La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) advirtió hoy que la crisis financiera mundial pone en peligro las mejoras en materia de seguridad alimentaria registradas en países de América Latina y Asia.
La FAO señaló que desde el comienzo de esta década no cesó de aumentar la cantidad de personas que padecen hambre en el mundo, si bien se registró un descenso en términos relativos.
En su informe anual sobre el Estado Mundial de la Alimentación y la Agricultura, esta agencia de las Naciones Unidas atribuyó el aumento del hambre a los escasos avances en la reducción de la pobreza.
Según el informe, las personas crónicamente desnutridas en el mundo en desarrollo suman 828 millones, seis millones más que las estimadas para el período 1992-1994.
El empeoramiento de la situación no se debe solo a los daños provocados por los fenómenos atmosféricos en las cosechas sino también a las restricciones al comercio exterior que vetan la importación de alimentos para compensar los déficit nacionales.
La FAO indicó que a esta situación se debe añadir otros factores, entre ellos el crecimiento demográfico que se traduce en el aumento de la población joven, lo cual introduce una serie de cambios en las necesidades alimentarias mínimas.
Aunque el porcentaje de seres humanos desnutridos haya bajado en el mismo período de 20 a 19 por ciento, ese descenso no fue suficiente para compensar el aumento de la población, según el informe.
El estudio de la FAO advirtió que la tempestad financiera global amenaza ahora algunos de los logros, entre ellos la mejor situación en materia de seguridad alimentaria de muchos países en América Latina y Asia.
El impacto negativo de la crisis en las economías nacionales, el empleo y en las perspectivas de la producción agrícola y del comercio podría derivar en un aumento de la inseguridad alimentaria para millones de personas.
El director del Departamento de Análisis del Desarrollo de la Agricultura y la Economía de la FAO, Jacques Vercueil, sostuvo que "el objetivo más urgente y al que hay que dedicar el mayor esfuerzo es reducir a la mitad, de aquí al 2015, el número de personas que en 1996 padecían de hambre en el mundo".
Ese es uno de los objetivos que se fijó en la Cumbre Alimentaria Mundial que celebró la FAO en 1996.
En el sur de Asia, en el bienio 1994-1996, el hambre afectó a 254 millones de personas, respecto de los 237 millones del período 1990-1992. En Africa subsahariana, los 196 millones que padecían hambre en 1990-1992 pasaron a ser 210 millones entre 1994-1996.
El informe atribuyó parte del hambre en muchas regiones a la creciente disparidad en la distribución de los ingresos.
Según el informe, el mayor número de personas que padecen hambre se encuentra en Asia, mientras en términos relativos, como porcentaje de la población, la situación más grave se registra en Africa subsahariana.
Contrariamente a la tendencia que se registra en el conjunto del mundo en desarrollo, el grupo de naciones más pobres no ha sido capaz de reducir desde 1969 el número de personas desnutridas ni el porcentaje de la población que padece hambre.
El número de países que afronta situaciones de emergencia alimentaria aumentó de 29 en 1997 a 36 en 1998, debido en especial a los efectos del fenómeno meteorológico de El Niño.
Según el Sistema de Información Global y Alerta Previa de la FAO, desde esa fecha las naciones en situación de emergencia alimentaria han pasado a ser 40.
En el 2005, más de 50 por ciento de la población mundial será urbana y la inseguridad alimentaria pasará a ser cada vez más un problema metropolitano, agregó. (FIN/IPS/jp/mj/dv/98