RUSIA: La tóxica herencia de los cohetes soviéticos

El proceso de desarme nuclear creó en Rusia un nuevo problema ambiental para las comunidades vecinas a las instalaciones militares de cohetes y misiles de la era soviética.

El combustible líquido usado en la propulsión de los misiles y cohetes espaciales -dimetilhidrazina asimétrica (DMHA)- es altamente tóxico y difícil de erradicar una vez filtrado en el ambiente, advirtió Lev Fedorov, de la Unión de Seguridad Química.

Sólo recientemente las autoridades admitieron el peligro real para el ambiente de este compuesto químico orgánico que mantiene su toxicidad durante 20 años y se desplaza fácilmente por la tierra y el agua.

Extensas áreas del país en torno de las instalaciones en que se almacenan y desmantelan misiles, y zonas en que cayeron a tierra secciones o "fases" de cohetes espaciales están contaminadas con ese producto, afirmó Fedorov.

"La DMHA es más peligrosa si se inhala, pero también puede ser absorbida por el sistema digestivo, la piel y las membranas mucosas, causando distintas afecciones, especialmente en los niños", agregó.

La anemia, infecciones y alergias son comunes entre los menores que viven cerca de las áreas más afectadas, explicó Fedorov.

"Hay muchos niños con alta sensibilidad a las infecciones, especialmente virales", y un alto número de mujeres que pierden el embarazo o tienen parto prematuro e hijos con daño cerebral, señaló.

La DMHA produce al descomponerse sustancias cancerígenas y altamente tóxicas.

El envenenamiento crónico puede dañar el hígado, el sistema nervioso central, el corazón, las arterias y las vías urinarias. "Cualquier persona que trabaje con DMHA durante más de seis meses sufrirá daños en el hígado", aseguró Fedorov.

Hasta ahora se encontraron 110 zonas contaminadas, que suman un total de 20 millones de hectáreas.

Así mismo, fueron detectados rastros de DMHA y de sus derivados en niveles que superan el máximo tolerable por el ser humano en la vegetación, la tierra y los sedimentos, y en las verduras, el forraje y animales domésticos.

La DMHA y otros combustibles similares fueron usados durante décadas para el lanzamiento de cohetes en la Unión Soviética, desde Baikonur en Kazajstán hasta Plesetsk en el Artico y Kapustin Yar en el extremo oriental.

Cientos de misiles y cohetes impulsados por DMHA fueron lanzados desde mediados de los 60.

Los cohetes de primera y segunda fase son desechados después que aceleran al cohete principal a la velocidad necesaria para poner cápsulas en órbita. Esas secciones desprendidas se estrellan contra la tierra, derramando la DMHA no usada.

Entre 1967 y 1997, se lanzaron 214 cohetes desde Baikonur, aunque sólo 187 de ellos con éxito.

"El uso de la DMHA como propulsor líquido causó un gran daño ecológico. Amplias zonas donde cayeron las primeras secciones de los cohetes Proton, Kosmos-3M y Tsyklon-3 están contaminadas con esa sustancia y sus derivados", dijo Fedorov.

Sólo entre 1995 y 1997 fueron lanzados diez Kosmos-3 desde Plesetsk. Sus primeras fases se precipitaron sobre una misma área, derramando 667 kilos de DMHA en cada caída.

Entre los cientos de cohetes lanzados entre 1967 y 1997 hubo al menos 400 Kosmos-3 cuyas, primeras secciones cayeron sobre las regiones de Komi y Nenetz, en Rusia.

Desde 1977, más de 100 primeras fases se precipitaron sobre Mezenskii, cerca de Arkhangelsk, 900 kilómetros al norte de Moscú. También algunas áreas marítimas fueron afectadas a causa de la caída de esas secciones de los cohetes.

El proceso de desarme crea otro problema, pues se desmantelan algunos de los misiles más grandes, que estuvieron en servicio durante 30 años.

Por ejemplo, una unidad típica de 52 misiles nucleares SS-18 en Derzhavinsk y Zhangiz-Tobe en Kazajstán fue transportada entre 1995 y 1996 para ser desmantelada a Nizhiniy Novgorod, en Rusia central. Esa operación dejó un remanente de 6.000 toneladas de DMHA, de desecho.

Otros 130 misiles nucleares SS-19 fueron devueltos a Rusia desde Ucrania, dejando en ese país 4.000 toneladas de DMHA, que según se informó, desaparecieron. Ucrania, al igual que Kazajstán renunció a su herencia nuclear postsoviética.

La DMHA también se usa en misiles de defensa aérea apostados en todo el territorio de la ex Unión Soviética, y en submarinos.

La marina rusa fue acusada de almacenar miles de toneladas de DMHA en bases de submarinos en el mar de Barents, en Yagelnaya, Olenya y Ostrovnoy, y en las costas de Rybachiy y Pavlovskoye, sobre el mar de Japón y el océano Pacífico.

También hay plantas de fabricación de DMHA en Salavat, en la semiautónoma república de Bushkir, y en Angarsk, en la región Irkutsk, cerca de la frontera con Mongolia.

Los efectos del DMHA sobre la salud humana se estudian actualmente en las localidades de Tarasovo, cerca de Plesetskii, y Dolgoshelje, vecina a Mesenskii, ambas en la región de Arkhangelsk.

Setenta y nueve por ciento de la población examinada en Dolgoshelje y 90 por ciento en Tarasovo está afectada por la DMHA. Se detectaron daños en el hígado en la mitad de los casos y problemas sanguíneos en 44 por ciento.

Así mismo 78 por ciento de los residentes en Dolgoshelje presentaron problemas en el sistema nervioso, y se sospecha que 80 por ciento sufren de depresión clínica, cinco veces más que el promedio de la región de Arkhangelsk.

"La gente tiene derecho a saber qué riesgos está enfrentando", dijo Fedorov. (FIN/IPS/tra-en/ai/jp/di-ff/en he/98

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