POBLACION: Ayuda alimentaria impide crecimiento de la pobreza

Especialistas y autoridades discrepan sobre las cifras de la pobreza en Perú, pero en algo están de acuerdo: de no existir los programas de asistencia alimentaria, el número de personas en pobreza extrema sería muy superior a los casi 2,5 millones reconocidas oficialmente.

La gran expansión de entrega de alimentos de los programas sociales tuvo la mayor incidencia en la disminución de la pobreza extrema durante 1997, señala un informe de "Cuánto", empresa privada de estadística para la cual existen más de 3,5 millones de peruanos en situación de pobreza crítica o extrema.

También el ministro de la Presidencia, Tomás González Reátegui, reconoció implícitamente ante el Congreso el impacto de los programas sociales, principalmente de apoyo alimenticio, para impedir que la cifra de pobres extremos continue aumentando.

Pero no todos comparten su punto de vista en cuanto a que la ayuda alimentaria "crea condiciones para el desarrollo humano". La parlamentaria opositora Graciela Fernández Baca dijo que si se eliminaran los programas de emergencia alimentaria, "habría un incremento inmediato de la pobreza extrema".

"El 67 por ciento de las familias de las zonas rurales reciben ayuda alimentaria y sabemos que en esas zonas se concentran las áreas de mayores niveles de pobreza", indicó.

Siete de los 12 millones de pobladores pobres de Perú viven en las zonas rurales, donde además se concentra el 31,9 por ciento de la población en pobreza extrema del país.

Según un informe sobre pobreza del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), los programas sociales han influido en su disminución.

Actualmente "hay programas sociales que ayudan a los niños no sólo a estudiar sino también a alimentarse", pero la mayor parte de los programas de alimentación se basan en donaciones, indica.

Para Cuánto, "concentrar la inversión social en donaciones es un malgasto", pues "no permite a la población salir de la pobreza o indigencia".

"La pobreza crece y la ayuda sólo sirve de paliativo temporal, no contrarresta en lo fundamental la condición de pobreza", subraya en un documento entregado a la prensa.

El 42,5 por ciento de la población de Perú depende de alguna forma de alimentos donados. Casi un tercio de estos alimentos se reparten entre la población limeña, lo que según muchos analistas evidencia una bien planeada estrategia electoral para lograr la reelección del presidente Alberto Fujimori en el 2000.

"Mantener una alta tasa de la población literalmente adicta a los programas de alimentos donados es garantía de un alto porcentaje de votos en favor del candidato deseado", señaló Angel Paéz, en un análisis sobre la evolución de la pobreza en los cuatro últimos años publicado en el diario La República.

"Una campaña reeleccionista de Fujimori basada en que un nuevo gobierno cortaría la ayuda social, sería muy efectiva", añadió Paéz.

Pero es evidente que la pobreza que afecta a más de la mitad de la población peruana, de 23 millones de habitantes, no muestra indicios de ceder. Según Cuanto, el 50,7 por ciento de la población peruana es pobre y según el INEI, el 44,1 por ciento.

El Banco Mundial, en su informe 1997, ubicó a Perú en el segundo lugar de pobreza de América Latina, con 49,4 por ciento, después de Guatemala, con 53,3 por ciento.

Para llegar a esta cifra, la entidad financiera se basó en la Encuesta Nacional de Medición de Niveles de Vida, elaborada con los auspicios del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Agencia Internacional para el Desarrollo de Estados Unidos (AID).

La Encuesta reconoce que si bien la población pobre se redujo a nivel nacional entre 1994 y 1997, no sucedió lo mismo en el área rural, donde la población pobre aumentó de 43 a 45 por ciento y la población en pobreza extrema de 66,8 a 76,9 por ciento.

Se considera población en extrema pobreza aquella cuyos ingresos no alcanzan para cubrir el costo de una canasta de alimentos que satisfaga los necesidades mínimas de calorías y proteínas.

Algunos expertos señalan que los pobladores en esta situación tienen un nivel de consumo inferior a los 30 dólares mensuales.

En esto radica la diferencia en medición de la pobreza en Perú, pues mientras todos los organismos especializados al realizar las encuestas de consumo preguntan cuánto dinero gastan diariamente en los alimentos que consumen, los técnicos del INEI preguntan sobre la cantidad de productos que compran.

A juicio de los primeros, el registro de datos que hace el INEI distorsiona los resultados, porque los alimentos consumidos varían según la ubicación geográfica y al patrón social, mientras que el monto de los gastos refleja la real capacidad adquisitiva de la población.

Y mientras tanto, "la población no tiene medios económicos suficientes para seguir creciendo y aumentando su consumo, lo que está generando un peligroso proceso de deflación", precisó Fernández Baca. (FIN/IPS/zp/ag/pr/98

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