El huracán Mitch, convertido en tormenta tropical, ocasionó en Honduras la peor catástrofe de los últimos 28 años y casi cuesta la vida al presidente Carlos Reina, mientras el Estado se manifiesta "impotente" para contener la tragedia en algunas zonas.
En la región norte, donde se concentró la furia de Mitch, más de 500.000 personas resultaron damnificadas y las plantaciones de banano, el principal producto de exportación nacional, fueron arrasadas. Cálculos preliminares ubican las pérdidas en alrededor de 1.000 millones de dólares.
El estatal Comité Permanente de Contingencias se declaró este sábado "impotente" para atender las demandas en todo el país, y su crisis llego a tal grado que fue víctima también de los cortes de energía, coordinando sus actividades solo con la ayuda de los radioaficionados.
Mitch azotó las regiones más prosperas del litoral atlántico de Honduras, donde devastó puentes, carreteras, cultivos e incluso varias comunidades que fueron borradas del mapa a causa de los derrumbes y las inundaciones.
En la región de La Libertad, en el central departamento de Comayagua, cuatro aldeas desaparecieron por completo a causa de un alud originado por las interminables lluvias, mientras los que lograron salvarse se concentraron en la iglesia para orar y llorar ante la tragedia humana que experimentaban.
En la región caribeña de Islas de la Bahía, la isla de Guanaja perdió 85 por ciento de su infraestructura física, en tanto que varios cayos desaparecieron, según informes preliminares.
"Lo que pasó en Guanaja se sabrá cuando abramos ese sitio una vez pasado el peligro", dijeron el viernes autoridades del gobierno.
Guanaja, Roatán y Utila conforman las Islas de la Bahía, principal polo turístico del país, que permanecen hace una semana incomunicada, junto con el resto de al menos 15 de los 18 departamentos de la nación.
El presidente Carlos Flores declaró el viernes estado de "emergencia nacional" e incluso estuvo a punto de perecer cuando recorría sitios afectados para evaluar los daños causados por el ciclón en el norte hondureño.
El automóvil en que viajaba Flores, que no pudo llegar a Tegucigalpa por tierra, estuvo a punto de darse vuelta a causa de los derrumbes y deslizamientos. El mandatario se encontraba este sábado en la central ciudad de Siguatepeque, en espera que mejore el clima para retornar a la capital.
Al litoral atlántico solo se podía acceder por tierra hasta este viernes, pues el mal tiempo impide el transporte aéreo. Pero este sábado todas las regiones de Honduras estaban incomunicadas entre si, como si se tratara de islas en medio de una tormenta.
Mitch, que supera en desgracias al huracán Fifí de 1974, atravesó todo el territorio nacional al azotar la región norte, central y sur del país. Los pronosticadores indicaron la noche del viernes que se dirigía al oeste, rumbo a El salvador, Guatemala y México.
Pero como sus movimientos han sido tan erráticos desde que se formó el lunes, no se descarta que regrese tierra adentro y se dirija hacia la región del océano Pacífico, en el golfo de Fonseca, que comparten Honduras, Niacaragua y El Salvador.
Los hondureños no acaban de reponerse de la pesadilla de Mitch en el litoral Atlántico.
Su poder de destrucción se hizo sentir la madrugada del viernes en Tegucigalpa, capital acostumbrada a lluvias fuertes y derrumbes pero nunca a inundaciones tan inmesas que arrasaron bancos, billares y los principales puentes de acceso al corazón de la ciudad.
El alcalde capitalino, César Castellanos, dijo este sábado que al menos 200.000 personas se encuentran damnificadas. Se registraron unas 20 muertes. "Los daños son tan incalculables que hemos decretado una alerta roja general", agregó.
Las principales zonas capitalinas que comunican con el sur del país se encuentran sin energía electrica. Sus residentes se apostaron en los techos de sus viviendas pidiendo auxilio para evitar morir ahogados arrastrados por las fuertes corrientes de agua que parece achocolatada.
La gente salió a la calles, soportando frío y agua, para huir de las aguas embravecidas de los ríos Chiquito y Choluteca, que rodean la capital. Todo indica que estas corrientes estaban este sábado a punto de cubrir las carreteras.
El ministro de la Presidencia, Gustavo Alfaro, aceptó este sábado que los indicadores macroeconómicos propuestos por el gobierno para este año se "vinieron al suelo y tenemos que empezar de cero para recontruir de nuevo este país".
El gobierno pensaba obtener un crecimiento económico de cinco por ciento, un incremento en las exportaciones de 1.300 a 1.500 millones de dólares y un déficit fiscal inferior a dos por ciento anual.
Pero nada de esto parece posible, porque Mitch se convirtió de la noche a la mañana en la peor pesadilla de este país, el cuarto más pobre de America Latina destrás de Bolivia, Haiti y Nicaragua.
En la capital, las inundaciones llegaron al cuarto piso del estatal Seguro Social, donde los pacientes fueron evacuados en operaciones de emergencia, mientras automóviles nuevos que esperaban en los comercios terminaban "navegando" por las calles de la ciudad.
El fotógrafo del diario El Heraldo, Victor Sauceda, fue dado por desaparecido al caer a uno de los ríos cuando cubría el escape de unos presos de la principal cárcel del país, ubicada en el corazón de la capital.
El periodista tomaba las instantáneas desde las instalaciones de un billar, cuando las aguas socavaron su estructura y derribaron una de sus paredes, donde estaba Sauceda, quien no pudo ser encontrado hasta ahora por los cuerpos de socorro.
Expertos indicaron que todo el territorio hondureños deben esperar grandes cantidades de agua por las próximas 24 horas. En el caso de la capital, alertaron a la población a prepararse para "inundaciones súbitas".
Escenas de cadáveres flotando en el agua, niños con frío en copas de árboles y majestuosos puentes destruidos reflejan la tragedia hasta ahora, mientras se aguardan desgracias peores en la región indígena de la Mosquitia, en el litoral atlántico, fronteriza con Nicaragua, a la cual solo se puede acceder por vía aérea o marítima.
Se estima que más de 1,8 millones de hondureños, de un total de 5,8 millones de habitantes, resultarán afectados por Mitch, cuyo paso casi hace olvidar al huracán Fifí, que en 1974 dejó 10.000 muertes y pérdidas por 200 millones de dólares. (FIN/IPS/tm/mj/en/98