MALASIA: Gobierno rescata a empresa con vinculaciones políticas

El rescate de un conglomerado privado endeudado por parte del gobierno de Malasia puso al primer ministro Mahathir Mohamad, quien se hizo cargo en persona de la cartera de Economía, en el centro de una gran controversia.

El plan de rescate de Renong Bhd, una gran empresa de infraestructura vinculada con el partido gobernante Organización Nacional de Malasios Unidos, fue la primera operación importante después de la destitución del viceprimer ministro Anwar Ibrahim, antes a cargo del Ministerio de Economía.

La operación consiste en la emisión de bonos estatales por 2.800 millones de dólares para comprar a los acreedores la deuda de Renong y su asociado United Engineers (M) Bhd.

Los bonos serían cancelados el 2004 con los ingresos por impuestos y las ganancias de PLUS, una próspera empresa de United Engineers encargada de administrar el rentable negocio de la autopista malasia Norte-Sur.

El grupo Renong tiene una deuda total por 5.300 millones de dólares, lo cual representa cinco por ciento de todas las deudas registradas por el sistema bancario nacional. En su mayor parte, fueron contraídas para incursionar en costosos proyectos de infraestructura.

La operación de rescate fue muy criticada. "No me importa si se trata de un rescate o no. Si es bueno para el país lo haremos de todas maneras", advirtió Mahathir, sin embargo.

La operación de rescate, que se produce un mes después de la aprobación de controles de cambio para moderar el impacto de la fuga de capitales, puso de relieve las diferencias entre Mahathir y su ex viceprimer ministro en lo que se refiere al manejo de la economía.

Anwar, que goza del favoritismo de inversores extranjeros y de gran popularidad entre la población joven musulmana, está bajo arresto y será juzgado el 2 de noviembre por sodomía y corrupción, cargos de los que se declara inocente.

Después de ser destituido el 2 de septiembre, Anwar manifestó su preocupación por una operación anterior por la cual los fondos de Petronas, la empresa petrolera nacional, se utilizaron para salvar una compañía de astilleros cuyo principal propietario es hijo de Mahathir.

En los días previos a su arresto el 20 de septiembre, Anwar se mostró partidario de introducir profundas reformas para terminar con el amiguismo, la corrupción y el nepotismo. Sus llamados fueron bien recibidos por la población, pero no entre los empresarios.

"La mayoría de los empresarios respaldan a Mahathir, en especial después que redujo las tasas de interés", comentó un analista de una corredora de bolsa de Kuala Lumpur.

Las baja en las tasas de interés alivió a las empresas, y contrastó con el alza que había decidido Anwar antes, cuando adoptó medidas al estilo de las que por lo general recomienda el Fondo Monetario Internacional (FMI) para contrarrestar el acelerado crecimiento del crédito.

Muchas empresas malasias también parecen sentirse cómodas con el control de cambio que fijó una cotización de 3,8 ringgits por dólar. Sin embargo, algunos economistas advierten que esta medida podría ser perjudicial en el futuro.

Pero si bien Mahathir tiene el respaldo de los empresarios, Anwar era considerado en el exterior por inversionistas y administradores de fondos una persona interesada en reformar, recuperar la confianza en la economía de Malasia e imponer medidas de austeridad.

"Ellos veían que Mahathir culpaba a los extranjeros, mientras Anwar se concentraba en las debilidades malasias. Mahathir salva compañías, mientras Anwar prefería disciplinarlas. Mahathir no escuchaba, mientras Anwar recibía consejo de tecnócratas", escribió Khoo Boo Teik, autor de "Paradojas del mahathirismo".

Pero Anwar no era sólo el reformista. Su discurso también captaba la atención de la población rural y de jóvenes estudiantes musulmanes, desilusionados por el capitalismo porque ya comienzan a sentir los efectos de la recesión.

"Anwar parecía interesado en la construcción de viviendas populares y en la erradicación de la pobreza, mientras Mahathir andaba preocupado por las Torres Gemelas" en construcción en Kuala Lumpur, los edificios más altos del mundo, dijo Jubal Lourdes, una dirigenta comunitaria malasia.

Por su parte, el activista Mustafa Anuar consideró que los malasios, en su mayoría musulmanes, no consideran que Mahathir tenga muy en cuenta la perspectiva islámica.

Esto explica el arrastre del primer ministro entre la población no islámica de Malasia, y también la gran popularidad de Anwar entre los jóvenes musulmanes. (FIN/IPS/tra-en/an/ral/lc-mj/if ip/98

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