INDIA: Gobierno alaba a Nobel de Economía, pero no aplica su obra

La obra del premio Nobel de Economía 1998, Amartya Sen, cuestiona muchas de las doctrinas aceptadas por la clase dominante de India, aunque el gobierno de este país reaccionó con euforia ante el galardón otorgado al economista indio.

El Nobel es una bofetada para gran parte de la elite india, a pesar de que la clase gobernante lo considera un "honor nacional" y un homenaje a la sabiduría oficial.

Las políticas del gobierno se oponen a todas las prioridades públicas que defiende Sen, como la inversión en la salud, la educación y la seguridad social.

Así mismo, la obra de Sen se rebela ante la posición imperante en el gobierno sobre tres puntos fundamentales: secularismo y pluralismo, política económica, y armas nucleares y seguridad.

Los integrantes de la elite que elogian al economista indio Sen intentan ocultar las diferencias distorsionando el pensamiento del premio Nobel.

En realidad, la obra de Sen lucha contra el oscurantismo y por un orden social ilustrado y humano. Esto es lo que le da unidad a todo su esfuerzo intelectual, que abarca la relación entre la pobreza y la estructura social, las opciones sociales y los valores éticos, la igualdad en el ingreso y la potenciación del papel de la mujer, entre otras cosas.

Sen lucha contra tres tipos de oscurantismo: el fundamentalismo del mercado, el oscurantismo religioso y el conservadurismo social que conduce al cinismo político.

Uno de sus mayores aportes radica en la investigación de los límites que tiene el mercado como foro de distribución de la riqueza y en su incapacidad para limitar la pobreza y las carencias.

Sen establece rigurosamente que las fuerzas del mercado o el crecimiento por sí solo no pueden erradicar la pobreza y que la acción pública es absolutamente indispensable, pero no descarta el papel del mercado como indicador o transmisor de señales.

En su esquema hay lugar para la empresa privada, para la calibrada liberalización y la cauta globalización.

Pero el economista nunca respaldó el "consenso de Washington", la orientación neoliberal del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el Departamento del Tesoro de Estados Unidos que recomienda la absoluta liberalización, privatización y globalización sin controles.

Por el contrario, los gobernantes de India sí lo aplicaron.

De hecho, Sen defiende una mayor intervención del Estado en la nutrición, la salud, la educación y el seguro social, íntimamente ligados, según él, al resultado del proceso económico, que debe potenciar a la gente para convertirla en agentes económicos por derecho propio.

Si los gobiernos no aplican ese enfoque pueden provocar resultados desastrosos, como se observó en el sudeste de Asia y Rusia. El Nobel otorgado a Sen es el reconocimiento de que el dogma del mercado perdió su fuerza y de que se necesita un nuevo enfoque.

Sen no es sólo economista, es uno de los mayores filósofos de la economía en el mundo.

Pertenece a esa raza de pensadores que nos recuerdan que la economía no tiene que ver sólo con las férreas leyes de la oferta y la demanda, sino con el mundo real, la gente, las opciones y transacciones que incluyen o asumen valores, instituciones y patrones de conducta, en sí históricamente determinadas.

El compromiso de Sen con el secularismo y la identidad de India se profundizó, sobre todo después de que fanáticos hindúes destruyeron en 1992 una mezquita en la norteña ciudad de Ayodhya.

La destrucción de la mezquita "violó la noción de tolerancia de la moderna ética política y violó la noción tradicional india de coexistencia y tolerancia mutua", dijo Sen.

Sen defiende el secularismo en India porque está convencido de que este país siempre fue una sociedad heterogénea y multirreligiosa. "Considerar a India sólo como un país hindú es estrafalario", asegura.

La religión islámica apareció en India antes que en muchas zonas de Europa. Varias religiones, entre ellas el judaísmo, el zoroastrismo y el cristianismo, coexisten en este país.

Sus opiniones progresistas, pluralistas y seculares se oponen a la ideología chovinista del gobernante Partido Bharatiya Janata. Sen denuncia al darwinismo social, el militarismo y se opone completamente a las armas nucleares y los elevados presupuestos militares.

El economista es un férreo defensor de los derechos humanos. Una sociedad sin compasión, que no otorga "el mayor beneficio a los menos favorecidos", no es deseable.

Esta posición brinda las bases para ejercer la acción positiva, la discriminación positiva y la emancipación de los impotentes. La bomba nuclear es incompatible con las prioridades sociales racionales. Las armas de destrucción masiva no pueden producir seguridad, sino que agravan las inseguridades sociales.

Sen es heredero de la tradición progresista, ilustrada, modernista y extrovertida simbolizada por Rabindranath Tagore, uno de los mayores pensadores de India y premio Nobel de Literatura en 1913.

La distinción a Sen reivindica el proyecto humanista, radical y secular que se propuso la India independiente, del que se aleja el gobierno actual. Es una reafirmación de la racionalidad moderna, el pluralismo y la importancia que tiene la mediación humana en la construcción del mundo. (FIN/IPS/tra-en/pb/an/aq/dv-ip/98

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe