La flexibilidad laboral acarrea consecuencias penosas para los trabajadores de las industrias mecánica, eléctrica y electrónica, aunque puede aumentar la competitividad y el empleo en las empresas del sector, concluyó una agencia de las Naciones Unidas.
Una investigación realizada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) analizó los resultados del cambio del proceso de producción ocasionado por la incorporación de prácticas laborales flexibles.
Por lo general, esa transformación puede ser problemática para los asalariados pues afecta prácticas largamente arraigadas de los centros de trabajo, con efectos no deseados para muchos trabajadores.
Con la flexibilidad, se incrementa el trabajo a tiempo parcial, disminuye la retribución de las horas extraordinarias y crece la inestabilidad en el empleo, observó la OIT.
El nuevo régimen, que los gobiernos promueven junto con la liberalización de las economías, determina también aumentos de la ocupación nocturna, del trabajo durante fines de semana y de largos turnos durante períodos de gran demanda.
En cambio, las nuevas disposiciones sobre flexibilidad del mercado de trabajo aportan beneficios a las empresas que se traducen en mejor funcionamiento, aumento de la productividad y descenso de los costos salariales.
Entre los mayores perjudicados por la introducción de la flexibilidad figuran los trabajadores de Alemania, Japón y Estados Unidos, países que participan respectivamente con 15, 25 y 27 por ciento de la producción mundial de maquinaria.
Pero la OIT advirtió que, del mismo modo, en los países en desarrollo resulta cada vez mayor el número de trabajadores afectados por el fenómeno.
El informe se debate, desde este lunes, en Ginebra, en la reunión tripartita (representantes de gobiernos, empresas y sindicatos) sobre la repercusión de la flexibilidad de los mercados de trabajo en las industrias mecánica, eléctrica y electrónica.
El sector investigado comprende los grupos de construcción de maquinaria general y especializada, fabricación de maquinaria y piezas para construcción y usos domésticos, construcción de máquinas de oficina, contabilidad e informática, y maquinaria, aparatos, accesorios y suministros eléctricos.
También incluye a fábricas de equipos y aparatos de radio, de televisión, de vídeo y de comunicaciones, de fabricación de equipo profesional, científico y médico, instrumentos de medida y de control y aparatos fotográficos, instrumentos de óptica y relojes de todos los tipos.
Pero la categoría excluye a la fabricación de vehículos automóviles, el sector donde tuvieron su origen muchas de las medidas más innovadoras sobre la flexibilidad, precisó la OIT.
El total del empleo mundial en el sector aumentó 12 por ciento desde 1980, lo que representó un aumento de 4,5 millones de puestos de trabajo y un incremento de la producción de 113 por ciento.
Gran parte del aumento del empleo obedeció a un cambio en la producción hacia los países de bajos ingresos, que en la actualidad ocupan 32 por ciento de la fuerza de trabajo, en comparación con 22 por ciento de 1980.
Como prueba del cambio verificado, la OIT consignó que en 1992, solamente China acaparaba casi el 30 por ciento del empleo mundial en el sector, mientras en Estados Unidos llegaba solo al ocho por ciento.
El estudio constató que, en el mercado mundializado, la razón de ser de la industria es mantenerse competitiva, "lo que significa buscar una mayor flexibilidad y menores costos laborales".
En contraste, las preocupaciones de los trabajadores se concentran en mantener el puesto de trabajo, hacer frente a los problemas que se derivan de la coordinación de sistemas de producción flexibles y aceptar las implicaciones sociales de la flexibilidad a largo plazo.
La OIT citó que "conservar y crear empleo es un objetivo principal de los sindicatos al demandar reducciones de las horas de trabajo a cambio de mayor flexibilidad".
El estudio admitió que en la reunión tripartita de esta semana se trata de reconciliar la demanda de flexibilidad e innovación de la industria con las exigencias de los trabajadores de seguridad en el empleo y de condiciones laborales satisfacorias.
Sin embargo, la OIT observó que "es evidente que países que han adoptado prácticas laborales más flexibles, bien a nivel nacional u organizativo, tienden a experimentar mejoras notables en la competitividad" de esas industrias.
La organización internacional pronosticó que "la tendencia hacia la innovación y flexibilidad es probable que se acelere en los próximos años" basada en la necesidad de mantener elevados niveles de capacidad de utilización en sectores de esa industria intensivos en capital. (FIN/IPS/pc/mj/lb if/98