Un servicio telefónico anónimo instalado para brindar información sobre el sida intenta corregir en Cuba las malinterpretaciones en torno al riesgo de transmisión del mal, principal causa del aumento de su incidencia.
Durante los 30 primeros días de funcionamiento, "Líneayuda" recibió 490 llamadas desde todo el país, 55,8 por ciento de varones, la mayoría de entre 20 y 30 años.
Según encuestas, la mayoría de la población cubana tiene poca conciencia del riesgo de contraer el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), en especial los más jóvenes.
La alta confianza en el sistema sanitario del país entre los jóvenes es una de las circunstancias que coadyuvan a minimizar los riesgos que corren quienes padecen sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).
En su primer mes, mayores de 60 e incluso una niña de 11 acudieron al servicio telefónico creado por el Ministerio de Salud con apoyo de la representación en Cuba de la organización no gubernamental Médicos sin Fronteras.
A través del teléfono 303156, profesionales de la salud responden de lunes a viernes, de 09.00 a 17.00 horas, dudas sobre la posibilidad de haber contraído el VIH y enfermedades de transmisión sexual.
Reinaldo Carnota del Busto, sicólogo que encabeza el equipo de "Líneayuda", mencionó entre las principales interrogantes la seguridad o no del preservativo para evitar el contagio.
Al respecto, Carnota afirmó que el VIH, causante del sida, no atraviesa los condones de latex, eficaces inclusive contra otras enfermedades de trasmisión sexual, como el herpes simple o la clamydia.
"La posibilidad de que el virus traspase los poros ocurre en los preservativos de caucho, que hace tiempo no se comercializan en nuestro país", dijo Carnota, en declaraciones reproducidas en la prensa oficial.
La disponibilidad de preservativos, que llegó a ser casi nula en algunos años de la crisis económica que vive Cuba desde 1990, alcanzó la cifra de 50 millones el año pasado, 20 millones más que en 1996.
El servicio telefónico se abstiene de ofrecer diagnóstico o indicar tratamiento, pero facilita la remisión del interesado a los servicios asistenciales que requiera, ya sean de orientación sexual, sicológica, siquiátrica o clínica.
"Aunque en principio nos propusimos ofrecer información veraz sobre el VIH, el sida y las enfermedades de transmisión sexual, también brindamos nuestra ayuda a quienes deseen consultar sobre otros problemas, como el acoso sexual y la violencia doméstica", aseguró Carnota.
De acuerdo con datos oficiales, en 1997 se detectaron alrededor de 330 personas seropositivas al VIH, frente a los 234 registrados en 1996.
El viceministro cubano de Salud Pública, Raúl Pérez González, lamentó en enero la baja percepción de riesgo sobre el sida entre la población joven de la isla.
De acuerdo con las autoridades, se establece un paralelismo entre la respuesta que dio el sistema de salud pública en Cuba a la eliminación de otras enfermedades transmisibles y el caso del sida.
"No tengo que cuidarme porque el sistema de salud lo resolverá", dijo Pérez González, reproduciendo una de las respuestas más usuales que dan los jóvenes en las encuestas que se realizan en la isla sobre sida.
La incidencia de sida por millón de habitantes en la isla fue de 8,5 en 1996, mientras la cantidad de portadores de VIH se elevó a 1.800 el pasado año, alrededor de 0,002 por ciento de la población cubana, más de 11 millones de habitantes en total.
La trasmisión del VIH a través de las relaciones sexuales es predominante en Cuba (98 por ciento).
El sistema de vigilancia epidemiológica detecta portadores entre donantes de sangre, reclusos, embarazadas y pacientes sometidos a intervenciones quirúrgicas.
Autoridades del sector consideran que el diagnóstico temprano, en presencia del virus pero en condiciones asintomáticas, enlenteció la transmisión del sida, que en la isla crece en progresión aritmética y no geométrica.
Desde el inicio del programa cubano de prevención del sida en 1986, se realizaron en la isla más de 20 millones de pruebas de diagnóstico, que parten del principio de la voluntariedad y se realizan sin ningún costo para el solicitante.
Las pruebas se realizan de manera obligatoria en toda donación de sangre, unas 600.000 anuales, lo que reduce los casos de transmisión sanguínea del VIH en Cuba a ocho, todos anteriores a la implementación del programa.
Actualmente, el programa cubano se orienta hacia la prevención, con un fuerte énfasis en la educación de la población y en que logre aumentar la percepción del peligo de contraer sida. (FIN/IPS/pg/mj/he/98