Las últimas masacres de civiles en la provincia serbia de Kosovo llevaron a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y los países industrializados a considerar la posibilidad de adoptar medidas militares contra Belgrado.
Pero las divisiones existentes en el Consejo de Seguridad, en el que China, Francia y Rusia se niegan a atacar a Belgrado, hicieron que el organismo se limitara este jueves a condenar a los responsables de las masacres y a exigir la investigación de las mismas al presidente yugoslavo Slobodan Milosevic.
En sesión de emergencia, el Consejo de Seguridad también expresó alarma por la continuación de los combates en Kosovo, pese a que el organismo adoptó la semana pasada una resolución que exige el cese del fuego y el repliegue de las fuerzas de Belgrado.
Gran Bretaña abogó, sin éxito, por una declaración del Consejo que brindara a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) autoridad para utilizar la fuerza si continúan las atrocidades de Belgrado contra la mayoría albanesa de Kosovo.
Pero los 15 integrantes del organismo no decidirán medidas ulteriores hasta el lunes, cuando reciban un informe con los resultados de la investigación de las masacres en Kosovo, dijeron a IPS fuentes del foro mundial.
A pesar de la posición del Consejo de Seguridad, varios países industriales apoyan el uso de la fuerza contra Belgrado tras saberse que cientos de albaneses podrían haber sido masacrados y al menos 300.000 huyeron de sus hogares tras la última ofensiva yugoslava contra el separatista Ejército de Liberación de Kosovo.
En Estados Unidos ya existe consenso para una intervención militar, aunque la secretaria de Estado Madeleine Albright dijo este jueves, tras reunirse con el presidente Bill Clinton y otros miembros del gabinete, que la solución diplomática es la meta.
"Queda claro que la solución diplomática no funcionará por sí sola. Debemos enviar a Milosevic el mensaje más fuerte posible… que no toleraremos estas atrocidades", declaró este jueves el primer ministro británico Tony Blair.
"Siempre hemos dicho que pensamos que la OTAN puede actuar sin una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU", agregó el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, James Rubin.
La OTAN parece estar más preparada que antes para emprender ataques aéreos contra las fuerzas yugoslavas. El secretario general de la alianza militar, el español Javier Solana, se manifestó este jueves a la espera de que el Consejo de Seguridad adopte una resolución clara antes de decidir una acción militar.
Pero esa resolución quizá demore en llegar. La semana pasada, cuando el Consejo pidió a Milosevic que castigara a las fuerzas de seguridad yugoslavas responsables de las atrocidades en Kosovo, lo hizo de acuerdo al capítulo siete de la Carta de las Naciones Unidas, al que Washington considera autoridad suficiente para decidir el uso de la fuerza.
Pero Francia y Rusia discuten esta interpretación y sostienen que el Consejo debe expedirse directamente sobre la adopción de medidas militares, algo que aún no hizo.
China se negó incluso a votar a favor de la resolución de la semana pasada, considerando que el conflicto de Kosovo es un asunto interno de Yugoslavia. Las perspectivas de una votación unida del Consejo en contra de Belgrado son, por lo tanto, reducidas.
Sin embargo, el descubrimiento esta semana de los cuerpos de 18 civiles albaneses de Kosovo incrementó la presión para una intervención de la OTAN. El secretario general de la ONU, Kofi Annan, se manifestó "indignado" por las últimas masacres en Kosovo.
"El deber de las fuerzas de seguridad consiste en proteger a los ciudadanos, no en intimidarlos", dijo Fred Eckhard, portavoz de la ONU. "El secretario general condena enérgicamente esas acciones y renueva su exhortación al gobierno de la República Federal de Yugoslavia a no repetirlos", agregó.
"Las autoridades yugoslavas realizan una campaña de terror contra la población civil", denunció Holly Cartner, directora ejecutiva de Human Rights Watch para Europa y Asia Central.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados dijo al Consejo que más de 300.000 albaneses necesitan ayuda con urgencia, ya que carecen de vivienda y se encuentran en medio de los combates y de lluvias congelantes.
Mientras, el canciller canadiense, Lloyd Axworthy, urgió al Consejo no sólo a considerar la intervención militar, sino también a proveer ayuda humanitaria directa y seguridad a los refugiados. (FIN/IPS/tra-en/fah/aq-ml/ip-hd/98