoestima, violencia, masturbacion y educación de la sexualidad.
El estadounidense Eli Coleman, presidente de la Asociación Mundial de Sexología, dijo IPS que no es posible que la sociedad continúe impávida ante los despidos causados por la preferencia sexual de quienes los sufren. Lo importante es el conocimiento y el profesionalismo, agregó.
En su opinión, cuando se acerca un nuevo siglo habrá que ir más allá de lo que se avanzó en éste.
En ese sentido, sugirió incluso legalizar el matrimonio entre personas de un mismo sexo como ya ocurre en Holanda, dejar a un lado los tabúes existentes en torno a la masturbación, así como poner fin a la homofobia y ver la sexualidad mas allá de su función reproductiva.
"Uno de los retos para el próximo siglo es lograr una mayor libertad y derechos para las minorías (homosexuales, lesbianas y trasngéneros) ya no solo en beneficio de esos grupos sino para la sociedad en general", dijo Coleman.
Esther Corona, presidenta honoraria del IX Congreso, declaró a IPS que es necesario dar un salto mayor en este terreno a partir del reconocimiento de los derechos sexuales en las legislaciones de los países como un primer paso para avanzar hacia una sociedad más sana.
Tanto Corona como Coleman resaltaron el ejemplo de Colombia, uno de los pocos países del mundo que cuentan con una ley que prohíbe la discriminación sexual y protege a las minorías sexuales, blanco de estigmas en muchas sociedades.
Los asistentes al Congreso consideraron que el principio del bienestar sexual está en la autoaceptación y en el reconocimiento de la sexualidad como un derecho humano fundamental en la vida de cualquier ser humano.
Otros expertos, como la psicóloga costarricense Matilde Corrales, admitieron que en esta materia todavía queda un largo camino por recorrer.
Aunque hoy existe una visión diferente de la sexualidad, todavía queda mucho por hacer, mientras las sociedades reciben bastante influencias y sufren transculturizacion y, sobre todo, desinformación, subrayó Corrales.
Los participantes de la Conferencia recomendaron a los gobiernos enfocar sus esfuerzos educativos sexuales hacia niños y adolescentes, pues es allí donde comenzarán a cambiar las mentalidades hacia la sexualidad.
Pero los expertos pidieron también no olvidar a los adultos, aunque muchos estén ya llenos de prejuicios y mitos.
Entre los tabúes que aun persisten se mencionó la pornografia. Corrales dijo que esta manifestación es inadecuada para los niños pero de cierta forma útil para los adultos.
"Si estamos hablando de revistas o películas pornográficas no hay que cerrarse a ellas, pues pueden ser informativas y servir para que la gente aprenda muchas técnicas", apuntó la experta.
Sin embargo, los asistentes al Congreso entendieron, en general, que los procesos ideológicos de la región hacen que la pornografía no se perciba desde esa óptica, sino más bien como una cuestión de moral, mientras que en algunos países europeos es considerada un canal de información.
"La idea es enseñar un poco a las personas para que rompan el esquema que traemos respecto del erotismo, el mito y el prejuicio, para que se suelten un poquito y se den la oportunidad de ser creativos con sus parejas y consigo mismas", señaló la especialista costarricense.
El presidente de la Federación Mexicana de Educación Sexual y Sexología, Eusebio Rubio, consideró positivo el hecho de que las autoridades de este país reconocieran la importancia de la educación sexual.
Debieron pasar 20 años para que la Secretaría (ministerio) de Educación Pública de México se declarara a favor de la educación sexual y para que los funcionarios de Salud se pronunciaran por realizar un debate público sobre el aborto, al cual se opone la Iglesia Católica.
Expertos como Coleman reconocieron que la revolución sexual de este siglo es incompleta porque dejo asuntos inconclusos en materia de homosexualidad y masturbación.
Entre los avances, mencionó su alcance mundial, la emancipación de la mujer y el desarrollo de métodos anticonceptivos para prevenir embarazos, entre otros avances.
En su opinión, las transformaciones en materia sexual en este siglo estuvieron motivadas por acontecimientos como la liberación económica y psicológica de la mujer, el surgimiento del sida y la caída de la influencia religiosa en la vida de las personas.
Coleman dijo que ante la presión de los sectores conservadores que se oponen a los cambios en materia sexual, los sexólogos debieran aprender técnicas de activismo político para usarlas a la par de los conocimientos científicos con el fin de derrotar la irracionalidad que reina en muchas partes.
Puso como ejemplo las acciones que desarrollan grupos y sectores como la Asociación Mundial de Sexología, que no permite violaciones de derechos sexuales y cuando ocurren reaccionan de forma enérgica y rápida, envían cartas y protestan para que se los escuche en todo el mundo. (FIN/IPS/rr/mj/he hd/98
