La fe islámica se podrá enseñar por primera vez como materia optativa en las escuelas públicas de la capital de Alemania, a la par que las religiones cristianas.
Así lo decidió la semana pasada un tribunal superior al conceder ese derecho a la Federación Islámica, que reúne a 25 organizaciones musulmanas turcas, muchas de ellas vinculadas al Partido del Bienestar de Turquía. La decisión judicial puso fin a una batalla legal desatada en los años 80.
Pero existe preocupación sobre la influencia que ejercerán los maestros de la Federación en el programa escolar. La autoridad educativa de Berlín sostiene que la organización es de índole política y no religiosa, y se opone firmemente a que dirija la enseñanza islámica.
El islámico Partido del Bienestar, otrora el mayor del parlamento turco, fue prohibido este año por el gobierno de Turquía, tras un breve lapso en el poder. Sus intentos de modificar el sistema secular turco no cayeron bien entre las fuerzas armadas.
La Federación aún no divulgó su programa escolar, a enseñarse en alemán, pero el portavoz de la organización, Abdurrahim Vural, precisó que este se discutirá con las autoridades escolares.
El programa abarcará los principios islámicos, conocimientos sobre la diáspora musulmana y, para fomentar la tolerancia, las creencias básicas del cristianismo y el judaísmo, aseguró Vural.
Más de 32.000 de los alumnos de las escuelas públicas de Berlín, o 7,5 por ciento del total, son de origen turco musulmán, y la ciudad también alberga a una considerable comunidad islámica procedente de la ex Yugoslavia. Algunos políticos creen que la enseñanza religiosa ayudará a integrarlos a la sociedad.
Si las escuelas no responden a las necesidades culturales de los alumnos turcos, entonces las mezquitas llenarán el vacío, argumentan.
Grupos religiosos islámicos presionan para que los niños musulmanes reciban tratamiento especial en las escuelas públicas, como la exclusión de las niñas de las clases de educación sexual, natación y otros deportes.
Las iglesias cristianas apoyan la enseñanza de la religión musulmana. "La educación religiosa islámica no debe relegarse a las calles", opinó Reinhard Stawinsky, portavoz de la iglesia protestante.
No obstante, el Estado vigila de cerca a la Federación. "Controlaremos el programa escolar y también a los maestros propuestos para asegurarnos que no se cometan actos inconstitucionales", advirtió Ingrid Stahmer, autoridad educativa de Berlín.
Los maestros propuestos también deberán contar con la autorización de la Oficina para la Protección de la Constitución (OPC), que vigila a grupos sospechosos de fundamentalismo islámico.
Eduard Vermander, director de la OPC en Berlín, explicó que su agencia investiga a la Federación porque varias de sus organizaciones están vinculadas a Milli Gorus, el ala internacional del Partido del Bienestar.
A principios de esta década la OPC vigiló a la Federación, pero canceló la vigilancia tras concluir que Milli Gorus no representa una amenaza para el público. Esto demuestra que no hay nada subversivo sobre la organización, aseguran sus integrantes.
El último informe de la OPC indicó que no todos los grupos pertenecientes a la Federación apoyan objetivos extremistas, sino que simplemente buscan solución a sus problemas cotidianos.
Así mismo, aunque muchos simpatizantes del Partido del Bienestar adhieren al fundamentalismo, sus dirigentes responden al modelo tradicional de la política turca, pragmática y siempre dispuesta a negociar.
No obstante, muchos padres turcos en Berlín temen que la decisión de la corte dé el visto bueno a la enseñanza fundamentalista y otros critican que sólo la Federación pueda dar clases.
"Es un error dejar la enseñanza del islam a una tendencia religiosa específica", opinó Cem Odzemir, político de origen turco del partido Verde.
Los padres temen que "sus hijos sean obligados a ayunar y rezar cinco veces al día", dijo Kazim Aydim, presidente de la Unión de Padres Turcos. El grupo asegura que sólo 20 por ciento de los niños de origen turco están interesados en las lecciones de religión islámica.
Es improbable que los liberales musulmanes alavitas, que constituyen un tercio de los musulmanes turcos en Berlín, asistan a las lecciones dictadas por la Federación Islámica, dominada por la escuela musulmana sunita.
En Berlín, los niños turcos asisten a las clases de religión católica o protestante, sin tomar parte, u optan por la clase de ética que se ofrece como alternativa.
En el estado de Bavaria, el gobierno turco es el responsable del contenido de la enseñanza islámica y contrata a los maestros correspondientes, aunque la mayoría de los turcos optan por las lecciones de ética.
En otros lados, las lecciones de religión islámica se ofrecieron, hasta el momento, sólo como parte de la materia Estudios Turcos, impartida por maestros no religiosos.
La autoridad educativa de Berlín subsidia con 50 millones de dólares por año a las iglesias y la Asociación Humanista que imparte estudios seculares. Ahora la Federación Islámica tendrá derecho a recibir parte de esos subsidios. (FIN/IPS/tra-en/ys/rj/aq/cr/98
