CUBA: Población reticente a ocupar puestos de trabajo disponibles

El gobierno de Cuba asegura que se mantiene en este país caribeño la tendencia al empleo selectivo, con una gran reticencia de la población a ocupar los puestos de trabajo disponibles.

Fuentes del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social insisten en que mientras en el mundo hay un ejército de desempleados de 1.000 millones de personas, en el país caribeño la población se da el lujo de rechazar opciones laborales.

La Organización Internacional del Trabajo asegura que en toda América Latina, el desempleo alcanzó 7,4 por ciento de la población económicamente activa en 1997, y podría aumentar aún más este año.

En Cuba, la tasa de desempleo bajó de 7,9 en 1996 a 6,9 por ciento en 1997. Las posibilidades existentes en la agricultura y la construcción no resultan muy atractivas para muchos cubanos, que pueden "resolver" su situación con ventas y especulaciones en el mercado informal.

"Por ese salario no trabajaría en ningún lugar, si fuera a obtener algún beneficio extra como una vivienda, por ejemplo, sería otra cosa", dijo Julia Méndez, de 30 años, quien renunció a su plaza como maestra en una escuela primaria.

Méndez alquila una habitación en su casa o "vive del invento", que en la isla quiere decir de "lo que aparezca", muchas veces en el terreno de las ventas y compras ilegales.

En Cuba, el salario medio mensual es de unos 200 pesos, igual al dólar en el cambio oficial y a 21 pesos por unidad en las casas de cambio abiertas por el gobierno.

Durante los últimos ocho años, la población cubana experimentó un fuerte deterioro de sus condiciones de vida, alza de precios de los productos de primera necesidad y una gran pérdida del poder adquisitivo de la moneda nacional.

Con algo más de 11 millones de habitantes, Cuba enfrenta desde 1990 una crisis económica atribuida a la vinculación entre los efectos de errores en la conducción económica, la desaparición del bloque socialista europeo y el bloqueo de Estados Unidos.

El Ministerio del Trabajo asegura que a fines del año pasado había en el país 8.800 trabajadores declarados disponibles, categoría en la que se encuentran las personas que pierden su plaza laboral por razones vinculadas al empleador.

La empresa que despide a una persona por cierre definitivo o por racionalización, asume la responsalibilidad de reubicarla, recalificarla o pagarle un subsidio hasta tanto le haya propuesto otra opción laboral.

Del total de disponibles contabilizados en diciembre pasado, 4.262 tenían un puesto temporal, mientras que otros 4.100 se encontraban en sus casas recibiendo el 60 por ciento de su antiguo salario. Estos empleados pertenecían fundamentalmente a los sectores del transporte, la pesca y el turismo.

En diciembre de 1996, el número de disponibles superaba los 19.900 y, de ellos, 10.000 recibían subsidios de sus empresas al no tener respuesta laboral para ellos.

La Federación de Mujeres Cubanas, una organización de masas que trabaja a nivel de barrio, alertó el año pasado sobre el peligro de que la racionalización afecte más a las mujeres que a los hombres.

Según el Anuario Estadístico de Cuba de 1996, último publicado por la estatal Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), la población cubana en edad laboral alcanza los 6,6 millones de personas.

El total de ocupados era de 3,6 millones, 2,8 millones de ellos en entidades estatales, y el resto en cooperativas agropecuarias, empresas mixtas con socios extranjeros, organizaciones políticas, de masas y sociales, y en el sector privado y el trabajo por cuenta propia.

Entre los ocupados 2.275.765 eran hombres y 1.350.968 eran mujeres.

Estadísticas preliminares de la ONE indican que en 1997 las mujeres ocupaban el 30 por ciento de los cargos de dirección, 27,6 por ciento de los escaños en el parlamento, 64,1 por ciento de los profesionales y técnicos empleados.

Encuestas aplicadas por instituciones vinculadas al Estado indican que en 1995 la demanda nacional de trabajo era de más de 184.700 plazas, concentradas fundamentalmente en actividades agropecuarias, el azúcar y la construcción.

El 44 por ciento de las plazas disponibles estaban en la rama agrícola. Sin embargo, el mayoría buscaba trabajo en zonas urbanas y no aceptaba las plazas propuestas.

Fuentes oficiales indican que el crecimiento del empleo en 1997 fue de 66.300 trabajadores, 36 por ciento ubicado en las provincias del extremo oriente de la isla, Guantánamo, Santiago de Cuba, Granma y Holguín, tradicionalmente emisoras de emigrantes hacia la capital.

Expertos estimaron a principios de 1998 que pese a la perspectiva de creación de unas 110.000 puestos de trabajo, el empleo seguiría siendo un problema complejo para el gobierno, que descarta a corto plazo cualquier alza salarial.

La reforma empresarial en curso desde el año pasado implica el reajuste de las estructuras productivas de acuerdo a las posibilidades tecnológicas actuales para hacer eficiente la empresa socialista estatal.

Este proceso resulta imprescindible para la sobrevivencia del proyecto encabezado por el presidente Fidel Castro y pasa necesariamente por el fin de la política de pleno empleo sin respaldo productivo y el reordenamiento de la fuerza de trabajo, señalan expertos.

En este año, el gobierno mantuvo el estatus de "provincia protegida" para las orientales, donde las autoridades locales sólo permiten reestructuras empresariales si existe garantía de empleo para los que resulten disponibles.

Diferente es el caso de La Habana, donde se produce una incongruencia: la desocupación es considerada alta por los expertos y, sin embargo, casi todas las empresas demandan empleados.

En las proyecciones del año, la capital exigía ocupar más de 41.700 plazas que no han podido ser cubiertas y que abarcan una amplia gama de profesiones, desde economistas y técnicos hasta obreros calificados y auxiliares, según fuentes oficiales.

"Las personas buscan empleo donde además del salario existan beneficios colaterales atractivos", comentó un biólogo marino de 39 años, que ahora trabaja como camarero en un hotel en La Habana administrado por una empresa extranjera.

"Aquí me caen dólares todos los días. La gente quiere trabajar en lugares donde hay estimulación en divisa o donde la dirección entrega bolsas con jabones, pasta dental, desodorante, o cualquier otra cosa a los que trabajan bien", aseguró. (FIN/IPS/da/ag/if/98

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