Las conversaciones de alto nivel entre China y Taiwan no suscitaron grandes expectativas, pero su realización marcó un hecho histórico en las relaciones entre los dos rivales ideológicos.
El mayor resultado de la reunión entre el enviado de Taiwan Koo Chen-fu y su colega chino Wang Daohan la semana pasada en Shangai y de las subsiguientes reuniones de alto nivel en Beijing fue un acuerdo para otra ronda de negociaciones.
El principal negociador de Taiwan se reunió con el presidente Chino y jefe del Partido Comunista, Jiang Zemin, lo cual fue considerado por observadores como una señal de progreso de ambas partes.
Los rivales interrumpieron conversaciones tentativas en 1995 después que el presidente de Taiwan Lee Teng-hui visitara Estados Unidos y diera un discurso en la Universidad de Cornell.
En una conferencia de prensa el domingo, después de su reunión con el presidente chino, Koo Chen-fu dijo que durante las conversaciones se habló de una posible cumbre entre Lee Teng-hui y Jiang Zemin, y que el diálogo transcurrió en "una atmósfera cordial en la que se intercambiaron puntos de vista libremente".
Las conversaciones representan un punto de inflexión para Taipei y Beijing, que se miran con sospecha desde que la guerra civil a fines de los años 40 forzó al Partido Nacionalista Kuomintang a huir del continente y establecer su gobierno en la isla de Taiwan.
Pero nada fundamental ha cambiado para Beijing y Taipei, y la brecha entre ambos sigue siendo enorme.
Los mandarines de Beijing consideran la reunificación de Taiwan con el continente como una de las tareas más importantes que podría fortalecer el intento de China de tener una fuerte posición internacional.
China recuperó el territorio de Hong Kong de manos de Gran Bretaña en 1997, y se prepara para reanudar en 1999 su gobierno sobre Macao, ahora administrado por Portugal.
Aunque aún no se anunció un cronograma de reunificación, la dirigencia del continente está ansiosa por lograrlo cuanto antes.
Sin embargo, Taiwan insiste en que la reunificación será posible sólo si Beijing renuncia al comunismo y abraza la democracia. La isla está orgullosa de su floreciente sistema democrático, siendo el primer territorio con población china que elige su presidente a través de elecciones democráticas.
Ambas partes no están dispuestas a abandonar estas posiciones durante las conversaciones de reunificación. Beijing quiere que el diálogo sobre la política de reunifidación se haga en primer lugar, para luego hablar de negocios, mientras Taiwan pretende lo opuesto.
Desde el comienzo de la visita la semana pasada en Shangai, Beijing se apresuró a describir los intercambios entre Wang y Hoo como "el comienzo de conversaciones políticas". Autoridades de Taiwan las describieron como "un diálogo constructivo".
Durante la reunión, Koo planteó la preocupación de que se haya restringido la existencia internacional de Taiwan, y dijo que el continente ha "negado el hecho objetivo de la existencia de Taiwan como la República de China", una identidad política soberana.
Qian respondió diciendo que este es "el resultado inevitable del desarrollo de la situación objetiva", destacando que la República Popular de China estableció relaciones con 162 países. Sólo hay 27 países que reconocen a Taiwan en lugar de China. (FIN/IPS/tra-en/ab/ral/lp/ip/98