Los procesos de ajuste en Brasil y Argentina debido a la crisis financiera internacional afectarán en forma negativa la llegada de visitantes a Uruguay, el segundo país de América del Sur en turismo receptivo.
"No podemos ser optimistas. Los problemas de la economía mundial tendrán un fuerte impacto sobre el turismo por lo cual los operadores deberán apelar al ingenio para ofercer precios accesibles", dijo a IPS el ministro de Turismo, Benito Stern.
Uruguay, país de 3,1 millones de habitantes, recibió 2,4 millones de turistas en 1997 y se ubicó en el segundo lugar de América del Sur, detrás de Argentina, y en el sexto de América en el área del turismo receptivo.
Ese año el turismo captó 750 millones de dólares, una cifra histórica que significó un aumento de 4,5 por ciento con relación a 1996. Ese ingreso de divisas respresentó el 3,75 por ciento del producto interno bruto (PIB).
Si se compara esa cifra con los 200 millones de dólares captados en 1987, el aumento de los últimos 10 años fue de 340 por ciento.
La exhortación de Stern a los operadores turísticos de bajar o mantener los precios y ofrecer mejores servicios tiene como antecendente lo sucedido en 1995, como resultado del "efecto tequila". Entonces, el número de turistas que llegó a Uruguay se mantuvo, pero el ingreso de divisas bajó 3,4 por ciento.
El 65 por ciento de los turistas que llegan a Uruguay son argentinos, que mayoritariamente se instalan en el balneario de Punta del Este, 150 kilómetros al este de Montevideo.
Los argentinos, históricos visitantes de esa zona, son propietarios de los inmuebles de mayor valor del balneario, al que en la temporada de verano comvierten en una extensión de su país.
A los turistas argentinos le siguen en orden de importancia los brasileños, que en la temporada anterior representaron el 12 por ciento del total, seguidos dentro de la región por chilenos y paraguayos. El total de turistas procedentes de diversos puntos de Europa fue del ocho por ciento del total.
Con los turistas argentinos como base histórica, el gobierno uruguayo se lanzó este año a la conquista de Brasil. En septiembre, Stern realizó una gira por el país vecino, acompañado de operadores turísticos.
"En Uruguay no existen grandes milagros como los asiáticos. No queremos ese tipo de milagros, es más, no queremos ni milagritos", dijo Stern ante un grupo de operadores turísticos en San Pablo.
El ministro destacó como ventajas adicionales a los casi 500 kilómetros de playas, la seguridad personal de que gozan los turistas y la condición de plaza financiera libre del país.
Pero las perspectivas para Uruguay no son auspiciosas. El verano pasado fue inestable y lluvioso, y eso se reflejó en las cifras. Según datos oficiales, en el primer semestre de 1998 el número de turistas disminuyó 6,5 por ciento y éstos gastaron 11,4 por ciento menos que en la temporada anterior.
De acuerdo con esos datos, la merma del número de visitantes fue mayor en enero y febrero, los meses en los que históricamente se registra mayor número de turistas. En el primer semestre de este año ingresaron a Uruguay 90.000 turistas menos que en igual período de 1997.
Discriminado por nacionalidades, en ese período hubo 60.000 turistas argentinos menos en el año anterior y en cambio aumentó la presencia de brasileños en cuatro por ciento.
De acuerdo con los operadores turísticos, no sólo la recesión en Argentina y Brasil, y las medidas de ajuste, van a repercutir en el turismo local.
Por ejemplo, en Brasil bajaron los precios de los pasajes aéreos internos para estimular el turismo dentro del país y en Chile el gobierno comenzó a reintegrar el impuesto al consumo a los turistas, dijo Walter Sobrero, presidente de la Cámara de la Industria Hotelera Turística de Uruguay.
Para algunos también incidirán los precios de "paquetes" turísticos que se ofrecen desde Cancún (México), Isla Margarita (Venezuela) y Cuba.
No obstante, el viceministro de Turismo, Ernesto Rodríguez Altez, cree que su incidencia es mínima, porque los turistas que llegan a Uruguay lo hacen con otros objetivos, como el mayor tiempo de estadía y "el estatus" que significa "mostrarse" en Punta del Este, en particular para los argentinos.
Durante los meses de diciembre, enero y febrero, la mayoría de los diarios, canales de televisión y revistas de variedades de Argentina le dedican grandes especios a la cobertura de la temporada en Punta del Este.
La clave es "mantener al turista de primera clase", combinando esto con ofertas complementarias, dijo Rodríguez Altez. (FIN/IPS/rr/ag/if/98