KENIA: Los refugiados, víctimas de la delincuencia

Los bandoleros armados se convirtieron en una pesadilla para los refugiados que viven en los tres campos de esta localidad fronteriza con Somalia, en especial porque agreden y violan a las mujeres y las niñas.

"La seguridad es uno de los problemas graves en estos campos, y esa es una situación preocupante para el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR)", dijo el representante adjunto de ese organismo en Kenia, Daniel Tshilingi.

Tshilingi dijo que aumentaron los ataques contra los refugiados de Dadaab. "Es urgente resolver el problema de las agresiones contra mujeres y niñas", advirtió.

Los bandidos también atacan a los vehículos que circulan entre los campamentos, añadió el representante de ACNUR.

Los campamentos de Ifo, Dagahaley y Hagadera, que tienen una superficie combinada de 50 kilómetros cuadrados en un área de 18 kilómetros alrededor de esta localidad, albergan a 108.809 refugiados.

En Kenia viven unos 180.000 refugiados procedentes de Somalia, Etiopía, Sudán, la República Democrática de Congo, Ruanda y Burundi.

Estos tres campamentos albergan a las dos terceras partes de los refugiados en Kenia. La región desértica de Dadaab carece de agua de superficie, y la escasa vegetación que había en la zona fue consumida por los ganaderos nómadas.

"Conozco el caso de una mujer del campamento de Dagahaley que fue violada cuatro veces", comentó Fatuma Abdisamed, dirigenta de los refugiados en ese sector. Dijo que los ataques se producen cuando las mujeres salen del recinto en busca de leña.

"Cada día debemos alejarnos más del campamento si queremos conseguir la leña, que se agota rápidamente", contó.

"Los bandidos son demasiado fuertes para resistirlos, cuando atacan hasta los hombres buscan refugio", agregó Kalif Bashir, un refugiado de Dagahaley.

En el pasado, agregó, algunos hombres "estúpidos" resultaron muertos cuando trataron de impedir que las mujeres fueran violadas.

"La violencia sexual contra mujeres y niñas es una de nuestras grandes preocupaciones", confirmó la representante de ACNUR en Kenia, Yvette Stevens.

Stevens advirtió que la reducción del presupuesto de ACNUR impidió establecer cercos apropiados alrededor de los campamentos para proteger a los refugiados.

Esa situación podría cambiar ahora, pues se inició un proyecto para construir 120 kilómetros de cerco alrededor de los campamentos, con el apoyo de la agencia de cooperación alemana GTZ.

"El riesgo al salir de los campamentos es grande, pero ha sido imposible impedir que las mujeres y niñas salgan del perímetro pues es la única manera de recolectar la leña", dijo el encargado de logística de ACNUR en Dadaab, Okwuchukwu Ebe.

ACNUR reaccionó construyendo una estación de policía en el sector de Dadaab. Además se financiaron 27 vehículos para patrullar la zona y se estableció una red de comunicaciones.

El objetivo es vigilar las localidades aledañas de Garissa y Liboi, consideradas como las principales guaridas de los bandidos.

Este operativo también fue reforzado en marzo, cuando las presiones de ACNUR lograron que el poder de judicial keniano destinara un tribunal móvil con el fin de procesar a los culpables de violaciones y otros delitos.

Pero desde entonces sólo se han revisado nueve casos. (FIN/IPS/tra-en/pn/mn/mk/lc-mj/hd/98

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