ISRAEL-PALESTINA: Múltiples obstacúlos en el camino de la paz

El proceso de paz entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina (ANP) deberá sortear múltiples obstáculos, aunque parece probable, incluso inminente, un acuerdo sobre el repliegue de tropas israelíes de zonas ocupadas de Cisjordania.

El primer ministro israelí Binyamin Netanyahu y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasser Arafat, se reunieron el lunes, por primera vez desde octubre de 1997, en un encuentro en Washington con el presidente estadounidense Bill Clinton.

Luego, Arafat indicó que está dispuesto a destinar a "reserva natural" bajo control de la seguridad israelí poco más de la cuarta parte del 13 por ciento de territorio de Cisjordania que Israel aceptó entregar a la ANP.

Repentinamente, tras meses de estancamiento, tanto Arafat como Netanyahu declararon tras el encuentro que a mediados de este mes se podría llegar a un acuerdo sobre el repliegue israelí.

Pero aun si los dos líderes, siempre enfrentados, firman el pacto, queda en pie la duda si el pequeño avance bastará para reencaminar al proceso de paz. Lo más probable es que no.

El acuerdo a firmar incluye dos elementos. Uno es la obligación israelí de retirarse de 13 por ciento de Cisjordania y otro es el compromiso palestino de dar pasos específicos y verificables para impedir que los extremistas envíen terroristas a las calles israelíes.

El acuerdo también incluirá una fórmula de implementación. Por cada repliegue parcial de las fuerzas israelíes, la ANP debe responder con expresas medidas de seguridad. Sólo entonces Israel llevará a cabo otro retiro parcial.

En un ambiente de continua desconfianza, quedan múltiples oportunidades para que se produzca un nuevo estancamiento, opinan los analistas.

"La implementación del acuerdo no será fácil", sostuvo Ghassan Jatib, analista y director de Centro de Medios de Comunicación de Jerusalén, una organización de investigación palestina.

"Las cosas podrían marchar sobre ruedas de una etapa a la otra o podrían detenerse. Hace falta una imaginación muy vivaz para pensar que ambas partes firmarán el pacto", dijo Jatib.

Netanyahu exige un control estricto del acuerdo, lo que llama "reciprocidad", porque no confía en que la ANP cumpla con su parte, o sea la confiscación de armas ilegales y la represión de los extremistas palestinos.

"Queremos estar seguros de que la tierra que entreguemos a los palestinos no se convierta en base de continuos ataques terroristas contra Israel", dijo el primer ministro ante un grupo de estudiantes.

La ANP considera que la "reciprocidad" es un truco de Netanyahu para aplazar el repliegue militar que su gobierno de derecha nunca aceptó.

Al imponer tantas condiciones a Arafat, Netanyahu quiere dar la impresión de que la ANP es la culpable de un estancamiento que el líder israelí en realidad quiere prolongar, aseguran analistas palestinos.

"Cuando analizo las condiciones que Netanyahu quiere imponer, pienso que están ideadas como una excusa para no efectuar el repliegue", dijo Jatib.

"Israel quiere que disminuyamos la cantidad de policías, por ejemplo. Pero si se quiere que la seguridad de los palestinos sea más eficaz, entonces habría que aumentarla, no reducirla", señaló.

Netanyahu exige la detención de palestinos acusados de atentados contra israelíes, y en algunos casos su entrega, la confiscación de armas ilegales y la disolución de células de Izzedin al Qassam, el ala militar de Hamas, grupo extremista responsable de la mayoría de los atentados contra Israel.

La ANP, con la supervisión de la estadounidense Agencia Central de Inteligencia (CIA), capturó a sospechosos de Hamas.

Incluso si superan estas vallas, israelíes y palestinos aún deben resolver problemas espinosos como la administración de Jerusalén, los asentamientos judíos, los refugiados y la pretensión palestina de tener su propio estado. Todo esto debe estar resuelto en mayo de 1999.

Los israelíes se encuentran divididos sobre estos puntos desde que se firmaron los acuerdos de paz en 1993. Los partidos opositores de izquierda consideran que la transacción, derribando algunos asentamientos judíos y permitiendo cierto tipo limitado de estado palestino, es la mejor receta para la paz.

La derecha política considera que esta actitud sólo conducirá a nuevas exigencias palestinas contra un Israel cada vez más pequeño y débil. Para estos grupos, Cisjordania es israelí por derecho religioso e histórico, y no confían en la posibilidad de un estado palestino confinado a Cisjordania y Gaza.

Según los analistas, la mayoría de los palestinos dejaron hace tiempo de prestarle atención a los avatares de las negociaciones. No creen que Netanyahu vaya a entregar más territorio, pero sí ponen sus esperanzas en la declaración de un estado independiente cuando caduquen los acuerdos interinos en 1999.

El estado "es el objetivo, el sueño palestino y como el proceso de paz no se mueve, parece lo más lógico. ¿Qué tenemos que perder?", se preguntó Ali Jarbawi, analista palestino y director del Centro para los Derechos del Ciudadano.

En la calle, la mayoría de los palestinos comparten esta opinión. "El pueblo está esperando que Arafat declare la fundación del estado palestino. Es nuestra tierra y todos los palestinos lucharán por su estado", dijo Zaal Batha, abogado palestino de Jerusalén.

Pero la fundación del estado tiene sus riesgos. Aun si Israel se retira de un 13 por ciento adicional de Cisjordania, los palestinos solo controlarán 40 por ciento del territorio en mayo de 1999. Israel podría sofocar con facilidad al naciente estado, rodeando el territorio y ahogando a la economía palestina.

En su lugar, Arafat procura obtener el respaldo diplomático para la independencia palestina. El líder palestino solicitó el apoyo de los estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas, en su discurso anual ante la Asamblea General la semana pasada.

Durante una visita a un instituto de investigación de Nueva York, Arafat dijo que el estado palestino será un "estado de paz". "Deseo y espero que la declaración de un estado palestino independiente en territorio palestino se realice en un marco internacional", agregó. (FIN/IPS/tra-en/dho/rj/aq mj/ip/98

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