EE.UU.: Presupuesto de ayuda al exterior satisface al gobierno

El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton logró casi todos sus objetivos de ayuda al exterior en su proyecto presupuestal de 500.000 millones de dólares, pese a no obtener los fondos para pagar los aportes atrasados a la ONU.

El proyecto está listo para ser aprobado por el Congreso este miércoles. Clinton obtendrá los 17.900 millones de dólares que pidió para el Fondo Monetario Internacional (FMI) -su máxima prioridad económica exterior para 1998- y también otros rubros que los republicanos se resistían a financiar.

Contra las expectativas, Clinton logró que los líderes republicanos del Congreso cancelen toda la deuda de Estados Unidos con el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF) y aprueben la mayor parte de los 155 millones de dólares solicitados para el Fondo de Desarrollo Africano.

"Excepto los aportes atrasados a la ONU y los fondos para el FNUAP (Fondo de las Naciones Unidas para la Población), obtuvimos casi todo lo que pretendíamos", declaró a IPS un alto funcionario del Departamento de Estado.

"Realmente no podemos quejarnos, teniendo en cuenta las pretensiones de recorte que tenían los republicanos", agregó.

Sin contar los fondos para el FMI, el presupuesto de ayuda al exterior para 1999 sumará unos 13.200 millones de dólares, levemente por encima del correspondiente a 1998.

Aunque la cifra representa la mitad del presupuesto de 1985 en términos reales, es 700 millones de dólares o 5,5 por ciento superior a la aprobada por el Congreso al inicio de las negociaciones finales, la semana pasada.

Por ejemplo, la Cámara de Representantes y el Senado sólo aprobaron 42,5 y 47,5 millones de dólares, respectivamente, para el GEF, una agencia multilateral con sede en Washington que otorga fondos a países en desarrollo para combatir problemas ambientales mundiales, como el recalentamiento del planeta, el agujero de ozono y la contaminación oceánica.

Debido a la indiferencia u hostilidad del Congreso hacia la agencia -el único programa concreto que surgió de la llamada Cumbre de la Tierra, celebrada en Río de Janeiro en 1992-, Washington se atrasó en sus aportes durante los últimos tres años, acumulando una deuda de 192 millones de dólares.

Funcionarios del GEF creían que no había esperanzas de recuperar el dinero, pero la Casa Blanca persuadió al Congreso de pagar lo adeudado.

Sin embargo, no logró que los republicanos aprobaran 107,5 millones de dólares como primer pago estadounidense destinado a la segunda capitalización del GEF, que comienza en 1999.

Un funcionario del Departamento del Tesoro calificó de "gran avance" el acuerdo para otorgar 128 millones de dólares de los 155 millones que la Casa Blanca solicitó para el Fondo de Desarrollo Africano, al que Washington sólo concedió 45 millones de dólares en los últimos cuatro años.

Clinton también obtuvo 30 millones de dólares más de los que el Congreso estaba dispuesto a conceder para la eliminación de minas terrestres en el exterior (198 millones de dólares) y para los aportes voluntarios de Washington a la Organización de las Naciones Unidas y otros foros internacionales (292 millones).

A Unicef se le otorgarán 105 millones de dólares, mientras el resto de los 292 millones se distribuirá entre otras agencias, del cual el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) recibirá la mayor parte.

Washington, que tradicionalmente eligió al administrador del PNUD, se enfrenta a la Unión Europea para mantener esa facultad cuando el administrador actual, James Gustave Speth, se retire del cargo en 1999.

Es probable que los aportes que Estados Unidos conceda al organismo decidan el resultado, sostienen funcionarios del Departamento de Estado.

Clinton también consiguió 922 millones de dólares del total de 930,7 millones solicitados para los aportes a la ONU y sus organismos especializados en 1999, así como 231 millones que pidió para las misiones de paz del foro mundial.

Clinton obtuvo 35 millones de dólares para enviar combustible para calefacción a Corea del Norte, como parte de un arreglo multinacional para sustituir el programa nuclear de Pyongyang, que Washington cree tiene el fin de producir armas nucleares, con reactores nucleares más seguros financiados y construidos por Japón y Corea del Sur.

Los republicanos habían rechazado en septiembre el pedido de Clinton, pero la Casa Blanca consiguió el dinero a cambio de que el presidente certifique que Corea del Norte está eliminando sus programas nucleares y misilísticos.

No obstante, funcionarios de Washington y de la ONU en Nueva York no ocultaron su desilusión frente al fracaso de Clinton para conseguir el dinero que comenzaría a saldar la deuda de casi 900 millones de dólares que Estados Unidos le debe al foro mundial. (FIN/IPS/tra-en/jl/mk/ml-aq/ip-dv/98

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