La policía informó que un manifestante murió hoy en un choque con infantes de marina cerca de Guayaquil, pero el saldo fatal de la huelga nacional, la primera convocada en el gobierno de Jamil Mahuad, fue mayor, según fuentes sindicales.
Las autoridades policiales informaron la muerte de Jorge Aníbal Mena, de 40 años, pero el presidente del Frente Unitario de Trabajadores (FUT), Wilson Becerra, dijo a IPS que sólo en ese incidente los muertos fueron dos, y que hay cinco heridos y dos detenidos.
Por su parte, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) denunció la detención de cinco personas en la localidad de Imbabura y una en Tungurahua.
Becerra calificó de "brutal" la represión implementada por la policía y el ejército, y responsabilizó a la ministra de Gobierno (interior), Ana Lucía Armijos, por sus trágicas consecuencias.
La demostración contó con una participación importante de la ciudadanía, según la CONAIE y el FUT, convocantes de la huelga contra la política económica del democristiano Mahuad, que lleva 50 días al frente del gobierno.
Mahuad se encuentra en Estados Unidos, donde se entrevista con representantes del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización de las Naciones Unidas.
Becerra afirmó que Quito quedó virtualmente paralizada, y destacó la masiva participación ciudadana en marchas en el interior durante la mañana y en la capital por la tarde.
Los ministros de Gobierno y Defensa habían afirmado que los manifestantes que cometieron actos vandálicos serían reprimidos. Unos 12.000 policías se unieron en todo el país a los efectivos de las fuerzas armadas en el operativo de seguridad.
Becerra desacreditó la fama de buen administrador que Mahuad obtuvo al frente de la Alcaldía de Quito, porque, dijo, su gobierno "camina a paso de plomo" y la crisis mundial "no es excusa" para la adopción de medidas de ajuste de las que no se midieron consecuencias.
Mahuad declaró que no dará marcha atrás, pues el déficit fiscal de 587 millones de dólares exige la eliminación de subsidios, la mayoría de los cuales beneficiaban más a las clases adineradas, según el mandatario.
Las medidas incluyeron una devaluación del sucre de 15 por ciento, que, a su vez, tuvo como consecuencia el alza de combustibles y del transporte público. También se eliminaron los subsidios al gas, la electricidad y el diesel.
El gobierno compensó el impacto del ajuste con la instauración de un bono mensual de 16 dólares para mujeres y ancianos con ingresos mensuales inferiores a 160 dólares, asignación considerada insuficiente y degradante por sindicalistas e indígenas.
Los movimientos indígena y sindical ecuatoriano tuvieron una importante participación en el levantamiento popular que concluyó el 5 de febrero de 1997 con la caída del gobierno de Abdalá Bucaram.
La situación entonces era diferente, porque la corrupción que irradiaba el gobierno era repudiada por buena parte de los sectores políticos y económicos del país. Pero las reminiscencias del 5 de febrero están presentes en la huelga de este jueves.
Los dirigentes indígenas aclararon que no se trata en esta oportunidad de derrocar a un gobierno, sino de ejercer el derecho a la protesta.
El FUT señaló la necesidad de reconstruir el frente patriótico que se conformó en 1997, "no solo para enfrentar las medidas económicas, sino para enfrentar el modelo mismo", afirmó Becerra.
"Independientemente de discrepancias políticas y diferencias entre los grupos, hay necesidad urgente de plantear las cosas que nos unan y no las que no separen", dijo.
El ejército levanta una y otra vez los obstáculos con los que organizaciones indígenas cierran desde el lunes varias carreteras en protesta por las medidas económicas del gobierno.
Las protestas en las ciudades se caracterizaron por marchas, quema de neumáticos, interrupción de tránsito y escasos actos vandálicos. Las demostraciones paralizaron las actividades comerciales y bancarias en esos barrios.
Organizaciones campesinas de Manabí se apoderaron este miércoles de la Catedral de Portoviejo, y en Pujilí, Cotopaxi, unos 200 indígenas se tomaron la plaza Sucre, tras desalojar una feria de 250 comerciantes.
Los sindicatos petroleros paralizaron sus actividades el miércoles al mediodía en todo en país, lo cual impidió este miércoles la distribución de 140.000 barriles de combustible. Pese a ello, las autoridades energéticas dijeron que existen suficientes reservas para una semana.
El presidente de la Confederación de Pueblos y Nacionalidades Quichuas, Ricardo Ulcuango, calificó de "una falta de respeto" el viaje de Mahuad a Estados Unidos mientras transcurren las protestas.
"En momentos en que el país está en crisis y convulsionado, viaja irresponsablemente para abanderarse con el Fondo Monetario Internacional y la banca mundial tras haber tomado medidas económicas contra el pueblo", dijo Ulcuango, quien denunció que las carreteras fueron militarizadas. (FIN/IPS/gm/mj/ip lb/98
