El gobierno de Honduras declaró hoy "zona de calamidad" el litoral atlántico ante el huracán Mitch, cuyo ojo tocó la noche del martes la isla de Guanaja, en el Caribe, donde permanece estacionado sin que se puedan prever sus movimientos.
El presidente Carlos Flores dijo en cadena nacional de televisión este miércoles que los efectos del huracán son "desastrosos". "Estamos en una situación de emergencia y calamidad que requiere de la ayuda internacional", agregó.
"Los movimientos erráticos mostrados por Mitch nos engañaron un poco y pese a las medidas de prevención tomadas y la evacuación de personas, la tragedia es grande. Estamos afrontando la crisis con todo lo que tenemos", afirmó Flores.
El gobernante envió a unos 7.000 soldados y 4.000 policías a ayudar en el rescate de los damnificados, estimados hasta ahora en unos 55.000 en las regiones caribeñas y norteñas de La Ceiba, Trujillo, las islas de la Bahía y del Cisne y la región de la Mosquitia, así como las comunidades de Tocoa, Sabá y Santa Fe.
Además, se iniciaron los trabajos para dar con el paradero de cinco policías, entre ellos el comandante regional de La Ceiba, Asdrúbal Quiñónez, quien cayó de un puente cuando se desbordó el río que comunica esa ciudad con San Pedro Sula, principal centro industrial del país.
El oficial cruzaba en ese instante el puente junto con sus cinco subordinados tras venir de unas vacaciones, y se desconoce su paradero. Versiones policiales aún no confirmadas indican que "el agua se tragó" a Quiñónez.
Mitch, considerado el segundo huracán de este siglo, según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, está dejando a su paso por Honduras al menos 17 muertos, cientos de casas y puentes destruidos e incalculables pérdidas económicas.
De la categoría cinco, la mayor dada hasta ahora a un huracán, Mitch pasó a la categoría tres, pero sigue siendo "peligroso", según el organismo estadounidense con sede en Miami. Sus vientos actuales son de 195 kilómetros por hora y se esperan lluvias superiores a los 500 milímetros y marejadas de metros de altura.
Funcionarios del Ministerio de Economía indicaron que los efectos de Mitch trastocarán las metas macroeconómicas del gobierno, que preveía un crecimiento económico de cinco por ciento a fines de año y un aumento en las exportaciones, estimadas para el año en 1.300 millones de dólares.
Este miércoles, funcionarios de la compañía estadounidense Tela Railroad Company, una de las principales exportadoras de banano de Honduras, anunciaron que prevén pérdidas en la producción por las constantes lluvias que azotan el litoral atlántico, donde se concentra el principal flujo productivo.
De momento, la firma paralizó las exportaciones debido a que los principales puertos sobre el océano Atlántico permanecen cerrados, mientras los vuelos internacionales han sido cancelados por el clima.
El coronel Guillermo Pinel Cálix, representante del Comité Permanente de Emergencias (Copeco), dijo este miércoles que solicitó ayuda a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos para que auxilie en las evacuaciones.
"La situación es preocupante pero estamos dando nuestro mejor esfuerzo. Pedimos a la gente que busque los centros de refugio y que se apertreche con víveres y medicamentos mientras la ayuda enviada por el gobierno llega a las zonas incomunicadas", agregó Pinel Cálix.
Pero "ni con 350 aviones podremos sacar a toda la gente, porque no hay capacidad para ello", sostuvo. De todos modos, dijo que desde que el domingo se dio la alerta sobre la presencia de Mitch se tomaron las precauciones debidas.
"Confiábamos en que el huracán se alejaría del territorio el lunes, como apuntaban los pronósticos, pero vimos con sorpresa que decidió regresar a nuestras costas y ahora permanece estático, azotando la región insular, especialmente la isla de Guanaja", explicó.
Roatán, Utila y Guanaja constituyen las Islas de la Bahía, principal centro turístico de Honduras, dada la belleza de su vegetación y la ubicación de los segundos arrecifes coralinos más grandes del mundo.
Por ahora, la presencia de Mitch se centra en esa región, en particular en Guanaja, donde cálculos preliminares estiman que 70 por ciento de las viviendas quedaron destruidas, mientras en la isla de Roatán los hoteles sufrieron grandes daños.
Guanaja se encuentra totalmente incomunicada. El único avión que sobrevuela la isla es el del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, con la finalidad de informar sobre el rumbo de Mitch.
Este huracán es el más devastador que tocó costas hondureñas desde que el Fifí causó en 1974 la muerte de 10.000 personas y pérdidas económicas por 200 millones de dólares. (FIN/IPS/tm/mj/en/98