/REPETICION/FINANZAS: Brasil sería principal beneficiario de reforma del FMI

Los líderes del Grupo de los Siete (G-7) países más industrializados aprobaron hoy un plan de reforma del FMI que incluye la creación de un mecanismo para facilitar créditos a los países amenazados por la actual crisis financiera.

El primer beneficiario de ese mecanismo sería Brasil, donde el gobierno del reelecto Fernando Henrique Cardoso anunció esta semana un plan de austeridad de 84.000 millones de dólares.

Se prevé que Cardoso intensificará en los próximos días las negociaciones con el FMI (Fondo Monetario Internacional) para obtener un préstamo de emergencia de al menos 30.000 millones de dólares.

El acuerdo podría lograrse a mediados de noviembre, según funcionarios de Washington.

"Esta línea de crédito nos ofrece una herramienta nueva y poderosa que puede usarse cuando más haga falta, al menor costo, antes de que empiece el problema", destacó el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton.

El mandatario consideró "muy, muy importante" el acuerdo del G-7 para hacer frente a la sucesión de crisis provocadas por influjos masivos de capitales itinerantes.

El comunicado de 10 páginas publicado en Londres por el gobierno de Gran Bretaña, que actualmente preside el G-7, también aprueba otras serie de reformas discutidas en la reunión anual del FMI y el Banco Mundial, celebrada este mes en Washington.

Muchas de ellas fueron propuestas por Clinton a mediados de septiembre para "adaptar la arquitectura financiera internacional al siglo XXI".

El G-7 pidió una mayor cooperación entre los países en la regulación del flujo internacional de capitales, la elaboración de normas comunes para revelar datos nacionales sobre finanzas y políticas macroeconómicas, y estímulo a los acreedores privados para que participen en paquetes de rescate.

Así mismo, el grupo pidió una mayor regulación de los fondos de cobertura e instituciones off-shore por parte del propio G-7 y de otros países que participan en mercados mundiales de capital.

Los fondos de cobertura, casi carentes de toda regulación, representan una proporción cada vez mayor del flujo de capitales privados en los mercados internacionales.

El parte incluye también -aunque de modo más vago- demandas de los líderes republicanos del Congreso estadounidense, que este mes aprobó 18.000 millones de dólares para el FMI con la condición de que el G-7 impulse ciertas iniciativas políticas en la junta ejecutiva de la institución.

La más importante de esas iniciativas es el cobro de intereses más altos y el establecimiento de períodos de reembolso más cortos, y que el FMI sea más transparente en sus operaciones.

Funcionarios de Washington destacaron que la decisión del G-7, unas pocas semanas después del encuentro anual, demuestra la urgencia con que actuó Occidente para contener la crisis financiera iniciada hace 16 meses en el sudeste de Asia.

"Tiempos extraordinarios requieren este enfoque extraordinario de los líderes", dijo Gene Sperling, el máximo asesor económico de Clinton.

El secretario del Tesoro, Robert Rubin, advirtió que la crisis todavía no pasó, aunque en las últimas semanas los mercados internacionales se recuperaron gracias a recortes en las tasas de interés de Estados Unidos y Europa, la aprobación por el Congreso de nuevos fondos para el FMI, el programa de rescate de bancos de Japón y algunas señales de mejoría en Asia oriental.

Las propuestas del G-7 no tendrán efecto inmediato. Los cambios en el FMI, como la creación del nuevo mecanismo "cautelar", deberán ser aprobados por la junta ejecutiva de la institución, que representa a todos los estados miembros. (FIN/IPS/tra- en/jl/mk/ml/if/98

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