ONU: Annan deja en libertad al Consejo para decidir sobre Kosovo

El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, denunció hoy ante el Consejo de Seguridad la creciente brutalidad de las fuerzas serbias en la provincia de Kosovo.

"Está absolutamente claro que la gran mayoría de las atrocidades de Kosovo fueron cometidas por fuerzas de seguridad dirigidas por el gobierno de la República Federal de Yugoslavia", que comprende a Serbia y Montenegro, afirmó Annan en su informe.

El secretario general debía expedirse sobre si el presidente yugoslavo Slobodan Milosevic cumplió o no las exigencias de la ONU de poner fin a las atrocidades de sus fuerzas de seguridad en Kosovo, donde la mayoría de la población, de origen albanés, procura la devolución de au autonomía.

Sin embargo, Annan se abstuvo de afirmar que Belgrado haya violado las resoluciones del Consejo, e instó a que éste "juzgue por sí mismo".

"A diferencia de los informes al Consejo sobre misiones u operaciones donde la ONU tiene presencia política directa, en este caso no cuento con los elementos necesarios para proveer una evaluación independiente del cumplimiento" de Belgrado, escribió Annan.

El informe será estudiado cuidadosamente por el Consejo, cuyos cinco miembros permanentes con poder de veto (China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia) están divididos sobre la crisis de Kosovo.

Estados Unidos y Gran Bretaña promueven -aunque no explícitamente- una intervención militar para forzar a las tropas yugoslavas a retirarse de Kosovo, mientras Rusia y China se oponen y Francia insiste en que el Consejo debe aprobar cualquier uso de la fuerza.

Cada parte podría afirmar que el informe sustenta sus argumentos. Washington y Londres podrían basarse en la denuncia de Annan sobre asesinatos y desapariciones de albaneses y en su advertencia de que, "si el actual estado de cosas persiste, miles podrían morir en el invierno".

Rusia y China, por otro lado, podrían arguir que el secretario general no declaró que Milosevic haya desacatado una resolución del Consejo que exige poner fin a la represión en Kosovo.

Está previsto que el Consejo de Seguridad discuta este martes el informe de Annan y decida más adelante en la semana la actitud a tomar.

Pero la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ya comenzó a prepararse para la posible acción militar y la descripción de Annan sobre la violencia en Kosovo podría reforzar la campaña del presidente estadounidense Bill Clinton a favor del uso de la fuerza.

"Los combates en Kosovo provocaron la huida en masa de la población civil, gran destrucción de aldeas y medios de sustento, y una profunda traumatización y desesperación de la población desplazada", escribió Annan.

"Muchas aldeas fueron destruidas por bombardeos e incendios tras las operaciones (militares) realizadas por fuerzas de los gobiernos federal y serbio", agregó.

La ONU estimó que hasta mediados de septiembre resultaron dañadas o destruidas unas 7.000 viviendas, y que a ese ritmo, para mediados de noviembre quedarían inhabitables 9.000 hogares.

La titular del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Sadako Ogata, calculó que al menos 200.000 albaneses abandonaron sus viviendas tras los últimos combates y agregó que están padeciendo el mal tiempo del otoño boreal.

Un informe divulgado el domingo por la organización de derechos humanos Human Rights Watch acusó al ejército yugoslavo de la ejecución de civiles, la destrucción sistemática de viviendas y los ataques contra voluntarios de los grupos humanitarios.

Según el informe, al menos 100 albaneses "desaparecieron" en Kosovo desde febrero, de los que cerca de la mitad se encontraban detenidos por las fuerzas de seguridad cuando se los vio por última vez.

"Desde hace siete meses es evidente que el gobierno libra una guerra brutal contra la población civil de Kosovo", dijo Holly Cartner, directora ejecutiva de Human Rights Watch para Europa y Asia central.

"Las atrocidades que vemos en la actualidad ocurren porque los países industrializados no reaccionaron enérgicamente desde el principio contra la agresión serbia", aseguró.

Paradójicamente, Estados Unidos y Europa incrementaron sus declaraciones sobre la necesidad del uso de la fuerza mientras las fuerzas yugoslavas comenzaban a retirarse de Kosovo.

Luego de tres meses de arduos combates contra el separatista Ejército de Liberación de Kosovo, Belgrado declaró la victoria la semana pasada y comenzó a replegar a los soldados a los cuarteles.

Aunque considerado insuficiente por la comunidad internacional, el repliegue quizá ayude a Milosevic a evitar, por ahora, las represalias militares.

Otros factores que podrían aplazar un ataque contra Belgrado son la oposición que enfrenta Clinton en el Congreso, donde la mayoría republicana se opone a todo ataque militar en vísperas de las elecciones parciales de noviembre, y el escándalo de las relaciones del presidente con Mónica Lewinsky.

El líder de la mayoría del Senado, el republicano Trent Lott, advirtió el domingo que aunque el Congreso quiere que Washington tome medidas con respecto a Kosovo, alberga dudas frente al uso de la fuerza "poco antes de las elecciones".

Además, el canciller ruso Igor Ivanov y el ministro de Defensa Igor Sergeyev visitaron el domingo a Milosevic en Belgrado y, en una declaración conjunta, advirtieron que toda intervención militar de la OTAN sería "políticamente irresponsable". (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/ml-aq/ip/98

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