Organizaciones no gubernamentales (ONG) lideradas por Oxfam Internacional pidieron hoy a las naciones donantes que aceleren y aumenten la ayuda destinada a abatir el endeudamiento a los países más pobres.
Las ONG criticaron el fracaso de la iniciativa destinada a los países pobres altamente endeudados (PPAE), creada hace dos años para reducir el peso de la deuda de las naciones más necesitados, y llamaron a la creación de una "ventana de desarrollo humano".
Esto implicaría que los donantes acepten reducir una cantidad mayor de deuda y con más rapidez a cambio de los compromisos de los deudores de usar los ahorros resultantes en proyectos de lucha contra la pobreza.
Nicaragua, uno de los 41 países contemplado por la iniciativa PPAE, fue tomada como ejemplo.
Bajo las actuales disposiciones de PPAE, Nicaragua, el país más pobre de América Latina, debe esperar al menos hasta el 2002 para recibir ayuda. Mientras tanto, tiene que gastar en el pago de los servicios de deuda dos veces más de lo que gasta en los rubros de salud y educación sumados.
Si se adoptara la propuesta de Oxfam, ese país tendría más de 500 millones de dólares en ahorros entre el 2000 y el 02002 para invertir en educación, salud, agua y saneamiento, de acuerdo con un informe difundido este viernes en Washington.
Esa suma sería suficiente para brindar educación primaria a toda la población infantil, construir 1.500 salones de clase para guarderías infantiles, rehabilitar 500 escuelas y elevar a 70 por ciento el porcentaje de niños que completan el ciclo escolar (hoy 35 por ciento).
Además, se podría mejorar la atención sanitaria básica a 1,2 millones de personas y llevar el saneamiento a toda la población rural.
Pero es esencial actual con rapidez, según el informe "Ayuda con la deuda a Nicaragua: Escapando a la trampa de la pobreza", difundido en Washington por la agencia cristiana de asistencia Oxfam Internacional, al comenzar allí las reuniones anuales del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Si bien en esas reuniones se discutirá principalmente sobre las crisis financieras de Asia y Rusia, que amenazan a las economías occidentales, muchas organizaciones no gubernamentales esperan que la situación de los países más pobres del mundo no sea olvidada.
La iniciativa PPAE fue lanzada hace dos años como la iniciativa más importante para ayudar a los países pobres desde que el Club de París, integrado por países prestamistas mayormente occidentales, comenzó a ofrecer ayuda a las naciones endeudadas en la década del 80.
El plan fue creado por los países del Club de París, bancos comerciales del Club de Londres, bancos regionales de desarrollo y, por primera vez, grandes agencias multilateraless como el FMI y el Banco Mundial.
La intención es coordinar la reducción de la deuda a los países más pobres, para quienes el peso de la misma se considera "insostenible".
La mayor parte de las deudas de esos países está en manos de los bancos multilaterales de desarrollo.
El FMI y el Banco Mundial determinaron que para 41 países el pago de la deuda era "insostenible". Para recibir los beneficios de PPAE esas naciones deben poner en práctica con éxito programas de ajuste estructural del FMI durante al menos seis años.
Pero aun así, la deuda sólo se reduciría a niveles que, según los prestamistas, permitiría a los deudores reiniciar los pagos.
Tales condiciones molestaron las organizaciones no gubernamentales. Oxfam afirmó que los niveles de sustentabilidad de la deuda son demasiado altos, y el cronograma de seis años demasiado oneroso.
También notó que algunos donantes del Club de París, y los propios bancos multilaterales de desarrollo, mostraron reticencia para contribuir con la iniciativa PPAE.
Hasta ahora, solo siete de los 41 países más necesitados ingresaron en la PPAE, y de ellos, apenas dos, Bolivia y Uganda, recibieron ayuda efectiva.
El año pasado sólo Mali fue aceptado en la PPAE, lo cual aumentó la percepción entre organizaciones no gubernamentales de que el programa no funciona.
"La actual iniciativa de alivio de la deuda ayuda muy poco y lo hace muy tarde. Sin un fuerte apoyo de los ministros de finanzas vamos a perder esta oportunidad de energizar la PPAE", dijo Kevin Watkins asesor de Oxfam.
De prevalecer la inercia, "las consecuencias serán trágicas para la salud y la educación de millones de niños pobres", agregó.
El mes pasado, el Banco Mundial y el FMI publicaron su propia evaluación de la PPAE, a ser discutida en las reuniones que comienzan este fin de semana.
Las instituciones recomendaron extender el plazo de ingreso a PPAE, lo cual beneficiaría a por lo menos cinco países africanos que todavía luchan contra los efectos de la guerras pasadas.
Pero, según Oxfam, tal evaluación no hace ninguna otra recomendación que pueda cambiar sustancialmente el programa.
Oxfam y otras organizaciones no gubernamentales, tales como la Red Europea sobre Deuda, Sudewind de Alemania e Ibis de Dinamarca, son partidarias de reformar la PPAE para asegurar que el alivio de la deuda esté ligado a la reducción de la pobreza en los países más necesitados.
Esas agencias propusieron una "ventana de desarrollo humano" que reduciría a la mitad los actuales umbrales de sustentabilidad y estaría abierta a gobiernos que comprometan entre 85 y 100 por ciento de los ahorros que resulten del alivio de la deuda a iniciativas específicas de lucha contra la pobreza.
Estas incluirían proyectos de infraestructura de escala menor, así como iniciativas sociales en salud y educación.
Para ingresar en tal "ventana", se exigiría a los gobiernos desarrollar un "marco de acción contra la pobreza" que serviría como contrato entre el prestamista y el país prestatario.
Estos acuerdos, que pueden ser puestos en consulta con la población civil, actuarían como base para alcanzar objetivos de desarrollo específicos establecidos por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que reúne a los países más industrializados, explicaron las ONG.
Estos grupos notaron que Uganda, el primer país aceptado para recibir beneficios bajo la PPAE, ya presentó un buen modelo sobre cómo puede funcionar tal "ventana".
Su gobierno estableció un Fondo de Acción Contra la Pobreza para desstinar los recursos obtenidos gracias al alivio de la deuda a la construcción de rutas, agricultura, atención sanitaria y educación primaria.
En el caso de Nicaragua, las ONG dijeron que el gobierno debe aceptar comprometer del 85 al 100 por ciento de los recursos obtenidos por el alivio de la deuda a reducir la pobreza.
A cambio de esto, el país ganaría una ayuda mucho mayor en materia de endeudamiento en el 2000, en lugar del 2002, la fecha más temprana en la cual se beneficiaría bajo las actuales reglas de PPAE. (FIN/IPS/tra-en/jl/di-mj/if dv/98