KOSOVO: Retiro serbio podría ser otra maniobra en larga batalla

El retiro de Kosovo del ejército y fuerzas de seguridad de Yugoslavia suspendió por ahora la amenaza de un ataque militar contra Serbia, pero dejó a muchos diplomáticos de la ONU alerta ante la posibilidad de que sólo se trate de otra maniobra en una batalla más larga.

Este miércoles, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) mantuvo más de 400 aviones de guerra en alerta, para asegurar que el presidente yugoslavo Slobodan Milosevic continúe retirando fuerzas de Kosovo y permita a decenas de miles de refugiados volver a sus hogares.

El secretario general de la OTAN, Javier Solana, dijo este miércoles que Milosevic empezó a actuar "favorablemente", aunque advirtió que el dirigente yugoslavo aún tiene que demostrar de que cumplirá con los compromisos asumidos.

El general de la OTAN Klaus Naumann calificó el retiro serbio como "un paso considerable en dirección al cumplimiento de las demandas".

Hasta el martes, el Consejo de Seguridad de la ONU y la OTAN parecían dispuestos a dar la luz verde a ataques militares de la Alianza Atlántica contra Belgrado como castigo por la guerra contra la población albanesa en la provincia de Kosovo.

Pero tras la confirmación de parte de fuentes de Estados Unidos y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) del retiro de casi 90 por ciento de las tropas yugoslavas el martes, las partes esperan para dar su próximo paso en la lucha del gato y el ratón sobre Kosovo.

"Hay un esfuerzo por reconfigurar las fuerzas de seguridad yugoslavas de forma que esperamos reducir sustancialmente la violencia", dijo el mediador especial de Estados Unidos Christopher Hill.

Dadas las divisiones del Consejo de Seguridad, donde Rusia y China se opusieron al uso de la fuerza en Kosovo, es posible que Milosevic haya hecho lo suficiente para evitar el castigo, al menos por ahora.

El sábado, un Consejo de Seguridad dividido aprobó una resolución que abrió camino a que las tropas de la OTAN utilizaran la fuerza si hasta este miércoles no se producía un retiro significativo de Kosovo. Moscú y Beijing callaron palabras para la autorización explícita de la acción militar.

La resolución sólo mencionó que "la acción puede ser necesaria para garantizar la seguridad" de las misiones que intentan verificar el retiro yugoslavo, pero no se refirió a una amenaza clara de uso de la fuerza.

La OTAN abandonó el plazo del martes para ataques aéreos sobre Kosovo y lo sustituyó por una amenaza más abierta y ambigua, que podría resultar en ataques si Milosevic reniega de los compromisos para poner fin a su campaña militar contra los separatistas en Kosovo.

Esta oscura política es reflejo de la cautela de muchos estados occidentales para tratar con el líder yugoslavo, quien hizo y rompió compromisos de paz repetidamente durante las guerras de 1991-95 en Croacia y Bosnia-Herzegovina.

Estados Unidos expresó cautela, y funcionarios del gobierno manifestaron precavidamente su satisfacción con el retiro. "Mientras vemos este cumplimiento sustancial … necesitamos enviar el mensaje de que Milosevic debe seguir cumpliendo", dijo el portavoz de la Casa Blanca Joe Lockhart.

Pero el Consejo de Seguridad de la ONU y las potencias occidentales siguen divididos sobre qué hacer a continuación en Kosovo.

Washington y Londres están ansiosos por mantener la presión en Belgrado, desde que ambos gobiernos dudan de que Kosovo quedará en paz una vez que se levante la amenaza de la acción internacional.

Por otro lado, las dificultades de persuadir a Rusia, China y en menor grado Francia para la acción militar revela el gran desafío que los gobiernos de Gran Bretaña y Estados Unidos enfrentan para justificar un ataque sin mayores provocaciones de Belgrado.

En las últimas semanas, Milosevic jugó un papel más moderado, firmando un acuerdo mediado por el diplomático estadounidense Richard Holbrooke que abriría el camino para el retorno de la autonomía en Kosovo, 90 por ciento de cuya población es albanesa.

Pero autoridades de la ONU advierten que, tras ataques al separatista Ejército de Liberación de Kosovo en los últimos meses, unos 300.000 kosovares han dejado sus hogares y continúan en peligro a medida que el invierno se cierne sobre la provincia.

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, tras despachar un equipo independiente a Kosovo, decidirá ahora "si es necesario establecer una presencia internacional (en la provincia) o si podemos brindar informes al Consejo de Seguridad de otra manera".

Diplomáticos en la sede de la ONU creen que el próximo paso podría ser una pequeña misión diplomática del foro mundial para supervisar si el cese de la lucha en Kosovo realmente tiene lugar, o si el retiro de esta semana será seguido de nuevos ataques contra los albaneses. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/lp/ip/98

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