/ELECCIONES EN BRASIL/ Comicios agravan efectos de la crisis

La expectativa ante las elecciones de este domingo contribuyó a poner a Brasil en el centro de la crisis financiera internacional, cuyos efectos tendrían poca influencia en el resultado.

Las últimas encuestas permitidas antes de los comicios apuntan una ventaja del presidente Fernando Henrique Cardoso que le permitiría ser reelegido este mismo domingo, sin necesidad de una segunda vuelta el día 25.

A esto aspiran el gobierno, en especial las autoridades económicas, empresarios e inversionistas, ya que prolongar una incertidumbre política agravaría los daños a la economía brasileña, ya golpeada por tasas de interés de 49,75 por ciento y la fuga de 25.000 millones de dólares en dos meses.

La definición de una ayuda internacional, por organismos multilaterales, gobiernos y grandes bancos, sólo ocurrirá después de confirmarse un nuevo mandato de Cardoso, ya que resulta inimaginable una negociación con el candidato opositor de izquierda, el ex obrero metalúrgico Luiz Inacio Lula da Silva.

En el plano interno, el ajuste fiscal, considerado fundamental para la superación de la crisis, exige medidas duras, de reducción del gasto público y aumento de la recaudación, que solo pueden adoptarse tras la definición de algunos resultados electorales.

La aprobación final de la reforma del sistema de previsión social, por ejemplo, se prevé para este mes, ya que este domingo se celebran también las elecciones parlamentarias.

Pero los futuros gobiernos de los estados más importantes del país, como Sao Paulo y Minas Gerais, solo se definirán en la segunda vuelta, el día 25. Esto puede afectar votaciones parlamentarias, por la ausencia del tradicional liderazgo político que ejercen los gobernadores estaduales.

El tiempo es un factor determinante y la demora en aprobar otras reformas, como la tributaria y la de administracin pública, prolongará el estado de emergencia.

La industria no soporta varios meses de intereses al nivel actual, dijo el presidente de la Federación de las Industrias de Sao Paulo, Horacio Lafer Piva.

La vulnerabilidad de la economía brasileña es en gran parte producto del cronograma de las elecciones, negativamente combinado con la evolución de la crisis asiática.

El gobierno brasileño debió aumentar las tasas de interés en octubre de 1997, para contener la fuga de capitales ante los efectos de la fuerte caída en la bolsa de Hong Kong y devaluaciones en países cercanos.

Para evitar el aumento del déficit fiscal, como consecuencia de los altos intereses sobre la deuda pública, adoptó un paquete de 51 medidas y 18.000 millones de dólares en ahorro y alza de recaudación.

El incumplimiento de la meta y el abandono de varias medidas, con el consecuente agravamiento del déficit, fueron factores de la desconfianza de los inversionistas sobre los fundamentos de la economía y la real disposición del gobierno a mejorarlos.

El ministro de Hacienda, Pedro Malán, se quejó en uno de sus viajes al exterior de los intereses electorales que trababan la aplicación de las medidas, ya que el gobierno suavizó el ajuste fiscal, por temor a reacciones negativas del electorado.

El agravamiento de las turbulencias financieras internacionales con la moratoria rusa, con fuerte impacto en las bolsas y las reservas cambiarias brasileñas, pareció una gran oportunidad ofrecida por el destino a la oposición, un mes y medio antes de los comicios.

El principal candidato opositor, Lula, y sus asesores económicos desataron una ofensiva, dramatizando la crisis y atribuyendo su responsabilidad al gobierno de Cardoso.

Pero, al parecer, esta estrategia se convirtió en un bumerán, ya que las encuestas revelaron que la ventaja del presidente se mantenía y hasta aumentaba. Cardoso y Malán anunciaron un duro programa de ajuste fiscal hace tres semanas, aparentemente sin perder votos.

Los sondeos indicaron que la incertidumbre favoreció a Cardoso. Parte del electorado concluyó que sería mejor mantener al timonel conocido y experiente en medio de la tormenta.

"Yo iba a votar por Lula, pero ahora me decidí por Cardoso" pues la situación no permite nuevos experimentos, expresó Manoel Correia da Silva, un pequeño empresario dueño de una tienda de productos para animales domésticos en Río de Janeiro. (FIN/IPS/mo/ag-mj/if/98

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