Una semana de protestas en Sudáfrica contra una ola de asesinatos de granjeros blancos culminó hoy con una manifestación frente a la oficina del presidente Nelson Mandela.
Los granjeros, encabezados por la Unión Agrícola Sudafricana, entregaron una petición a Mandela y al vicepresidente Thabo Mbeki en la que reclaman la reincorporación de la pena capital y condenas de cárcel más severas.
Más de 500 granjeros fueron asesinados desde 1992 en 2.800 ataques perpetrados contra las 60.000 granjas comerciales que son propiedad de agricultores de raza blanca en este país.
Sólo unos cientos de granjeros participaron en la manifestación de este viernes. El presidente de la Unión Agrícola Sudafricana, Chris Du Toit, dijo que las lluvias caídas en los últimos días impidieron una respuesta mayor.
Aunque la delincuencia es un problema grave en este país, sectores de la población negra aseguran que ahora recibe mayor atención porque comenzó a afectar a la población blanca, antes protegida por el régimen de segregación racial (apartheid).
"El gobierno y los funcionarios no están en contacto con la delincuencia ni con los sudafricanos que perdieron a sus seres queridos" por esta causa, aseguró Piet Matthee, miembro del opositor Partido Nacional.
Los ataques contra las granjas aumentaron 53 por ciento este año comparado con 1997, según cifras de la policía.
"Las últimas encuestas revelan que, en opinión de la gran mayoría de los sudafricanos, la delincuencia está fuera de control", informó Matthee.
Pero el Congreso de Sindicatos Sudafricanos (Cosatu) no respaldó masivamente la marcha de granjeros de este viernes porque, argumentó, los agricultores blancos no son las únicas víctimas de la violencia delincuente.
Sería más apropiado realizar una manifestación que denuncie el sufrimiento del país a manos de los delincuentes en lugar de las protestas sectoriales de los granjeros blancos, opinó Cosatu.
"De hecho, no sólo los granjeros son asesinados, sino también los trabajadores, a veces a manos de los propietarios que abusan de ellos", sostuvo Sam Shilowa, secretario general de Cosatu.
Los trabajadores sufren abusos en muchas granjas que aún se rigen por las diferencias raciales, y los detractores de la manifestación de este viernes sostienen que la protesta no denunció esta situación.
Pero los propietarios de granjas comerciales constituyen una fuerza poderosa ya que producen la mayor parte de los alimentos de Sudáfrica y controlan más de 80 por ciento de la tierra fértil.
Los granjeros de la localidad de Port Elizabeth exigieron esta semana que se reprima la delincuencia mediante la declaración temporal del estado de emergencia para paliar la situación.
En la manifestación de este viernes se destacó la presencia del líder del opositor partido Frente de la Libertad, el general Constand Viljoen.
Viljoen, ex comandante de las fuerzas armadas y defensor de la causa de los granjeros blancos, acusó al gobierno de ser demasiado blando con los delincuentes.
Parte de la estrategia de Viljoen para proteger a las granjas incluye la utilización de guardias armados y el cierre de caminos rurales al uso público.
Los granjeros creen que los responsables de los asesinatos son grupos armados. Durante el régimen del apartheid, el entonces clandestino partido Congreso Panafricano convocó a asesinar a los boers -descendientes de colonos holandeses-, lo que desató la batalla contra los granjeros comerciales.
Ahora, en cambio, el Congreso Panafricano negó toda responsabilidad en la actual ola de asesinatos y ofreció participar de una conferencia nacional para buscar soluciones al problema.
Pero los agricultores no creen en la inocencia del partido, sobre todo porque junto a muchos de los asesinados aparecen escritas las palabras Ejército de Liberación del Pueblo Azani, el ala militar del Congreso Panafricano.
Algunos analistas consideran que los asesinatos representan la reaparición de grupos dedicados a desestabilizar al gobierno. (FIN/IPS/tra-en/gm/mn/aq-ml/ip/98