KOSOVO: Se acerca la hora decisiva

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) afronta una semana decisiva en torno al conflicto en Kosovo, durante la cual deberá decidir si asume el desafío de respaldar las palabras de amonestación con acciones concretas.

Muchos consideran inminente, y desean, que las fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ataquen a las fuerzas de Yugoslavia para responder a la represión en la provincia serbia de Kosovo, de mayoría albanesa.

El régimen serbio, para ganar tiempo, instaló este sábado un Consejo Ejecutivo Interino para gobernar Kosovo, integrado por siete serbios, cinco albaneses, tres turcos y tres musulmanes. Mientras, la fuerza aérea serbia anunció estar pronta para contrarrestar un ataque de la OTAN.

"Ya tenemos suficientes declaraciones. Ahora llegó el momento de tomar decisiones y realizar acciones concretas, porque el presidente yugoslavo Slobodan Milosevic es muy experimentado en realizar maniobras", dijo el canciller de Albania, Paskal Milo en una conversación con reporteros en la ONU.

El ministro albanés le pidió a la ONU que castigue a Belgrado con bombardeos y que envíe una fuerza internacional para proteger a la mayoría albanesa de Kosovo. También demandó "investigar a Milosevic en su condición de criminal de guerra".

Poco antes, el Consejo de Seguridad de la ONU había insistido en sus presiones sobre Milosevic al condenar las atrocidades cometidas en Kosovo, donde murieron unas 900 personas y otras 300.000 fueron obligadas a abandonar sus casas.

Este sería el saldo de la ofensiva yugoslava contra el levantamiento del Ejercito de Liberación de Kosovo (UCK).

A pesar de los deseos de Milo, todo parece indicar que Estados Unidos y otras potencias aún no están listas para atacar a Belgrado en el marco de una maniobra conjunta de la OTAN.

La secretaria de estado estadounidense, Madeleine Albright, aseguró el jueves que la OTAN "está lista para la acción", aunque de inmediato advirtió que su país considera que "la solución diplomática es la mejor opción".

Por otro lado, China y Rusia, miembros permanentes del Consejo de Seguridad, se oponen al uso de la fuerza en Kosovo. Y un tercer país, Francia, anunció que preferiría contar con una autorización explícita de este cuerpo de la ONU antes de proceder.

Estas posiciones generaron algunos titubeos por parte de otras potencias.

Gran Bretaña, también miembro permanente del Consejo de Seguridad, convocó el jueves a una reunión urgente sobre Kosovo, pero el encuentro sólo arrojó una tibia declaración criticando a "los responsables de atrocidades", sin referencias explícitas a fuerzas yugoslavas.

Los partidarios de un ataque a Yugoslavia esperan que el informe sobre Kosovo preparado por el secretario general de la ONU, Kofi Annan, sea incluido en el programa de la sesión de este lunes.

Milo dijo que Albania espera de ese informe un llamamiento a medidas concretas para enfrentar la crisis.

El canciller de Canadá, Lloyd Axworthy, sugirió que, además de tomar represalias contra Belgrado, será necesario enviar un contingente a Kosovo, para proteger a la población desplazada en esa región.

Fuentes cercanas a Annan dijeron que su informe plantearía el envío de una fuerza internacional para hacer frente a la crisis.

Pero también es cierto que la ONU tiene una experiencia negativa en sus pujas con Milosevic, después de las atrocidades que se cometieron en las ofensivas contra Croacia y Bosnia- Herzegovina, hoy repúblicas independientes.

Kosovo, provincia de mayoría albanesa que forma parte de Serbia, tiene un futuro más turbio, pues hasta ahora ninguna nación ha salido en apoyo de la aspiración independentista del UCK.

Las dificultades para lograr que Belgrado cumpla las resoluciones internacionales volvieron a quedar en evidencia el viernes, cuando el Consejo de Seguridad escuchó el informe de Gabrielle Kirk McDonald, jueza estadounidense que trabajó con el tribunal de crímenes de guerra en la antigua Yugoslavia.

McDonald acusó a las autoridades de Belgrado de rehusarse a aceptar la orden de arresto contra tres serbios condenados por el asesinato en 1991 de 260 hombres desarmados.

"Ningún estado debería considerar que está por encima de la ley. Llega el momento en que esos desafíos no pueden seguir ignorándose, y ese momento es ahora", añadió.

El embajador británico Jeremy Greenstock se limitó a comentar que el Consejo de Seguridad, integrado por 15 países, "deplora los continuos incumplimientos por parte de las autoridades de Belgrado".

Este tipo de declaraciones diplomáticas son lo que la ONU suele ofrecer, en vista que la mayor parte de los integrantes del Consejo no logran ponerse de acuerdo sobre el tipo de medidas necesarias frente a este tipo de crisis.

La próxima semana se sabrá si la OTAN opta por dar una respuesta más drástica. Aunque algunos diplomáticos de la ONU consideran que se mantendrían las ambigüedades de los últimos meses, siempre y cuando no se produzca una nueva ronda de atrocidades. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/lc-mj/ip hd/98

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