ECUADOR-PERU: El camino a la paz es todavía áspero

El gobierno de Perú espera aún algunas jornadas de tensión política a causa del tratado de límites con Ecuador, si bien las violentas manifestaciones contrarias al acuerdo parecen haber amainado en la localidad de Iquitos.

En Iquitos, capital de la Amazonia peruana, los objetores al acuerdo incendiaron edificios públicos y promovieron saqueos contra comercios, especialmente los de propiedad de ciudadanos de origen asiático, y la represión policial originó cinco muertes.

La oposición izquierdista prepara ahora una movilización nacional para este jueves contra los términos del acuerdo, que, según una encuesta de la firma Imasen, es rechazado por 61,8 por ciento de la población peruana.

Uno de los puntos del acuerdo, la cesión a Ecuador de la propiedad de un terreno de un kilómetro cuadrado en Tiwinza, donde se libraron los últimos y mas encarnizados combates de la guerra de 1995, tiene una oposición de 82 por ciento.

En esa zona, bajo soberanía peruana y a unos cinco kilómetros de la frontera, Ecuador construiría un santuario para honrar a sus soldados muertos, concesión que a la mayoría de peruanos les parece un precio por la paz humillante y duro, según la encuesta.

El gobierno de Alberto Fujimori difundió este martes el texto del tratado que otorga a Ecuador derecho de navegación por los ríos amazónicos y una serie de facilidades comerciales y portuarias, que ya comenzaron a ser objetadas.

El Tratado de Navegación y Comercio, que debe ser aprobado por los dos parlamentos en las próximas semanas, integra un paquete con la demarcación en la frontera y la entrega de 500 millones de dólares por parte de organismos multilaterales para financiar obras conjuntas de desarrollo.

La ratificación del Tratado de Comercio y Navegacion no tendrá obstáculos en el parlamento peruano, donde el presidente Fujimori cuenta con una mayoría absoluta y el probable respaldo de algunos legisladores de la oposición.

Los sectores empresariales han expresado hasta ahora su respaldo no solo al Acuerdo de Paz sino también a la aceleración de la integración comercial con Ecuador que promoverá el convenio.

Carlos Bruce, presidente de la Asociación de Exportadores de Perú, informó este martes que inició contactos con la Federación de Exportadores de Ecuador para preparar el intercambio de misiones comerciales.

El viceministro de Integración y Negociaciones Internacionales, Diego Calmet, dijo que el proceso hacia la desgravación total del comercio entre Ecuador y Perú comenzará cuando los congresos de ambos países ratifiquen el Acuerdo de Paz firmado el lunes por los presidentes de ambos países.

Calmet añadió que la desgravación culminaría en 2005, pero que 98 por ciento del comercio entre ambos paises (que en 1997 fue de 351 millones de dólares) estará desgravado en el 2001.

Este proceso se producirá en el marco de la Comunidad Andina, pero será impulsada por los instrumentos incluidos en el paquete del Acuerdo de Paz, explicó.

Calmet precisó que alrededor de 500 productos del mercado bilateral se han contemplado en las listas de desgravación inmediata, en tanto que las partidas arancelarias mas sensibles, las ligadas al sector agrícola y petrolero, quedarían liberadas en el 2005.

Ramón Morante, gerente de Comercio Exterior de la Sociedad Nacional de Industrias, anticipó que algunos productos del sector textil algodonero se negociarán dentro de los 90 dias siguientes a la firma del Acuerdo de Paz.

El entusiasmo empresarial por las ventajas del acuerdo contrasta con la oposición o tibieza advertida hasta ahora en los sectores populares, resultado que se atribuye a la escasa información que caracteriza al gobierno de Fujimori sobre sus decisiones.

La primera encuesta difundida sobre el asunto, elaborada por el instituto independiente Imasen el domingo, cuando ya se conocían los términos del acuerdo, reveló que 66 por ciento de los encuestados cree que no debió concederse facultades arbitrales a Argentina, Brasil, Chile y Estados Unidos.

Esos países firmaron en calidad de Garantes el Protocolo de Río de Janeiro de 1942, tratado limítrofe que luego fue impugnado por Ecuador. El conflicto derivó en las guerras de 1981 y 1995, la última de las cuales fue detenida por la gestión diplomática de los garantes.

Los cuatro países se ciñeron a la línea demarcatoria establecida por el Protocolo de Río de Janeiro, pero propusieron a Perú que hiciera concesiones de tipo comercial y simbólico a Ecuador para facilitar su acatamiento del fallo.

Otra de las propuestas aceptada por los presidentes Fujimori y Jamil Mahuad, la conversión del pantanoso y deshabitado valle del Cenepa, escenario de la guerra de 1995, en un parque ecológico desmilitarizado, es aprobado solo por 49 por ciento de los encuestados por Imasen y rechazado por 46,5 por ciento. (FIN/IPS/al/mj/ip/98

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