Tanto el presidente de Cuba, Fidel Castro, como el español, José María Aznar, parecen decididos a priorizar sus respectivos intereses económicos por encima de cualquier diferencia política.
A dos años de que el retiro del placet al embajador español en La Habana, José Coderch, provocara una crisis diplomática entre Cuba y España, las cosas empiezan a tomar su rumbo por el camino que siempre caracterizó las relaciones bilaterales.
Observadores cubanos estiman que el acercamiento que se produjo durante la pasada Cumbre Iberomericana, en Oporto, y la visita que realizó Castro a La Moncloa el miércoles reflejan un cambio de actitud del gobierno español a favor del pragmatismo.
Aznar pasó de una actitud beligerante hacia La Habana por el tema de los derechos humanos y la democracia, a un intercambio irónico de corbatas con Castro en Viña del Mar, y de ahí a mostrar un trato cordial hacia el mandatario de 72 años.
El presidente cubano, por su parte, calificó las relaciones entre Cuba y España de "excelentes".
Además de su entrevista con Aznar, en Oporto Castro se reunió a solas, durante más de media hora, con el rey Juan Carlos de España, hechos que fueron interpretados como reflejo del buen momento que transitan las relaciones.
La visita del rey a Cuba, varias veces anunciada, quedó finalmente establecida para el año próximo, antes de la Cumbre Iberoamericana de La Habana.
"No hay pesares, cuando se acuerda un viaje, se acuerda", respondió el rey a la pregunta de un periodista sobre si mantendría la visita a Cuba a pesar de que su gobierno "no respetó" la declaración de la Cumbre de Viña del Mar.
El diario El País, de España, afirmó este miércoles que Castro y Aznar coincidieron en que la mejor forma de mejorar las relaciones hispano-cubanas es "trabajar con discreción y sin airear excesivamente las diferencias ideológicas y políticas".
A todas luces, las diferencias políticas pierden peso en medio de un fuerte movimiento hacia la isla por parte de los gobiernos de varias regiones de España y el aumento acelerado de los interes económicos mutuos.
Según el presidente de la Asociación de Empresarios Españoles en Cuba, Rafael García, más de 150 empresas españolas están operando en la isla y alrededor del 75 por ciento del comercio está financiado por empresas privadas españolas.
Cuba tiene constituidas 70 empresas mixtas con capital español, de un total de 340 con diversos países, y operan en la isla los bancos El Nacional de España, el Bilbao Vizcaya y el Sabadel.
El ministro cubano de Comercio Exterior, Ricardo Cabrisas, reveló el día 12 que España se ha convertido en el primer socio comercial de la isla, al concentrar más de 10 por ciento del intercambio total.
Un estudio de Hirám Marquetti, investigador del gubernamental Centro de Estudios de la Economía Cubana, refleja un aumento del intercambio comercial entre ambos países de 372 millones de dólares en 1990 a 618.000 millones el pasado año.
España adquiere el mayor volumen de tabaco torcido y en rama procedente de la isla, mientras que en Cuba, la española Tabacalera S.A. es la principal financista de la cosecha de la preciada hoja.
La nación europea pretende consumir un tercio de la producción anual de puros habanos, que en 1990 ascenderá a 160 millones de unidades, de acuerdo con Francisco Linares, presidente de la comercializadora cubana Habanos S.A.
El grupo hotelero Sol, pionero de la inversión extranjera en la isla, inauguró en septiembre pasado el Hotel Meliá Confort Habana. La mayor cadena española, con 260 hoteles en el mundo, tiene nueve instalaciones en Cuba y prevé llegar al menos a 12.
Entre el 21 y el 23 de septiembre, una misión de 20 empresarios españoles, organizado por la Cámara de Comercio de Madrid, exploraron oportunidades de negocios en fábricas de azúcar, termoeléctricas y empresas constructoras.
El presidente de la Autonomía Vasca, José Antonio Ardanza, inauguró el 9 de septiembre en La Habana la oficina de la Sociedad para la Promoción y Renovación Industrial que se dedicará a incentivar inversiones.
La Caja Madrid, la segunda caja de créditos española con más de 1.400 oficinas en ese país, suscribió el día 9 un acuerdo con el Banco Popular de Ahorro de Cuba para crear la empresa mixta Corporación Financiera Habana.
Sólo en septiembre visitaron la isla Ardanza el consejero de sanidad de la Junta de Andalucía, José Luis de Arbolaya, y el presidente del comité de gobierno del Partido Unión Democrática de Cataluña, Josep Antoni Durán.
"La apertura económica entre España y Cuba tendrá efectos imparables", afirmó Durán, quien respondió a una invitación del gobernante Partido Comunista de Cuba.
Marquetti estima que "la evolución del movimiento inversor español en la economía cubana responde a las tendencias generales que han caracterizado las inversiones españolas en el exterior", como son ejecutar negocios en los servicios y ampliar las exportaciones españolas.
Expertos y autoridades de Cuba estiman que este país tiene el atractivo adicional de la ausencia de la competencia estadounidense y de ser un mercado casi virgen, en comparación con otros de la región latinoamericana.
Por su parte, La Habana necesita de la inversión española para reactivar su economía, en crisis hace 8 años, y cuenta con el apoyo de Madrid para su acercamiento a la Unión Europea, con cuyos miembros mantiene 30 por ciento de su intercambio comercial. (FIN/IPS/da/ml/ip/98