INFANCIA: Cambio de mentalidad para vencer al sida

La sociedad debe cambiar su mentalidad en la lucha contra el sida y reconocer la capacidad de los jóvenes en todos los órdenes, evaluaron expertos en derechos de la infancia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Los niños y los jóvenes tienen que participar como actores en el examen de las cuestiones que les afectan, sostuvo Sandra Mason, presidenta del Comité sobre los Derechos del Niño.

El organismo de la ONU, que concluye esta semana su último período anual de sesiones, consideró los problemas de "Los niños que viven en un mundo con sida" bajo la premisa de que las necesidades de niños y adolescentes no se atienden con la misma respuesta genérica destinada a los adultos.

Las campañas de los dos últimos años crearon conciencia de que niños y adolescentes afrontan una amenaza permanente del virus de inmunodeficiencia adquirida (VIH), la antesala del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).

Más de 500.000 bebés resultaron contagiados el año pasado por efecto de la transmisión madre-niño, ejemplificó Peter Piot, director del Programa Conjunto de la ONU contra el VIH/SIDA (ONUSIDA).

En la franja de edades inferiores a los 25 años, unos 7.000 jóvenes y niños se infectan cada día con el mal. Alrededor de la mitad de los nuevos casos de VIH pertenecen al grupo generacional de 10 a 25 años y representan 2,6 millones de nuevos casos por año.

Esas cifras significan que suman millones los niños y los adolescentes contagiados de VIH que requieren atención médica y también protección contra las discriminaciones, dijo Piot.

Pero al mismo tiempo, los jóvenes poseen una capacidad enorme para cambiar el curso de la epidemia y "constituyen una poderosa fuerza de cambio en sus familias, entre sus coetáneos y en la comunidad".

"Debemos acabar con la visión de los jóvenes como meros objetos de intervención", previno el directos del ONUSIDA.

La agencia de la ONU obtuvo pruebas contundentes de los resultados, "a veces espectaculares", que se pueden obtener en la prevención contra el VIH entre jóvenes.

En Uganda, entre 1990 y 1996, se logró una disminución de 40 por ciento de nuevos contagios de VIH entre muchachas adolescentes de centros urbanos y en forma simultánea, una mejora considerable del comportamiento sanitario responsable.

Una campaña desarrollada en Tailandia, entre varones jóvenes, dio frutos positivos similares a los de Uganda.

Muy pocas veces se registró un éxito semejante entre adultos "maduros", lo que resulta aleecionador para quienes "tratan a los adolescentes de criaturas irresponsables y a la adolescencia de un estado sociopatológico", dijo Piot.

Los adolescentes se revelan como eficaces educadores entre sus pares, como demostró la labor de la Asociación Deportiva Juvenil Mathare (MYSA), en Nairobi, que preparó a sus futbolistas para difundir conocimientos sobre VIH entre otros jóvenes.

Los deportistas insistieron en la abstinencia sexual y a los jóvenes con vida sexual activa les subrayaron la importancia del uso del condón y de la fidelidad a un solo compañero o compañera.

Los educadores de MYSA discutieron con sus coetáneos sobre las relaciones entre jóvenes de los dos sexos y sobre los muchachos que fundan su autoestima en las conquistas sexuales y las muchachas que basan su personalidad en tener un compañero.

La escuela debe impartir una educación basada en la experiencia de la vida, sostuvo Piot. Los jóvenes pueden perfeccionarse mediante la comunicación sobre cuestiones de sexo y de una vida sana.

Sin embargo, los esfuerzos por impartir esa enseñanza basada en la experiencia de vida se enfrentan a menudo con una oposición que los derrota.

Por lo general se argumenta que la discusión sobre sexo favorece la promiscuidad, "pero ese es un mito que necesitamos desvirtuar", dijo el funcionario de la ONU.

Los estudios de ONUSIDA demostraron que cuando los jóvenes reciben esa enseñanza fundada en la experiencia, disminuyen las enfermedades de transmisión sexual y los embarazos de adolescentes. A la vez, se aplaza la edad de la iniciación sexual.

En la mayoría de los países, los servicios de salud son poco amistosos con los jóvenes. Con frecuencia los adolescentes soportan las críticas del personal sanitario por mantener relaciones sexuales a temprana edad.

Por el contrario, la incorporación de jóvenes a los servicios de salud depara excelentes resultados, como demostró la experiencia realizada en Lusaka, donde una organización no gubernamental colaboró con el Ministerio de Salud y UNICEF en la atención de adolescentes.

Para detener la epidemia de sida, debemos aplicar los métodos "que ya sabemos que funcionan, aunque eso suponga adoptar decisiones arduas e impopulares", previno Piot. "No hacerlo, es inaceptable", dijo. (FIN/IPS/pc/mj/he pr/98

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe