El juicio contra el ambientalista y ex capitán de la marina de Rusia Aleksandr Nikitin, quien será interrogado hoy y durante toda la semana por acusaciones de espionaje y divulgación de secretos de Estado, es una prueba para el sistema judicial de este país.
El ex capitán de submarinos Nikitin fue acusado por la Oficina Federal de Seguridad de Rusia de haber cometido los delitos mientras trabajó para la organización no gubernamental noruega defensora del ambiente Bellona Foundation.
Nikitin fue detenido por la Oficina Federal de Seguridad el 6 de febrero de 1996, tras escribir dos capítulos de un informe de Bellona sobre los riesgos de la contaminación radiactiva causada por la Flota Norte de Rusia.
Nikitin permaneció detenido hasta el 14 de diciembre de 1996, y está restringido a los límites de la ciudad de San Petesburgo desde su liberación.
Uno de los abogados de Nikitin, Yuri Schmidt, dijo que el primer día del juicio se dedicó a formalidades, y que el acusado respondió "No" cuando se le preguntó si era culpable.
El fiscal Alexandr Gutsan realizará un interrogatorio cerrado al público. El juicio comenzó el martes con una audiencia que incluyó observadores y periodistas extranjeros, pero fue cerrada a los 30 minutos a pedido de Gutsan.
Después de cerrada la audiencia, algunos periodistas permanecieron para entrevistar a Nikitin y sus abogados en el corredor. Los dos últimos reporteros fueron expulsados por la fuerza por seis guardias armados.
Pero en la audiencia del martes hubo hechos importantes. Por primera vez en la historia legal rusa, tres miembros del parlamento ruso pudieron permanecer en la corte bajo las actuales leyes rusas, a pesar de objeciones de la fiscalía.
El juez Gutsan preguntó el porqué de la presencia de los diputados en la corte. Los tres respondieron que les interesaba el caso de Nikitin, y permanecieron en la corte después del cierre de las puertas al público.
"El caso Nikitin es el primer juicio en Rusia, o bajo el viejo sistema soviético, en que se nos permite observar, de modo que esto es histórico para nosotros", dijo Yuri Rybakov, miembro de la Duma de San Petesburgo.
Otro hecho importante fue que el juez solicitó y recibió decretos secretos en los que se basó el proceso de Nikitin. Por primera vez, el equipo de defensa tiene copias en sus manos. Hasta ahora, los agobados sólo podían especular sobre la ley que supuestamente violó el acusado.
"Sin embargo, que los decretos estén finalmente disponibles no es excusa al hecho de que no fueron entregados antes, en clara violación de los derechos del representado", dijo Schmidt.
Los decretos secretos del Ministerio de Defensa, algunos aplicados retroactivamente, constituyen la base de los cargos de alta traición contra Nikitin.
La defensa alegará que el uso de leyes secretas con retroacitvidad es una violación directa de la Constitución rusa y de principios de protección legal internacionalmente reconocidos.
"El juez deberá primero decidir si la aplicación de esos decretos es legal. Los cargos deben estar basados en leyes federales publicadas. De lo contrario, los cargos contra Nikitin carecen totalmente de bases legales", aseguró Schmidt.
Schmidt dijo que las penas están basadas en los artículos 275 y 283 del código criminal ruso, que prevén entre 12 y 20 años de prisión.
La Oficina Federal de Seguridad pidió una evaluación especializada del informe de Bellona sobre la Flota Norte, para determinar si este reveló secretos de Estado.
Pero la Oficina no incluyó entre sus evidencias la evaluación hecha por el Ministerio de Energía Nuclear (MinAtom), la cual concluyó que no hubo secretos de Estado en el informe.
La selectividad de la Oficina Federal en la presentación de las opiniones de estos expertos preocupó a activistas de los derechos humanos.
"Si Nikitin es condenado por estos cargos, podrá considerarse una luz verde para que la Oficina Federal continúe utilizando estas consultorías sesgadas en otros casos en Rusia", dijo Diederik Lohman, director de la oficina en Moscú del grupo Human Rights Watch. (FIN/IPS/tra-en/ai/rj/lp/hd ip/98