Diplomáticos, intelectuales, grupos de izquierda y organizaciones populares rindieron hoy el último homenaje al fundador del hoy disuelto Partido Comunista de Honduras (PCH), Rigoberto Padilla Rush, muerto este miércoles.
Padilla, considerado el artífice de los movimientos de izquierda en Honduras y dirigente del Partido de Unificación Democrática (PUD), fue sepultado en un cementerio de Tegucigalpa, donde se entonó la Internacional y se pronunciaron discursos que recordaron el otrora fuerte movimiento popular hondureño.
Entre los asistentes al sepelio se destacó el conservador ex presidente hondureño Rafael Callejas (1990-1994), quien negoció con Padilla Rush la deposición de las armas de los grupos de izquierda y su retorno al país, tras promulgar una amnistía amplia e incondicional.
También concurrieron representantes de la Oficina de Intereses de Cuba en Honduras, que entregaron a la viuda de Padilla Rush, Rosario Roiz, un mensaje del presidente cubano, Fidel Castro, amigo personal del líder comunista.
Roiz dijo a IPS que el mandatario cubano también le habló por teléfono y "lamentó la pérdida de un hombre con quien no sólo fueron compañeros de lucha e ideales, sino también amigos muy personales".
Padilla Rush era uno de los últimos baluartes que quedaban del movimiento comunista en Honduras de los años 40 y 50. Libró muchas batallas políticas junto con hombres como el escritor Ramón Amaya Amador, fallecido en Rusia, y denunció la crudeza con que operaban cuatro décadas atrás las compañías bananeras.
Matías Funes, dirigente del izquierdista PUD surgido tras la desaparición del PCH, dijo a IPS que "el país y el movimiento popular hondureño pierden a un gran personaje, digno e intachable que siempre creyó en el socialismo, pese al derrumbe de las ideologías".
"Padilla fue un admirador y defensor de las democracias latinoamericanas. Junto a él, lloramos cuando derrocaron el gobierno de Salvador Allende en Chile, y festejamos el triunfo del pueblo vietnamita contra Estados Unidos, hace ya un par de años", dijo Funes.
Admirador de la revolución cubana, Padilla Rush fue el impulsor del movimiento sindical en Honduras, tras encabezar la huelga contra las compañías bananeras de Estados Unidos en 1954, considerada como hito más trascendental de la historia del sindicalismo hondureño.
En su lucha, fomentó en la clandestinidad la organización de dos de los principales grupos armados de izquierda de Honduras, el Movimiento de Liberación Popular (FPL-Lorenzo Zelaya) y el movimiento Cinchoneros.
Estos grupos guerrilleros depusieron las armas en 1992, luego de una amnistía. Muchos de sus integrantes forman parte hoy del PUD, del que Padilla Rush era dirigente, mientras otros ocupan cargos en organismos internacionales y dependencias del gobierno.
Simpatizante también de la lucha del Frente Sandinista para la Liberación Nacional, Padilla Rush instaló en Nicaragua una de sus residencias permanentes durante su exilio, que comenzó a fines de los años 70.
El líder comunista falleció a los 69 años a causa de una enfermedad cerebral que lo postró. Médicos de Cuba, hacia donde acudió en busca de ayuda hace más de un mes, lo deshauciaron tras infructuosos intentos por salvar su vida y recobrar su lucidez mental.
Padilla Rush fue enterrado con la bandera del PCH, símbolo de su lucha de más de medio siglo a favor del socialismo. (FIN/IPS/tm/mj/ip/98