JAPON: Tokio releva violencia doméstica contra mujeres

Miles de mujeres son víctimas de la violencia doméstica en Japón, pero toleran los abusos de sus parejas para evitar la marginación social, de acuerdo con un estudio realizado por las autoridades de esta capital.

"Los resultados fueron sorprendentes", destacó el encargado del estudio, Yuko Omura, al referirse a las respuestas de 1.533 mujeres que experimentaron la violencia de esposos o parejas al menos en una ocasión.

"El problema de las mujeres golpeadas recién está saliendo a la luz en Japón, y es urgente tomar medidas para abordarlo", añadió el experto.

El gobierno metropolitano de Tokio emprendió el estudio como parte de los compromisos adquiridos en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, convocada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1995 en Beijing.

"Las autoridades japonesas respondimos al llamado de la ONU, y comprendimos que nosotros también debíamos asumir el problema del maltrato a las mujeres si queremos alcanzar la meta de la igualdad de género".

Según el informe del estudio, siete por ciento de las entrevistadas dijeron que sus parejas las agreden con frecuencia, y 24 por ciento aseguraron que fueron atacadas al menos dos veces.

La principal manifestación del maltrato es la violencia sexual, incluyendo violaciones en el hogar, ser obligadas a tolerar la exhibición de películas pornográficas o de material indecente, o lidiar con parejas que no aceptan su responsabilidad en la planificación familiar.

"Un aspecto alarmante fue el de los casos de violaciones", dijo Omura. "Aunque el porcentaje fue bajo, pues no superó el uno por ciento, al sacar conclusiones del estudio podríamos estar hablando de 29.000 mujeres, considerando que en Tokio hay 291.000 casadas".

Algunas de las mujeres encuestadas reconocieron que los maltratos suelen causarles fracturas e inflamaciones en el rostro.

Las autoridades no estaban preparadas para historias como la de Keiko, que desde hace dos décadas soporta los abusos de su marido, a quien ayuda en una tienda de fotografía en los suburbios de la capital. Dijo que su esposo trabaja mucho, pero también bebe y se vuelve violento.

Los ataques de su esposo le dejaron dos dientes rotos, y una fractura en la muñeca cuando, en un ataque de ira, trató de empujarla por las escaleras. Keiko dijo que su marido no quiere discutir los problemas, y le dijo que deje el hogar si no se siente cómoda.

"He tratado de dejarlo en varias oportunidades, pero mis padres y mis parientes políticos siempre me convencen de aguantarlo por mis hijos", dijo Keiko, que representa mucho más de 42 años. "Cuando mis hijos se vayan, podré pensar en una nueva vida".

Noburo Kishi, directora de un centro de asistencia para trabajadoras sexuales, comentó que la sociedad japonesa desarrolló la tolerancia hacia la violencia doméstica contra las mujeres.

Uno de los problemas frente a esta situación, dijo Kishi, es que la mayoría de las mujeres no quieren hablar con extraños sobre los abusos, mientras la sociedad pone a la familia por encima de los dramas individuales. Más de la mitad de las entrevistadas nunca habían consultado a nadie a raíz de las agresiones.

La mayor parte de estas mujeres, de un promedio de 50 años de edad, dijeron que no deseaban contar sus problemas para no avergonzar a la familia. Las veniteañeras, en cambio, si habían consultado con otras personas, aunque se sentían incapaces de alterar su situación.

Una siquiatra del Instituto para el Funcionamiento de la Familia de Tokio, Satoru Saito, destacó que las mujeres golpeadas no son necesariamente personas obedientes sin participación social.

"Ellas pueden ser maestras, doctoras, enfermeras, abogadas… algunos hombres se sienten amenazados por este tipo de mujeres, y entonces las maltratan", dijo Saito.

Una mujer de 30 años dijo que su marido se puso violento cuando ella salió con unas amigas. "Me pegó, me pateó y me arrastró tomándome por el pelo, luego me hizo pedir perdón de rodillas". Después de 10 años de matrimonio, ella decidió pedir el divorcio.

Pero los especialistas dijeron que en general las mujeres soportan los maltratos por períodos mucho más largos. La policía reveló que su intrusión en asuntos familiares suele ser rechazada por mujeres golpeadas.

"Si una mujer golpeada expresa en forma clara su deseo de que el marido sea arrestado, nosotros procedemos. Pero lo normal es que esas mujeres retiren sus demandas cuando se tranquilizan", dijo el jefe de la oficina para víctimas de delitos de la policía metropolitana de Tokio, Tomoko Sakaguchi.

Omura consideró que el primer paso es "ayudar a las mujeres a denunciar la violencia, asegurándoles que no tiene nada de malo ejercer sus derechos para evitar los maltratos de sus maridos".

"Los hombres también deberían ser educados para que tomen conciencia de lo que hacen y busquen ayuda para eliminar el hábito de pegarle a sus mujeres", agregó el responsable del estudio.

Según Omuera, el número de personas que buscan ayuda especializada de expertos como Kishi tiende a aumentar. Los encargados de brindar asistencia piden más refugios para mujeres maltratadas y talleres de capacitación, mientras los abogados consideran necesario tener leyes más estrictas.

"Los maridos violentos no son procesados a menos que sus mujeres sufran heridas graves o fatales", afirmó el abogado Tomoko Hirayama, especializado en divorcios. (FIN/IPS/tra-en/sk/cb/js/lc-lp/hd/98

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