HONDURAS: Tegucigalpa semidestruida por tormenta Mitch

Un radiaficionado de Honduras dijo, con la voz entrecortada, que se trató de "una noche de horror, angustia y dolor". Intentaba resumir los daños provocados por el huracán Mitch, que, convertido en tormenta tropical, semidestruyó esta capital.

Después de los violentos vientos huracanados y torrenciales aguaceros que destruyeron viviendas, hoteles, carreteras, puentes y cultivos en la costa atlántica desde el miércoles, el disturbio climático pasó por la zona central de Honduras, donde se ubica Tegucigalpa, provocando severos daños.

La tormenta tropical pasó la madrugada del sábado sobre Tegucigalpa y destruyó los cinco principales puentes, millares de viviendas, calles y avenidas y provocó deslizamiento de cerros.

La cantidad de muertos es incalculable, dijo Nahún Valladares, enlace del gobierno con la Comisión Permanente de Emergencias Nacionales (Copeco).

Los edificios de la Ciudad Universitaria, de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras y centenares de escuelas públicas comenzaron a llenarse de millares de damnificados que lograron salir de sus viviendas, solo con la ropa que traían puesta.

Cálculos preliminares estiman que la mitad del millón de habitantes de Tegucigalpa resultó damnificada. Las pérdidas materiales de igual manera son incalculables.

Todas las edificaciones cerca de las riveras de río Choluteca y sus afluentes quedaron destruidas por lo menos a tres cuadras de ambos lados de la cuenca hidrográfica.

Los habitantes de Tegucigalpa se lanzaron el viernes sobre los mercados, supermecados, tiendas y gasolineras para proveerse de alimentos y combustible, mientras los servicios públicos de electricidad, agua potable y teléfonos quedó interrumpido en varios barrios y colonias.

Las embravecidas y oscuras aguas del río Choluteca transportaban cadáveres, muebles, casas enteras y árboles.

Los principales bulevares y avenidas de la capital de Honduras presentan grandes fisuras y las labores de rescate y auxilio a los damnificados era dificultoso y casi imposible.

El hospital del estatal Instituto Hondureño de Seguridad Social cercano a la rivera del río Choluteca fue inundado hasta el tercer piso y hubo que evacuar a centenares de enfermos a otros hospitales. Varios de ellos murieron en el intento de abandonar el edificio de cinco niveles.

Gran cantidad de empresas ubicadas desde la primera a la tercera avenida de Comayaguela, una ciudad cercana a Tegucigalpa, fueron totalmente inundados y destruidos por el agua y lodo del río Choluteca.

Los llamados de auxilio procedentes de otros puntos del país se silenciaron ante la dramática situación de Tegucigalpa, dado que en el curso de las horas concentró la mayor tragedia del país.

El plantel de oficinas y maquinaria del Ministerio de Obras Públicas, Transporte y Vivienda, ubicado en una rivera del Choluteca, quedó destruIdo y los cinco puentes principales de la capital se partieron.

También el edificio del Ministerio de Educación quedó destruido y varias personas fueron vistas, en su azotea, pidiendo auxulio con telas blancas.

El presidente Carlos Flores y varios de sus ministros, que viajaban por tierra desde la norteña ciudad de San Pedro Sula a Tegucigalpa, quedaron varados en la ciudad de Siguatepeque despúes de inspeccionar los daños en el valle de Sula.

Flores y su comitiva debieron dejar la flota de automóviles en que viajaban en la población de Taulabé, caminaron un trecho y fueron auxiliados por el vicepresidente Juan Avelar, quien los transportó hasta su residencia de campo en Siguatepeque.

Varios helicópteros de la Fuerza Aérea lograron despegar esta mañana desde el aeropuerto Toncontín de Tegucigalpa a Siguatepeque para transportar a Flores y sus ministros a la capital y realizar la primera inspección de los daños desde el aire.

Los organismos de socorro y cuadrillas de obreros de las instituciones estatales de servicio público no daban abasto para atender los llamados de auxilio.

Las intensas lluvias y los daños a la infraestructura dificultaban el envio de alimentos, ropa y medicinas a los damnificados.

Copeco tiene a su disposición una flota de helicópteros y camiones, pero las pésimas condiciones del clima y los daños a la infraestructura impiden el envio de ayuda a los afectados. Gran cantidad de brigadas de médicos aguardan que el clima les permita viajar por aire para auxiliar a los damnificados.

La magnitud de los daños es tal que sobrepasa la capacidad de los organismos de socorro y de los ministerios del gobierno, reconoció el coronel Guillermo Pinel, director de Copeco.

El huracán Fifí destruyó en 1974 la costa atlántica de Honduras y provocó más de 10.000 muertos, además de unos 1.000 millones de dólares en pérdidas materiales.

Sin embargo, los daños de Mitch se calculan en el doble o el triple, según las autoridades. (FIN/IPS/jrd/mj/en/98

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe