Los presidentes Jamil Mahuad, de Ecuador, y Alberto Fujimori, de Perú firmaron hoy en Brasilia un Acuerdo Global y Definitivo de Paz para poner fin a un litigio fronterizo que dio lugar a tres guerras desde 1941.
La histórica ceremonia fue encabezada por el presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso y tuvo de testigos a otros cuatro mandatarios sudamericanos, al rey Juan Carlos de España y a un representante del Vaticano.
Mahuad añadió un gesto emotivo al acto, regalando a Fujimori la cantimplora que utilizó su abuelo en los combates que iniciaron el conflicto de 1941. "Es tiempo de construir y no de destruir, de hacer la paz y no la guerra", dijo el presidente ecuatoriano.
Además del tratado de paz, que intenta la pacificación de la frontera ecuatoriano-peruana con la creación de dos parques ecológicos, se firaron acuerdos de navegación, comercio y desarrollo en el área limítrofe.
Eso resultará en inversiones por 3.000 millones de dólares en infraestructura local, según el canciller peruano Fernando Trazegnies. El Banco Interamericano de Desarrollo aportará 500 millones de dólares para impulsar el Acuerdo de Integración de las Fronteras.
Estuvieron también presentes en Brasilia los presidentes Carlos Menem, de Argentina, Eduardo Frei, de Chile, Hugo Banzer, de Bolivia, y Andrés Pastrana, de Colombia. El cardenal Darío Castrillón, prefecto de la Congregación para el Clero, representó el papa Juan Pablo II.
Argentina, Brasil, Chile y Estados Unidos constituyen el grupo de países garantes del protocolo de 1942, primer intento de solucionar el conflicto.
Esos cuatro países actuaron como mediadores en las negociaciones de paz comenzadas después de la guerra de 1995 y propusieron los términos del acuerdo ahora firmado.
Cardoso destacó que la "mañana histórica" en Brasilia confirma que "el mantenimiento de la paz distingue América del Sur del resto del mundo". El deseo de desarrollo econmico y respeto a los derechos humanos son más fuertes que las armas en el subcontinente, añadió.
El presidente brasileño fortaleció su liderazgo en América Latina al encabezar el proceso de negociaciones que, por ahora, parece exitoso, al culminar en la firma de la paz por los mandatarios de los países involucrados.
Recibió a Mahuad y Fujimori varias veces en Brasilia, para encuentros bilaterales o reuniones con participación del propio Cardoso, para hacer avanzar negociaciones bloqueadas por exigencias de ambas partes y presiones internas en cada país.
El acuerdo, sin embargo, fue rechazado por algunos grupos en Ecuador y Perú. Protestas contra el tratado degeneraron en disturbios en varias localidades peruanas, con el saldo de cinco muertos, varios edificios incendiados y automóviles destruidos.
Así mismo, el ex presidente ecuatoriano Rodrigo Borja criticó el acuerdo, por atribuir a Perú el área en disputa y conceder a Ecuador sólo la propiedad, pero no la soberanía, sobre el enclave de Tiwinza, escenario de los combates más cruentos de la guerra de 1995.
Los pases garantes ayudarán a limpiar el área fronteriza de las minas explosivas colocadas por los contendientes. Se calcula que hay más de 100.000 minas enterradas en la región. (FIN/IPS/mo/ff/ip/98