La posicion de privilegio de esta ciudad de Estados Unidos como puente hacia América Latina dependerá en el futuro de la capacidad de sus habitantes de mantener viva la principal herencia de la cultura hispánica: el idioma español.
La preservación de la lengua española se ha convertido en un reto estratégico para la comunidad hispana del sur de Florida, una población crecientemente diversa e influyente que ronda ya los 1,5 millones de habitantes.
"El español es parte de la tradicion cultural de Florida y un eje indiscutible de las relaciones comerciales con América Latina y el Caribe", afirma Santiago Muñoz, director del Centro Cultural Español de Miami.
Aunque los hispanos son mayoría en el área de Miami -casi 60 por ciento de su población-, el tema de la preservación del español y la educación bilingüe se ha visto marcado por fuertes polémicas.
Si bien el español es el idioma de la calle y del hogar para miles de personas, sólo en 1993 el condado de Miami-Dade derogó una ordenanza que imponía el uso del inglés en documentos oficiales.
Por otra parte, el debate sobre la educación bilingüe y las iniciativas para limitar el uso del español, como los movimientos del English Only, resurgió en los años 90, mostrando sentimientos de xenofobia y hostilidad hacia las crecientes comunidades hispanas.
En junio, el 61 por ciento de los votantes de California respaldaron la llamada Propuesta 227, una acción legislativa que suprime el aprendizaje en su lengua natal para los niños inmigrantes en ese estado.
La decisión de California ha sido analizada con preocupación por educadores y dirigentes políticos de la Florida, pero Muñoz considera que una iniciativa legal como la 227 "no tendría sentido en la comunidad de Miami".
"Los conflictos que se dan en otras regiones de la nación no se producen en Miami, porque aquí el idioma no es un banderín de reivindicación, sino una componente vital del desarrollo económico y la convivencia social", enfatiza Muñoz.
En efecto, la permanencia del español es algo más que un asunto de raíces culturales y registros emotivos para los habitantes del sur de la Florida.
El condado de Miami-Dade tiene un intercambio anual con los países latinoamericanos de unos 37.000 millones de dólares, y la mayoría de las transacciones necesitan de un personal que domine el español, además del inglés.
"Somos una plataforma de lanzamiento para cientos de compañías de todo el mundo que quieren comerciar con América Latina y el Caribe, pero sin trabajadores bilingües capacitados no las tendremos con nosotros por mucho tiempo", reconoció Frank Nero, presidente del Beacon Council de Miami.
Un reciente estudio encargado por la Camara de Comercio del Gran Miami concluyó que el futuro desarrollo económico del sur de la Florida como mercado internacional podría estar en peligro si los jóvenes estadounidenses de origen hispano siguen creciendo con un insuficiente uso del español.
"Las empresas locales dependen de una entrada constante de inmigrantes para proveerse de la fuerza laboral bilingüe necesaria para los negocios internacionales", comenta Sandra Fradd, de la Universidad de Miami, quien dirigió el estudio.
Según Fradd, sin una fuente continua de nuevos hispanohablantes, el nivel del español que se utiliza en Miami permanecerá estable durante los próximos 15 años y luego se desplazará hacia el inglés, lo que impactaría negativamente en la actividad comercial de la región.
Los expertos consideran que la clave radica en incrementar la calidad de los programas de educación bilingüe de las escuelas públicas del condado Miami-Dade. Pero también coinciden en que el conocimiento del español no puede darse por seguro en el caso de los hijos de inmigrantes, nacidos o formados en Estados Unidos.
Una investigación de la agencia AIC Advertising, con sede en Miami, pronosticó en 1996 que aunque el resurgimiento de la identidad hispana es innegable, el número de personas que prefieren hablar en espanol desciende cada año en todo el país.
"De hecho, el proceso natural de vivir en Estados Unidos hace que los hispanos se conviertan en angloparlantes", señala Isabel Castellanos, profesora de Lenguas Modernas en la Universidad Internacional de la Florida.
Castellanos ha realizado investigaciones lingüísticas entre los jóvenes cubanoamericanos de Miami, y ha observado que el inglés es el idioma preferido por personas de ascendencia cubana nacidas en Estados Unidos o emigradas antes de los nueve años.
Jesús Méndez, de Barry University, opina que el verdadero desafío para los hispanos consiste en mantener el español, en un escenario donde el inglés se impone a la larga como medio de comunicación.
"Nuestro problema es que perdemos el español o que adquirimos una forma degenerada del mismo, como el 'espanglish", expresa Méndez.
Las consideraciones sobre el "espanglish" han desatado acaloradas discusiones en todo el país.
"El espanglish representa un grave peligro para la cultura hispana y para su reconocimiento por la cultura oficial de Estados Unidos", dice Roberto González Echevarría, de la Universidad de Yale.
En su opinión, el "espanglish" es la lengua de los hispanos que incorporan palabras y construcciones gramaticales del inglés en sus conversaciones diarias, porque carecen de la educación necesaria en español para adaptarse a los cambios que ocurren a su alrededor.
Según pronósticos de la Oficina Nacional del Censo, los hispanos serán 30 millones en Estados Unidos al terminar este siglo, y hacia el año 2020 se convertirán en el mayor grupo minoritario.
Se calcula que 17,5 millones de ellos usan actualmente el español o su variante de "espanglish" en la vida diaria. (FIN/IPS/wci/ag/cr/98