CUBA: Casas de cambio van viento en popa

En Cuba, la mayoría de las personas cobran su salario sólo en moneda nacional, pero las casas de cambio abiertas por el gobierno en 1995 han realizado operaciones millonarias en este período.

"Yo cambio, por lo menos, entre 20 y 30 dólares mensuales para garantizar la alimentación de mi familia", dijo Rubén Valle, un teletipista de 53 años que amaneció este viernes en la céntrica casa de cambio de Coppelia, la más famosa heladería de La Habana.

Valle prefiere llegar muy temprano para evitar una cola de más de una hora, "como suele suceder después de las nueve de la mañana".

Con un salario mensual de algo más de 200 pesos (igual a dólares al cambio oficial y a 21 pesos por dólar en las casas de cambio), Valle necesita para vivir de los 300 dólares que cada tres o cuatro meses le envía un hermano que reside en Estados Unidos hace más de 20 años.

Cadeca, una sociedad anónima de capital exclusivamente cubano, desde hace unos meses compra dólares a 21 pesos y, si los vende, lo hace a igual precio.

"Sólo compramos divisa, no vendemos", puede leerse en un cartel escrito a mano y colocado en una de las paredes de la caseta blanca que sirve como casa de cambio.

En la actualidad existen 66 casas de cambio en Cuba, 39 de ellas en La Habana, pero sólo 20 pueden realizar también operaciones de venta de pesos convertibles, una moneda emitida con igual valor que el dólar en el mercado interno.

El presidente de Cadeca, Félix Rodríguez, dijo a la prensa nacional que esta limitación se corresponde con la política del grupo Nueva Banca, al que pertenece la casa de cambio que preside, que da prioridad a la compra de divisas en beneficio de la economía nacional.

La actividad de las casas de cambio crece cada año y, de acuerdo con fuentes oficiales, muestra resultados muy favorables en 1998, con operaciones por 2.000 millones de pesos, la mitad de lo que se acumula desde 1995.

Rodríguez considera que debe producirse un alza como resultado de un eventual incremento de las remesas del exterior, sobre todo de Estados Unidos, donde vive más de un millón de cubanos.

El envío legal de dinero a la isla por parte de los emigrantes cubanos en Estados Unidos estuvo congelado desde febrero de 1997 hasta junio pasado, cuando el presidente Bill Clinton autorizó remesas de 300 dólares al trimestre.

El dinero de residentes en el exterior llega también desde España, México, Canadá, Venezuela, Costa Rica, República Dominicana, Francia, Australia y Chile.

Expertos locales estiman que por concepto de remesas desde Estados Unidos entran unos 500 millones de dólares anuales, pero el gobierno norteamericano sostiene que pueden ascender hasta 800 millones.

Además de las remesas, los habitantes de la isla obtienen la divisa mediante el cobro de servicios a turistas o extranjeros residentes, y por mecanismos de estímulo establecidos en determinados sectores económicos.

Las autoridades cubanas consideran que la aparición de las casas de cambio en el panorama económico cubano propició una tendencia a la apreciación del peso cubano. En 1995 el dólar se cotizaba a más de 100 unidades.

Sin embargo, expertos estiman que la política dirigida a valorizar la moneda nacional con el descenso de la tasa de cambio en algunas ocasiones es irreal y no se corresponde con parámetros económicos.

Fuentes cercanas a la red de bancos, constituida como parte de la reforma bancaria hecha por el gobierno para descentralizar esa actividad, especulan sobre un nueva caída forzosa del dólar hasta unos 15 pesos.

El gobierno pretende captar la mayor cantidad posible de divisas y, al mismo tiempo, evitar al máximo un aumento del circulante en pesos, estimado en unos 9,4 millones.

El descenso aún mayor del dólar en las casas de cambio podría convertirse en un estímulo para los especuladores que compran divisas y un campo de cultivo para los estafadores.

Los cambistas ilegales rondan las casas de cambio a la caza de personas apuradas.

"Yo lo hice una vez y me engañaron. Las casas de cambio son pocas y aquel día había tremenda cola. Iba a cambiar 40 dólares y el hombre que me cambió me dio un bulto de billetes falsos", dijo Milagros Reyes, técnica en computación. (FIN/IPS/da/ag/if/98

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