IRAN: Mujeres y laicos se postulan para alto órgano de gobierno

Los votantes de Irán elegirán este viernes a los miembros de la Asamblea de Expertos, un órgano con más poder que el parlamento y la presidencia, y que por primera vez podría admitir a mujeres y laicos.

Un movimiento impulsado por la parlamentaria Fayizeh Rafsanjani logró que el Consejo de Guardianes de la Constitución admitiera a candidatos no religiosos y mujeres para los 82 escaños de la asamblea.

Sin embargo, los consejeros establecieron que los postulantes deben demostrar un alto conocimiento del Islam, y que será el propio Consejo el que decida si los candidatos y candidatas cumplen tal requisito.

Esta es la tercera elección de miembros de la Asamblea desde el triunfo de la Revolución Islámica, en 1979.

Las dos condiciones indispensables para integrar este cuerpo eran hasta ahora ser hombre y religioso, a diferencia del parlamento y la presidencia de la república, que están abiertos a todos los ciudadanos iraníes musulmanes, sin distinción de sexo.

La existencia de la Asamblea de Expertos y del líder supremo, elegido por aquélla, constituye la principal diferencia entre la democracia iraní y las occidentales.

El régimen de Irán contempla, al igual que en Occidente, la separación de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, y los controles mutuos entre éstos.

La independencia del Poder Judicial quedó ilustrada en el juicio y procesamiento por corrupción este año del alcalde de Teherán, Ghulam Hussein Karbaschi, a pesar de ser aliado del presidente Muhammad Jatami.

Pero el caso también mostró la autoridad final que tiene el líder supremo, cuando el ayatolá Ali Jamenei ordenó que Karbaschi fuera liberado bajo fianza, algo que el juez había negado.

La Asamblea de Expertos tiene más poder que el parlamento y que el propio presidente, quien es elegido directamente, gracias a su potestad de nombrar o destituir al líder supremo.

Este, a su vez, tiene amplias potestades: designa al jefe supremo de justicia, al jefe del estado mayor, al comandante de la Guardia Revolucionaria y a los siete miembros del Consejo Nacional de Defensa.

También tiene la autoridad de destituir al presidente si el parlamento lo impugna por incompetencia política, o si la Suprema Corte considera que no cumple sus tareas.

El concepto de líder supremo -"faqih" o jurisconsulto justo, en términos teológicos- deriva de la doctrina chiíta, según la cual, tras la desaparición de su último imán o guía espiritual en el año 873, el gobierno de una comunidad islámica debe ser ejercido por un jurisconsulto de excepcionales cualidades.

Noventa y ocho por ciento de los 63 millones de iraníes son musulmanes, y de éstos, 90 por ciento son chiítas.

El ayatolá Ruhollah Jomeini era considerado por los musulmanes iraníes no sólo como un jurisconsulto justo sino también como "mujtahid": un líder calificado para interpretar y aplicar la "sharia" o ley islámica.

Jomeini (1902-1989) dirigió la exitosa Revolución Islámica contra Mohammed Reza Pahlavi, el sha prooccidental de Irán.

El líder supremo nombra a seis jurisconsultos en el Consejo de Guardianes de la Constitución, de 12 miembros. Los otros seis son especialistas en distintos aspectos del Islam, y los elige el parlamento.

Los jurisconsultos del Consejo de Guardianes determinan la cantidad de miembros de la Asamblea de Expertos, su permanencia en el cuerpo (actualmente ocho años) y las calificaciones que deben tener para integrarlo. Esas decisiones deben tener la aprobación del líder supremo.

Las elecciones de la primera Asamblea se realizaron en diciembre de 1982 y sólo fueron electos integrantes chiítas.

Jomeini estableció antes de morir, en junio de 1989, que el líder supremo debía ser un jurisconsulto justo, pero no necesariamente un mujtahid destacado.

Eso facilitó que el ayatolá Jamenei, presidente de la república, fuera nombrado líder supremo por la Asamblea de Expertos.

Jamenei ordenó una elección de integrantes de la Asamblea de Expertos en octubre de 1990, con lo cual consolidó su poder.

En un entorno político más liberal tras la elección de Jatami como presidente en mayo de 1997, la atención se centró en las calificaciones exigidas para integrar la Asamblea de Expertos.

Aún está por verse si tras la decisión del Consejo de Guardianes habrá mujeres y laicos en la Asamblea, pero el debate previo a la votación del viernes sugiere que muchos iraníes ya no consideran la Constitución como algo sagrado, y que los gobernantes están dispuestos a escucharles. (FIN/IPS/tra-en/dh/di- ml/ip-hd/98

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