Unos 40.000 refugiados que huyeron a Estados Unidos durante la dictadura militar en Haití a comienzos de los años 90 podrán permanecer en este país norteamericano bajo el acuerdo de presupuesto alcanzado esta semana por el presidente Bill Clinton y el Congreso republicano.
La decisión marcó una victoria significativa para una inusual coalición de republicanos de Florida y el Foro Negro del Congreso (CBC), que unieron fuerzas para lograr la medida.
"Finalmente se hizo justicia con los haitianos", dijo Jocelyn McCalla, de la Coalición Nacional para los Derechos Haitianos, en Nueva York. "Aunque intentamos que se quedaran los 70.000 haitianos, esto es mejor que nada", agregó.
Bajo el acuerdo, los haitianos que residían en Estados Unidos antes de diciembre de 1995 y que solicitaron asilo o fueron recogidos por el Servicio de Inmigración y Naturalización (INS) por razones humanitarias podrán solicitar una "tarjeta verde" y obtener la residencia permanente en este país.
La medida es aplicable a unas 40.000 personas, pero el mismo tratamiento no es extensivo a otros 30.000 haitianos que entraron ilegalmente a Estados Unidos pero no solicitaron asilo ni obtuvieron protección humanitaria, según McCalla.
Si estos 30.000 haitianos son descubiertos, quedarán sujetos a las actuales leyes y procedimientos de inmigración, los cuales, bajo la Ley de Inmigración de 1996, son muy estrictos.
El acuerdo de presupuesto alcanzado el jueves incluyó varias disposiciones de inmigración, entre ellas una medida que casi duplicará el número de visas profesionales por seis años que podrán solicitar firmas de alta tecnología, de 65.000 este año a 115.000 en los próximos dos años.
El proyecto, por el cual presionó duro la industria de tecnología informática, alegando que en Estados Unidos hay escasez de profesionales calificados y las empresas deben reclutarlos en India y otros países, tuvo una fuerte oposición de los sindicatos norteamericanos.
Pero la Casa Blanca, ante el interés de republicanos y demócratas de obtener respaldo financiero de los ricos empresarios de la alta tecnología del país, negoció un acuerdo que fue incluido en el presupuesto final.
Defensores de los inmigrantes solicitaron durante largo tiempo aprobación de Washington para autorizar la residencia de quienes huyeron de Haití tras el golpe militar que en diciembre de 1990 desplazó al presidente Jean-Bertrand Aristide.
Muchos de estos haitianos llegaron en frágiles embarcaciones, arriesgando sus vidas para alcanzar las costas estadounidenses.
La Ley de Inmigración de 1996 hizo mucho más difícil para la gente que huyó de guerras civiles y persecución política obtener la residencia permanente en Estados Unidos.
El año pasado, el Congreso enmendó la ley para que unos 150.000 nicaragüenses -llegados a Estados Unidos durante la guerra de los contras en los años 80- y 5.000 cubanos pudieran obtener la tarjeta verde.
A la vez, el Congreso facilitó las cosas a salvadoreños y guatemaltecos que llegaron a América del Norte durante las guerras civiles en sus países, para que pudieran permanecer en Estados Unidos.
Sin protecciones especiales aún están miles de inmigrantes hondureños que también llegaron a Estados Unidos en los años 80, cuando Honduras sufrió los efectos indirectos de los conflictos armados en Nicaragya, El Salvador y Guatemala. (FIN/IPS/jl/mk/tra-en/lp/pr hd/98